Recuperando señas de identidad
Haber sido la mitad de uno de los dúos más trascendentales no ya de la música pop sino de la cultura contemporánea puede o no puede suponer un engorro o una responsabilidad a sus protagonistas. En el caso de Paul McCartney parece que su máxima prioridad en los últimos años haya sido no perder el nexo de unión/complicidad con las nuevas generaciones de oyente. Por ejemplo, en su anterior álbum New (de hace un lustro) echó mano de ese pequeño alquimista que es Mark Ronson para no perder onda con el discurrir de los tiempos. Y desde esa misma perspectiva cabe ubicar el corte más polémico de este flamante Egypt Station, es decir, Fuh you, compuesto y producido en colaboración con Ryan Tedder, lujoso compositor de alquiler tal como pueden dar fe Leona Lewis o Beyoncé. Y aunque Fuh you sea el tema más adictivo del álbum, lo que vale la pena de éste son las composiciones más radicalmente mccartneyanas, porque al fin y al cabo a lo que uno se refiere con ello es a una parte fundamental de la identidad de la música pop. YMcCartney parece haberse dado cuenta de que no hay por qué buscar lo contemporáneo a cualquier precio para sonar contemporáneo. Y eso se percibe en I don’t know, que muestra su capacidad melódica. Y tanto en Repeated warnings como en el Hunt you down/Naked/C-Link que cierra el disco, aparece el McCartney más brillante. Alguien que no debería tratar de buscar nuevas identidades más allá de evolucionar la propia (aunque un corte maldecido por los canónicos como Back in Brazil tiene su qué).Un primer paso.