Sánchez contraataca con la supresión de aforamientos
La eliminación del beneficio se haría con un cambio constitucional en 60 días
El presidente trata de descolocar al PP y recuperar la iniciativa
“¡No me voy a rendir!”, advirtió Pedro Sánchez. El presidente del Gobierno quiere pasar a la acción, en vez de seguir atrapado en la mera reacción ante los acontecimientos que se suceden a un ritmo vertiginoso y que amenazan con desbordar a su Gobierno. El jefe del Ejecutivo trata así de recuperar la iniciativa y dirigir la agenda política, en lugar de ir a rastras y a la defensiva ante los ataques que le disparan sus adversarios. Y logra además colocar bajo los focos los aforamientos –los privilegios de los políticos–, para intentar enterrar definitivamente la polémica por su propia tesis doctoral y la guerra de los másters que ya se cobró la cabeza de la ministra Carmen Montón. Sánchez lanzó ayer la propuesta de abordar una reforma exprés de la Constitución para suprimir los aforamientos.
En un acto celebrado en la Casa de América en Madrid con el que Sánchez quiso imponer su relato del cambio en España tras cien días de mandato, aseguró que el triunfo de su moción de censura que tumbó a Mariano Rajoy contiene “un mensaje claro, de gran calado político”. A saber: “España es reformable desde sus instituciones y siempre dentro del marco constitucional”. Un mensaje que podría ofrecer también una vía para la resolución del conflicto en Catalunya. Pero que ayer Sánchez concentró en la propuesta estrella con la que logró alborotar el escenario político: el Gobierno, anunció, va a proponer a las Cortes una reforma de la Constitución “para acabar con los aforamientos”. “Si todos actuamos con altura de miras, esta reforma entrará en vigor en tan solo 60 días desde que se inicie su tramitación en el Congreso”, urgió. El objetivo, destacó, es “que los ciudadanos vuelvan a creer en la política”. “Ofreceríamos una señal relevante, inequívoca, generosa, de ejemplaridad, solidaridad y empatía”, aseguró.
El Gobierno explicó después el alcance de la propuesta, que en breve aprobará el Consejo de Ministros como anteproyecto de ley de reforma constitucional, para suprimir el aforamiento de los cargos públicos. Es decir, miembros del Gobierno, diputados y senadores, “salvo en el ejercicio estricto de sus funciones y durante la duración del cargo”. Afectaría así a los delitos comunes, ante los que los políticos no podrían eludir la acción de los tribunales ordinarios. La propuesta del Gobierno es modificar los artículos 71.3 y 102.1 de la Carta Magna. Pero también sería necesario modificar otras leyes, como la del Poder Judicial, para “precisar el alcance del aforamiento” de los titulares de otros cargos y funciones públicas, como jueces, fiscales, el Defensor del Pueblo o los miembros del Tribunal de Cuentas. El Consejo de Ministros encargará los preceptivos informes al Consejo de Estado y al Consejo General del Poder Judicial, y tras su aprobación lo remitirá a Cortes.
Si hubiera el suficiente respaldo parlamentario, efectivamente, en pocas semanas podría culminarse el cambio, como Zapatero y Rajoy hicieron con la reforma exprés del artículo 135 de la Constitución en el 2011. La reforma se haría por el procedimiento ordinario, no agravado ni que desemboque en un referéndum, por lo que requiere la aprobación de 3/5 del Congreso y del Senado. Es decir, necesitaría 210 votos favorables en el Congreso, lo que el PSOE podría lograr si Ciudadanos suma sus 32 escaños a la misma mayoría parlamentaria que derribó a Rajoy. Pero en el Senado, el PP sigue conservando su mayoría absoluta.
Si se limitan los aforamientos en la Constitución, según el Gobierno, “no tiene sentido que se mantengan en las comunidades autónomas”.
Con esta iniciativa, Sánchez pretende descolocar al PP y a Cs, de la misma manera que estos partidos sorprendieron con el pie cambiado a Sánchez con la polémica de su te- sis doctoral. La propuesta sólo puede triunfar con el respaldo del PP, y se da la circunstancia de que su líder, Pablo Casado, está precisamente a la espera de que el Tribunal Supremo decida si le investiga por su polémico máster. Y pese a que desde la Moncloa se quiso desvincular esta iniciativa de Sánchez de la situación concreta de Casado, no se descartó que esta reforma, de culminarse, pudiera llegar a afectarle. El secretario general del PP, Teodoro García Egea, se apresuró en todo caso a denunciar que la propuesta de Sánchez sólo es “una cortina de humo” para desviar la atención, además con otro objetivo: facilitar que los “golpistas” catalanes “escapen” del Tribunal Supremo.
Pero el líder de Cs, Albert Rivera, celebró en cambio la iniciativa como un éxito propio: “Logramos torcerle el brazo al bipartidismo, y tras 40 años blindando privilegios políticos el PSOE rectifica”. Precisamente hoy se debate en el Congreso una moción de Cs para suprimir los aforamientos. Y también Podemos saludó la iniciativa “con alegría”. No obstante, la formación de Pablo Iglesias quiere más, mucho más: entre otras cuestiones, revisar el aforamiento del Rey Juan Carlos. Pero después de la reforma del 135, Podemos ya advirtió que nunca más se volvería a “tocar una coma” de la Constitución si después no se ratifica en un referéndum popular. Y ayer lo volvió a advertir: no hay que olvidar que basta para ello con que lo reclamen 35 diputados, y Unidos Podemos y sus confluencias disponen de 71 escaños.
La propuesta de Sánchez tiene otra derivada en Andalucía, ya que la imposibilidad que esgrimió Susana Díaz de afrontar un cambio estatutario para eliminar los aforamientos fue la excusa para que Cs rompiera su pacto de legislatura y abriera la puerta al adelanto electoral en este territorio. La presidenta andaluza, no obstante, se apresuró también a respaldar ayer la iniciativa de Sánchez: “Siempre he defendido que lo lógico y razonable es suprimir los aforamientos en toda España, esa es la fórmula”.
Y mientras el debate de los aforamientos vuelve a escena, la Moncloa se sigue pertrechando para el combate electoral ante la hipótesis de un adelanto de la cita con las urnas. Así interpretan algunos dirigentes socialistas el fichaje de José Antonio Rodríguez Salas para el gabinete de la presidencia del Gobierno tras su dimisión como alcalde de Jun (Granada), después de haber colaborado en el triunfo de Sánchez en las primarias del PSOE y formar parte de su ejecutiva en Ferraz.
RECUPERAR LA INICIATIVA “¡No me voy a rendir!”, advierte el jefe del Ejecutivo en el acto que celebró sus cien días
EL MENSAJE DEL PRESIDENTE “España es reformable desde sus instituciones y dentro del marco constitucional”
UNA CORTINA DE HUMO
El PP alerta de que el líder del PSOE quiere sacar a los “golpistas” catalanes del TS
¿ADELANTO DE LOS COMICIOS? La Moncloa se pertrecha para el combate electoral con nuevos fichajes