Semana de éxito
Todo ha sido un éxito: la Setmana del Llibre en Català, a la que ha ido más gente que en ediciones anteriores; la visita de los editores internacionales, invitados por la directora del área de Literatura i Pensament del Institut Ramon Llull, Izaskun Arretxe; y también la presentación de El naufragio, de Lola García. Y eso que el título remite a un fracaso: al de la metáfora del viaje a Ítaca que tanto utilizó Artur Mas.
El fracaso es interesante como material literario, y el éxito se da cuando el resultado tiene buena aceptación. Lo pensé el lunes, en la plaza de la Catedral. Anna Guitart entrevistaba a Eva Baltasar, autora de Permagel, que reconocía y agradecía la labor de la directora de Club Editor, Maria Bohigas, para que su texto acabara siendo uno de los grandes éxitos de la temporada. Eso se ha reflejado en las ventas, y en el número de personas que fueron a escucharla y esperaron a que les firmara un ejemplar, entre las que se encontraba la directora teatral Carol López. Antes, Baltasar hablaba de la dificultad de enfrentarse o asumir las frustraciones. En casa de los amigos de su mujer, contaba, suele ver blísters de ansiolíticos y somníferos expuestos sin complejos en la cocina, como si fueran habituales cajas de analgésicos. El éxito de Els fills de Llacuna
Park, de Maria Guasch, ha sido progresivo. La novela salió el año pasado y está resultando un long-seller. La autora firmó en la caseta más alcohólica de la Setmana, que L’Altra Editorial, donde publica, compartía con Males Herbes, Labreu, y algunas cervezas. Pasaron por allí Joan Safont, Antoni Clapés (cuya traducción de Pèl de panotxa, de Jules Renard, estoy leyendo). También vi a Sebastià Bennasar, a la directora de Taleia, Elisenda Figueras, al presidente de la Setmana, Joan Sala, que atendía al Info-K para hablar de otro éxito: las bibliotecas de cartón que se regalaban con las compras superiores a cincuenta euros. El editor de Ara Llibres, Joan Carles Girbés, comentaba que ha notado la crisis de los cuarenta cuando su hijo (“preadolescente desde que tenía tres años”) ha empezado el instituto. El periodista Carles Domènech contestaba que él cierra fases de un día para el otro, como cuando dejó de tomar Coca-Cola, y estuvieron en su nevera seis meses; ya no le tentaban.
Tal vez habría cambiado de parecer si el jueves hubiera ido al entiempo, cuentro de autores catalanes y editores internacionales, en la azotea del Yurbban. Durante un almuerzo informal en el que hubo más postres que comida, la gente bebió mucho, porque el calor era deshidratante. Katharina Bielenberg, de la británica MacLehose Press, se puso crema de protección solar. Mohamed Elbaaly sacará, en la egipcia Sefsafa, Eren ells, de Carles Rebassa, así que su primera traducción será al árabe. También estaban Lena Schäfer, de la alemana Bastei Lübbe, Sara Cremaschi, de Bompiani-Guiunti Editore, Ingrida Dubauskiene, de la lituana Alma Littera. En total, dieciocho, que departieron con Rocío Bonilla, Blanca Busquets, Raül Garrigasait, David Guzmán, Aurelio Major, Joan Jordi Miralles. Y ahí va una apreciación de Ethan Nosowsky, de Graywolf Press: Barcelona y San Francisco se parecen, entre otras cosas porque ambas creen ser grandes ciudades.
Pero cambiemos de escenario. En la Casa del Libro, la directora adjunta de La Vanguardia, Lola García, presenta El naufragio. La deconstrucción del sueño independentista. Lo hace acompañada de Jordi Basté y el director de este diario, Màrius Carol. “Cuando, con el se analice lo que ha pasado durante el llamado procés, La Vanguardia será una de las mejores herramientas para entenderlo”, dirá este último ante un auditorio a rebosar. También apuntará que seguramente el primer momentum fue la Diada del 2012. El president Mas vio la manifestación por la tele con Francesc Homs, en el palacete Albéniz, y uno de los dos comentó: “Són la nostra gent”. García explica que entonces se dieron cuenta de que, si no lideraban a toda esa multitud desde el Govern, les pasarían por encima.
En primera fila se sientan el presidente del Grupo Godó, Javier Godó, y el presidente del Grupo Planeta, Josep Creuheras. Tras una palabras del editor de Península, Ramón Perelló, Basté asegura que no le gusta nada hablar en público, y define el libro como un “relato periodístico impecable, de Champions League”. Resalta esa mirada de reojo que tiene el independentismo, siempre pendiente de lo que hace el otro y de los velociraptores de las redes que en cualquier momento pueden llamarte traidor. En el público, por cierto, no veo dirigentes independentistas. Sí están Toni Aira, Santi Vila, Josep Antoni Duran Lleida, el exjefe de prensa de Jordi Pujol, Jesús Conte, Joan Coscubiela, Joana Ortega, Fèlix Riera, las diputadas Eva Granados y Assumpta Escarp.
También los compañeros Jordi Juan, Miquel Molina, Isabel Garcia Pagan, Llàtzer Moix, Manel Pérez y Enric Sierra, Jordi Amat, Sergi Pàmies, Joan-Pere Viladecans. Asimismo otros periodistas como Álex Sàlmon, Manuel Cuyàs o José Antonio Sorolla, Cristian Segura. También Núria Ribó y Malcolm Otero. Y de nuevo recuerdo la épica de la derrota, que cada 11 de septiembre se celebra con gran éxito.
Màrius Carol y Jordi Basté presentaron ‘El naufragio’, el libro de Lola García sobre el proceso