Woody Allen volverá a rodar una película en Barcelona
Once años después de ‘Vicky Cristina...’, el cineasta ultima un nuevo rodaje con Mediapro
Once años después de Vicky Cristina Barcelona, y si no se tuerce nada de aquí a final de mes, Woody Allen regresará a la capital catalana para rodar aquí su próxima película el año que viene. El cineasta se reunirá dentro de una semana en Nueva York con el administrador único de Mediapro, Jaume Roures, para cerrar el acuerdo al respecto. El empresario y productor barcelonés lo anunció ayer en entrevista con Jordi Basté en El món a RAC1.
Allen “ya tiene el esquema de la película que quiere hacer” y el plan de situarla en Barcelona, si bien el guion aún no está a punto y tampoco las localizaciones se han concretado. El realizador no quiere desvelar por el momento el tema de la historia, dijo Roures, y por tanto tampoco el elenco de actores con los que quiere contar.
El director estadounidense lleva sin rodar desde el verano del 2017, lo que, por primera vez desde 1981, rompe su costumbre de hacer al menos una película al año. Según informaciones difundidas en Estados Unidos y reproducidas luego en todo el mundo, el paréntesis se debería a que Allen no encuentra financiación de la industria cinematográfica a causa de las acusaciones de abusos sexuales de su hija adoptiva, Dylan Farrow, imputaciones no respaldadas hasta el momento por veredicto judicial alguno.
Roures, que mantiene una relación estrecha con Allen más allá de sus proyectos conjuntos, calificó ayer de “rumor” sin base la afirmación de que el cineasta no rueda porque no consigue dinero a raíz del escándalo sexual y familiar en que se halla envuelto. El bulo se habría propagado simplemente “porque queda bien como titular”. Pero el director podría haber filmado este año la película que planea con Mediapro, y si no lo ha hecho es porque ha dado prioridad a “otro proyecto”; a “otra cosa” que está “escribiendo”, señaló el productor sin dar más detalles para respetar la confidencialidad que Allen desea mantener. “Si él hubiera querido, habríamos acelerado” la película, insistió Roures.
Pero el cuestionamiento del director de cine por las declaraciones de su hija –así como por el eco que obtuvieron en plena revuelta del #MeToo en relación con casos mucho más documentados o probados como el de Harvey Weinstein– sí parecen estar afectando a la producción cinematográfica de Allen. Así lo evidencia la extraña situación del último largometraje que ha realizado, A rainy day in New York. Según informaciones lanzadas en Hollywood, Amazon puede haber congelado o “archivado definitivamente” esta película en virtud de las acusaciones contra el realizador y por el hecho de que la cinta, ya acabada y con un coste cercano a los 25 millones de dólares, aborda la relación entre un hombre de edad avanzada y una adolescente. Y sea ésa o no la razón de que el proyecto esté en el limbo, lo cierto es que la multinacional de la distribución ha evitado desmentirlo y se ha limitado a señalar que “no se ha establecido ninguna fecha de estreno” pese a que el filme terminó de filmarse a final de agosto del 2017; por cierto que con un respetable elenco formado por Timothee Chalamet, Selena Gomez, Jude Law, Rebecca Hall y Elle Fanning.
En este contexto, la confirmación de la nueva colaboración de Allen con Mediapro en una segunda película a filmar en Catalunya convertiría a la empresa de Roures en una especie de tabla de salvación para el director neoyorquino.
Pero hay otras razones que dan sentido a un nuevo rodaje de Allen en Barcelona. Para empezar, el autor de Midnight in Paris, Hannah y sus hermanas o Annie Hall –por citar sólo aquéllas con las que ganó algún Oscar– se considera a sí mismo un director europeo y de hecho hace ya largo tiempo que sus obras son mejor recibidas aquí que en Estados Unidos.
El también guionista y actor tiene además una conexión especial con la ciudad catalana, que visita “con regularidad” según Roures. El hotel Arts como alojamiento, los salones de Casa Fuster para tocar el clarinete y el restaurante Ca l’Isidre para comer son sus santos lugares desde el rodaje de Vicky Cristina Barcelona, la tercera película más taquillera de su filmografía en lo que va de siglo por detrás de Midnight in Paris y Blue Jasmine.
Después de haber sido señalado por actrices como Natalie Portman, Reese Witherspoon y otras que dijeron creer a pies juntillas las imputaciones de Dylan Farrow en su contra, el cineasta ha encontrado en los actores españoles una respuesta más cauta sobre su culpabilidad o no: la de la presunción de inocencia. Así, Javier Bardem, miembro del reparto de Vicky, Cristina Barcelona junto con Penelope Cruz, Rebeca Hall y Scarrlett Johansson, dijo al poco de estallar el escándalo que volvería a trabajar con el estadounidense en tanto no se demuestre la veracidad de dichas acusaciones de abusos. También Cruz invocó la supremacía de la palabra de los tribunales en casos como éste, y añadió que no estaría de más revisar el caso para buscar la verdad. Mientras, la duda razonable prevalece en favor del cineasta. Y más a la vista del capote que ayer le echó su pareja e hija adoptiva de Mia Farrow, Soon-Yi Previn. Así que, de nuevo, Barcelona es posible para Woody Allen.
TABLA DE SALVACIÓN
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