La nueva dirección del Lliure se elegirá por concurso internacional
Un patronato intenso del que marchó Rosa M. Sardà inicia el cambio
Comienza el proceso de cambio en el Teatre Lliure. Con decisiones importantes y también con gestos prácticos que resultaron simbólicos: ayer el patronato del teatro, que tenía que decidir el método para sustituir a Lluís Pasqual tras su dimisión, se reunió en la biblioteca del centro, con los 28 patronos a la misma altura y frente a frente alrededor de una gran mesa. Normalmente se reunían en la sala de prensa, donde unos presidían desde la tarima mientras el resto se sentaban como espectadores frente a ellos en varias hileras de sillas. Y es que la de ayer no era precisamente una reunión de trámite y concordia, sino que tenían que discutir a fondo tras la polémica vivida.
Allí estaban actores como Rosa Maria Sardà, Pere Arquillué, Imma Colomer, Fermí Reixach, Jordi Bosch o Toni Sevilla. Y exdirectores del Lliure como Àlex Rigola y Guillem-Jordi Graells. Y el artista Frederic Amat. Y la bióloga Anna Veiga. Y por supuesto las cuatro administraciones –Ayuntamiento, Generalitat, Ministerio y Diputación– que subvencionan al teatro. Fue una reunión “muy intensa”, a decir de algunos patronos. Rosa Maria Sardà, que había anunciado su dimisión al principio, se quedó, pero acabó levantándose y marchando ostensiblemente enfadada. Se leyó además una carta de Lluís Pasqual al patronato en la que el ya exdirector explicaba sus motivos, hacía un recorrido por la historia y las diferentes etapas del teatro y recordaba los principios que lo inspiran. Casi un informe de situación para quien llegue.
Pese a la intensidad del debate, el sentir más común es que resultó muy útil y hubo acuerdo general en lamentar la marcha de Pasqual y también en que a su sustituto o sustituta se le elegirá, por primera vez en la historia de este teatro, por concurso internacional. Limitado, eso sí, al ámbito europeo porque el presidente del patronato, el médico Ramon Gomis de Barbarà –que definió la marcha de Pasqual como “triste” y recordó que el Lliure es una singularidad por el peso que tiene la profesión teatral en su patronato– explicó que tienen que agilizar la elección para poder programar la siguiente temporada.
Aunque a los directores del Lliure los elige por estatutos el patronato, el máximo órgano de decisión, no hará falta cambiarlos para organizar el concurso: la junta de gobierno del teatro –integrada por nueve miembros del patronato– confeccionará las bases del concurso y propondrá a los jurados. Una vez el patronato discuta y apruebe estas propuestas, hacia noviembre se convocará el concurso. La decisión del jurado la hará suya la junta de gobierno. Si el jurado duda entre más de un candidato, la junta de gobierno apostará por uno. Y lo llevará al patronato para la aprobación final. Antes de enero no habrá nueva dirección, quizá meses más tarde, por lo que ayer se confirmó a la subdirectora y gerente Clara Rodríguez y a la adjunta a la dirección artística, Aurora Rosales, en sus puestos al frente de la vertiente económica y de la artística, respectivamente. Rosales tendrá que decidir qué espectáculo sustituye al Lorca que iba a dirigir Pasqual y quizá tendrá que programar el primer trimestre de la próxima temporada según cuando se elija la nueva dirección. La Kompanyia Lliure, el grupo de actores jóvenes del teatro, seguirá este año, y el próximo dependerá de quien se elija y de la renovación del patrocinio del Banc Sabadell.
Asimismo, ayer se decidió crear una comisión de cambio de estatutos que trabajará durante seis meses y estará integrada por Amat, Colomer, Graells, Rexach, Esteve Leon, Maria Martínez y la Asociación de Espectadores del teatro. Abordarán temas como la paridad en la programación, los métodos de elección de los cargos del teatro o la composición y renovación del patronato.
Una comisión en la que estarán Imma Colomer, Guillem-Jordi Graells y Frederic Amat abordará el cambio de los estatutos