Holanda frustró un plan ruso para colarse en el laboratorio del Novichok
Dos supuestos espías del Kremlin fueron detenidos en La Haya rumbo a Suiza
La trama Skripal tiene un nuevo capítulo y no es menos inquietante. Dos supuestos espías rusos, sospechosos de querer infiltrarse en un laboratorio suizo que analizaba las muestras del agente nervioso utilizado para envenenar al ex espía ruso Serguéi Skripal, fueron detenidos en La Haya y expulsados a Rusia en primavera. La operación fue fruto de una colaboración entre la inteligencia neerlandesa, la suiza y la británica.
La noticia fue desvelada ayer por el diario holandés NRC y el suizo Tages-Anzeiger, y luego fue confirmada por la portavoz del servicio de espionaje de Suiza. “Contribuimos a la prevención de acciones ilegales contra una infraestructura crítica suiza”, subrayó en un comunicado.
Según NRC, en el momento de su detención los dos rusos llevaban equipos para piratear la red informática del laboratorio de Spiez, el instituto suizo situado en el cantón de Berna que está especializado en riesgos atómicos, biológicos y químicos. La Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) había encargado a este laboratorio que analizara las muestras tomadas en Salisbury, la ciudad del sur de Inglaterra donde Skripal y su hija Yulia fueron intoxicados el 4 de marzo. El laboratorio suizo confirmó que el agente nervioso utilizado era Novichok, como habían concluido antes los británicos.
Por aquel entonces, además, el laboratorio asistía también a la OPAQ en la investigación sobre el uso de armas químicas en Siria, un tema sobre el cual Rusia, aliado de El Asad, también podía tener interés.
La inteligencia europea cree que los dos rusos son agentes del servicio de espionaje militar GRU. Fueron detenidos en La Haya, sede de la OPAQ, y todo apunta que de ahí querían viajar a Suiza, a Spiez.
En junio, Suiza dijo que el laboratorio de Spiez había sido objetivo de un ataque informático llevado a cabo por el grupo de hackers ruso Sandworm, que se cree actúa bajo órdenes del Kremlin.
El ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, no dio ayer la menor credibilidad a las acusaciones. En una rueda de prensa en Berlín, dijo que no podía imaginar como una noticia de este tipo podría habérsele escapado a la prensa en el momento de los hechos.
Lavrov insistió en la versión oficial rusa de que el caso Skripal es una invención británica. Esta vez fue más lejos y dijo que Londres sólo busca lograr el apoyo de los socios europeos en un momento en que el país se siente aislado por el Brexit. “Los británicos están usando este caso para unir a los socios europeos contra Rusia. Está relacionado con el Brexit. Esta es la razón por la que Londres está haciendo esto”, dijo.
La revelación llega un día después de la grotesca entrevista en la televisión rusa a los dos hombres que Londres acusa de haber envenenado a los Skripal. Alexander Petrov y Ruslán Boshírov aseguraron ser simples turistas que viajaron a Salisbury dos veces en dos días consecutivos, el mismo fin de semana en que los Skripal cayeron enfermos, para visitar su catedral medieval, cuya aguja describieron de forma enciclopédica. Dijeron que sólo habían podido estar en Salisbury unas horas por la nieve, que les dejó empapados hasta las rodillas. Las imágenes grabadas por los británicos, sin embargo, les muestran andando por calles limpias de nieve y perfectamente secos. También en dirección contraria a la catedral.
El laboratorio suizo en el que pretendían infiltrarse analizaba el agente nervioso del ataque a los Skripal
Los dos fornidos hombres, que dijeron trabajar en fitness, se rieron cuando la directora de Russia Today, Margarita Simonian, les preguntó si llevaban Novichok o perfume Nina Ricci, el recipiente que según Londres contenía el veneno. “Los tíos normales no llevan perfume de mujer”, respondieron.
La entrevista estuvo cargada de alusiones a la supuesta homosexualidad de los turistas. “Hablando de tíos normales, todas las imágenes os muestran juntos... ¿qué os une?”, preguntó Simonian. Y ellos: “No nos metamos en la vida privada”.