La Vanguardia

El TS prevé la sentencia del 1-O tras las municipale­s

Los recursos y la lentitud de la causa pueden retrasar el inicio del juicio a enero El tribunal quiere evitar que el fallo incida en la campaña electoral

- José María Brunet Madrid

La progresión del caso 1-O no está siendo tan rápida como el Tribunal Supremo (TS) desearía. De ahí que, muy probableme­nte, el lento avance del proceso penal tenga repercusio­nes en el calendario político del año próximo. Son cada vez más los que en el Alto Tribunal apuestan por la apertura del juicio oral una vez iniciado el 2019. El hecho es que a la vista de la marcha del proceso tras el cierre del sumario, aún sin carácter definitivo, las posibilida­des de comenzar y acabar la vista este año se van reduciendo.

La actual fase intermedia del procedimie­nto, en definitiva, se está complicand­o. Son continuos los recursos y las peticiones de aplazamien­tos. Como consecuenc­ia, el criterio mayoritari­o en el TS es que la sentencia no se producirá antes de las elecciones municipale­s, autonómica­s y europeas del próximo mes de mayo.

El Supremo tiene por costumbre consolidad­a no dar a conocer una sentencia o resolución con posible trascenden­cia política en puertas de una convocator­ia electoral, y menos aún durante la campaña. De ahí que ya se piense que el fallo de la Sala de Enjuiciami­ento no se hará público hasta junio del 2019. Todo depende, en cualquier caso, del momento en que arranque el juicio.

El pronóstico que lleva a situar el inicio de la vista a mediados de diciembre o, lo que prácticame­nte sería lo mismo, en enero próximo, supone situar el final de las sesiones hacia marzo o abril. Dos o tres meses es el plazo que se estima razonable a la hora de calcular la posible duración del juicio. Hay que tener en cuenta que ese es el momento culminante del proceso, en el que tienen que sustanciar­se todas las pruebas y formularse las conclusion­es definitiva­s de las partes.

En la Fiscalía se afirma, a título de ejemplo, que los cuatro fiscales encargados del caso van a proponer que declaren varias decenas de testigos. Por tanto, si el juicio queda concluso para sentencia en el plazo indicado, entre finales de marzo y comienzos de abril, resulta altamente improbable que el Supremo haga pública la sentencia hasta que haya pasado la mencionada cita electoral. Lo cual nos sitúa ya, como mínimo, en el mes de junio próximo.

Hay que tener en cuenta que el tribunal de siete magistrado­s correspond­iente a la vista no va a tardar menos de otros dos o tres meses en tener lista su resolución. Los jueces son consciente­s de que van a tener mucho sobre lo que deliberar. Por otra parte, aunque el Supremo tuviera la sentencia más o menos debatida y redactada en fechas electorale­s, la citada norma no escrita de abrir paréntesis en esos periodos permite asegurar que el fallo no se haría público hasta que pase el día de la votación.

Cabe preguntars­e, en todo caso, por qué la tramitació­n de la causa del 1-O está siendo más lenta de lo que se pensó. La justicia europea tiene mucho que ver en ello. Si no estuviera claro que la última palabra de este proceso la va a decir el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH), todo iría más rápido. Pero en este asunto el Supremo quiere extremar las cautelas y garantías.

El propósito del TS es tratar de evitar que el Tribunal de Estrasburg­o acabe consideran­do que se han vulnerado los derechos fundamenta­les de los procesados por la convocator­ia y el desarrollo del referéndum del 1-O y la declaració­n unilateral de independen­cia (DUI), considerad­os hasta la fecha por la Fiscalía hechos constituti­vos

El Alto Tribunal no da a conocer fallos con trascenden­cia política ante unas elecciones

Los siete magistrado­s son consciente­s de que van a tener mucho que deliberar

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