Lleida recupera la calma
La etapa catalana de la Vuelta no aporta ningún cambio a la clasificación general
Etapa de transición en la montañosa Vuelta 2018. En el único final de etapa catalán, en Lleida, se impuso el belga Jelle Wallays, uno de los protagonistas de la escapada del día. Pero el final fue intenso, porque de los tres atacantes, el neerlandés Jetse Bol flaqueó en los últimos kilómetros y los otros dos, Wallays y el noruego Bystrom, perdieron toda la ventaja en un desenlace agónico. A once de meta conservaban un minuto, a 8km tenían 47 segundos, a 5 ya sólo mantenían 34... El pelotón quería sprint, pero llegó tarde. Por muy poquito. En los últimos metros, viendo que la estrategia saltaba por los aires, Peter Sagan salió a toda mecha para tratar de avanzar a los agotados Wallays y Bystrom, pero no lo logró. El eslovaco entró justo a rueda del segundo, con todo el pelotón por detrás. La clasificación no registró diferencias, como si se hubiera visto un verdadero sprint masivo. Pero es una impresión ficticia. Sagan no pudo luchar con dos rivales a los que, sin duda, habría batido con facilidad.
En los últimos años la Vuelta tiene poco protagonismo en Catalunya y las poblaciones que suelen acogerla son Lleida o Tarragona. No visita Barcelona desde 2012, y aún, porque la visita anterior, en 1999, acabó con una ruptura de relaciones entre los organizadores y los responsables municipales. En un día de lluvia los ciclistas boicotearon la etapa que tenía que disputarse en el circuito de Montjuïc. Lleida, en cambio, ha acogido dos etapas recientes, la de ayer y otra en 2015. El ahora ya exalcalde Àngel Ros firmó el contrato –se habla de unos 60.000 euros– para tener la llegada de ayer y la salida de hoy, camino de Andorra. Esta duplicidad ha asegurado que la caravana de la carrera se alojara en Lleida,
ÚLTIMAS OPORTUNIDADES Victoria del belga Jelle Wallays en la avenida Prat de la Riba, antes del doble examen andorrano
con lo que supone para la hostelería y la restauración del municipio.
En cambio, la capital del Segrià hace tiempo que ha girado la espalda a la Volta a Catalunya. Después de ser un punto final de etapa casi fijo durante muchos años, en los últimos veinte Lleida sólo ha recibido una vez (2013) la visita de la carrera catalana.
La Vuelta llega hoy a su gran examen final. Primero, una etapa de 154 kilómetros con final en La Rabassa, a 2.025 metros. Por Ponts y La Seu d'Urgell los corredores encararán una ascensión final de 17km al 6,6% de pendiente media. Y mañana sábado, una auténtica etapa reina de sólo 97,3 kilómetros. Con un desnivel acumulado de casi 4.000 metros dando vueltas por la geografía andorrana. Con seis altos puntuables: La Comella, Beixalís, Ordino, Beixalís y La Comella otra vez y finalmente la ascensión al Coll de la Gallina, hasta el santuario de Canòlich. Una trampa para el líder y una oportunidad para un ataque lejano de quien quiera protagonizar un cambio espectacular en la clasificación. En cualquier caso, Simon Yates ya ha recordado que conoce perfectamente todas las subidas porque son el escenario de muchos de sus entrenamientos. “La etapa decisiva será la del sábado”, avisa Valverde, que se mantiene en el segundo puesto, a 25 segundos del maillot rojo.