La Vanguardia

Inundacion­es en la Costa Este de EE.UU. al paso del ‘Florence’

El huracán toca tierra en la Costa Este de EE.UU., en alerta por inundacion­es

- INTERNACIO­NAL 3

Más tarde de lo previsto y con menor fuerza de lo esperado pero cargado a tope de agua, el huracán Florence tocó tierra ayer en Wrightsvil­le Beach (Carolina del Norte) a las siete y cuarto de la mañana –seis horas menos en la península– impulsado por vientos de 150 kilómetros por hora.

Unas horas después, mientras continuaba su lento avance por la coste sudeste de Estados Unidos, Florence fue degradado de categoría: ya no es un huracán sino una tormenta tropical. Los vientos que la empujan han perdido fuerza y se mueve muy lentamente, pero la inquietud por su enorme tamaño (547 kilómetros) y potencial destructiv­o no ha disminuido ante la cantidad de agua que el antes huracán está descargand­o y puede llegar a descargar: de acuerdo con el Servicio Meteorológ­ico Nacional (NWS), Florence puede descargar en dos o tres días el agua de la lluvia habitual en la zona en ocho meses.

“Esta tormenta va a ser un maratón más que un sprint”, ha advertido el NWS, en alerta por el posible desbordami­ento de los ríos “muy al interior”. La marea ciclónica provocada por el huracán en la costa podría agravar la situación en las próximas horas y cubrir algunas zonas con hasta tres metros de agua. A lo largo del fin de semana, el Florence debería perder fuerza significat­ivamente mientras atraviesa las Carolinas y avanza hacia los Apalaches.

Unos 643.000 hogares y empresas se han quedado sin electricid­ad en Carolina del Norte como consecuenc­ia de las inundacion­es y la tormenta, que de momento se ha cobrado cinco víctimas mortales: una madre y un bebé que fueron golpeados por un árbol en Willington; una mujer en Pender County; un hombre mayor que murió al conectar un cable a un generador eléctrico en el condado de Leonoir, y, en esa misma región, otro hombre de 77 años al caer por un golpe de viento cuando salía de su casa.

Las zonas costeras del estado ya están cubiertas de agua pero todo el territorio podría verse anegado, ha advertido su gobernador, Roy Cooper. “Afrontamos múltiples amenazas. Estamos profundame­nte preocupado­s, hay comunidade­s enteras que podrían ser barridas”, avisó. Unas 26.000 personas han acudido a los 200 refugios de emergencia abiertos en Caroli-

LLUVIAS TORRENCIAL­ES El ‘Florence’ podría descargar en dos o tres días la lluvia habitual en ocho meses

CAMBIO DE CATEGORÍA Tras tocar tierra, ‘Florence’ pasó de ser un huracán a una tormenta tropical

na del Norte y del Sur.

Un centenar de personas fueron rescatadas en New Berne, una pequeña localidad en la confluenci­a de los ríos Neuse y Trent, una zona que se había ordenado evacuar. En algunas regiones, el agua alcanzó ayer los tres metros de altura. Algunos residentes dijeron no tener ni los medios ni las fuerzas necesarias para dejar atrás sus viviendas.

“Me siento como la persona más idiota que ha caminado jamás sobre la faz de la tierra”, declaró a la agencia AP Tom Balance, el propietari­o de un restaurant­e de marisco en New Berne, que desoyó las recomendac­iones y luego acabó llamando a los servicios de emergencia para ser rescatado. Había cientos de personas en la misma situación. “Vamos a ir a buscaros. Quizás debáis subir a un segundo piso, o al ático, pero vamos a ir a por vosotros”, aseguraron a los afectados las autoridade­s locales a través de Twitter. En Belhaven las television­es mostraron imágenes de vecinos encaramado­s a sus tejados a la espera de ser rescatados, mientras un hotel en Jacksonvil­le era evacuado después de que parte de su tejado se cayera como consecuenc­ia de las fuertes lluvias.

“Con una tormenta de este tamaño, malas cosas ocurren. Se llama Madre Naturaleza”, dijo hace unos días el presidente Donald Trump, que considera que el cambio climático es “un cuento chino” y ha dado marcha atrás en las medidas aprobadas por la anterior Administra­ción para frenarlo. Un estudio realizado en tiempo real sobre el huracán Florence contradice sus afirmacion­es. Como dijo Trump, el huracán es “increíblem­ente grande y húmedo”. De acuerdo con científico­s del Lawerence Berkeley National Laboratory, el 50% de su humedad se debe precisamen­te al cambio climático, que en los últimos años ha producido un aumento de la atmósfera sobre el océano y una subida del nivel del mar. El estudio aplica las mismas técnicas que han seguido otros investigad­ores para examinar a posteriori hasta qué punto el cambio climático contribuyó a agravar los efectos del huracán Harvey, que golpeó Houston el año pasado.

Cientos de personas aguardan a los equipos de emergencia­s pero algunas zonas están considerad­as demasiado peligrosas para, de momento, enviar personal, ha advertido el responsabl­e de la agencia federal de emergencia­s (FEMA), Jeff Byard, que lamentó que no todo el mundo hubiera seguido las órdenes de evacuación. En paralelo a las autoridade­s trabajan los voluntario­s del grupo Cajun Navy llegados desde Luisiana, que el año pasado ya actuaron en Houston cuando llegó el Harvey. “Hemos venido para hacer en otras regiones lo que aprendimos cuando casi todo nuestro estado quedó inundado por el huracán Katrina”, ha declarado su portavoz, Rob Gaudet, a la agencia AFP.

Más de dos mil vuelos han sido cancelados en toda la costa sudeste de Estados Unidos. Alrededor de once millones de personas viven en las zonas afectadas por la tormenta en los estados de Carolina del Norte y del Sur, Virginia, Georgia y el Distrito de Columbia, que han declarado el estado de emergencia.

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CHIP SOMODEVILL­A / AFP Un grupo de voluntario­s rescataron ayer a tres niños atrapados en su casa inundada en James City (Carolina del Norte), cerca de New Berne

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