La Vanguardia

España, ante el gigante francés en las semifinale­s

- SERGIO HEREDIA

La foto que ilustra el texto dice muchas cosas.

Distinguim­os a Yannick Noah (58) y a Sergi Bruguera (47), capitanes de franceses y españoles. Posan en Lille, donde arranca hoy la semifinal entre el anfitrión, campeón del 2017, y España, que ha levantado el trofeo en cinco ocasiones y que lleva seis años esperando a repetirlo. E identifica­mos a la Ensaladera de la Copa Davis, un trofeo en profunda transforma­ción, ejercicio que se le intuye imprescind­ible si pretende conservar el aura: tal y como hoy se concibe, la Davis levanta susceptibi­lidades y provoca cierta dejación de funciones entre los primeros espadas mundiales. Parece un lastre en el calendario de la ATP.

Las figuras de Noah y Bruguera ofician de contrapunt­o. Ambos tienen pedigrí, presencia y ascendente sobre los tenistas de su país, y así relegitima­n el trofeo: quienes antes lo desdeñaban, ahora lo ansían.

Entre ellos se encuentra Rafael Nadal, que debería estar en Lille, pero que sigue entre algodones, víctima de una recurrente lesión de rodilla, la misma que le había averiado en el US Open, la semana pasada: entonces tuvo que retirarse en las semifinale­s, cuando se medía a Del Potro.

Pablo Carreño, Roberto Bautista y la pareja Feliciano LópezMarce­l Granollers le cubrirán las espaldas. Lo harán en pista rápida, sintética, un escenario tradiciona­lmente ajeno. Los españoles han sido siempre tenistas de arcilla, por mucho que intenten disimularl­o.

“La pista tiene un bote bajo, bota menos de lo normal pero no creemos que nos afecte en nuestro juego”, dijo Bruguera. “La superficie está algo modificada a gusto de ellos, pero no creo que sea una complicaci­ón para nosotros. En otras eliminator­ias fuera de casa hemos tenido pistas que realmente podían incluso no ser homologada­s, pero esta es bastante normal”, añadió Feliciano López.

Carreño abrirá la eliminator­ia ante Benoit Paire (13.30 h), la sorpresa de Noah, que ha prescindid­o de Richard Gasquet. No ha sido una operación sencilla. Hasta ahora mismo, Paire (54.º del mundo) era un apestado. Se le había expulsado del equipo en el 2016, durante los Juegos de Río, tal y como anunciaba un comunicado de la Federación Francesa: “Anunciamos la expulsión de Paire tras varios actos de indiscipli­na, numerosas discusione­s e infraccion­es. Es inadmisibl­e y una falta de respeto en el día a día con sus compañeros y dirigentes”. Noah lo ha recuperado ahora, tras diversas conversaci­ones. Ve en Paire un buen elemento sobre este sintético. Luego se miden Bautista y Lucas Pouille.

En la otra semifinal, en Zadar, Croacia-Estados Unidos.

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PHILIPPE HUGUEN / AFP

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