La Vanguardia

Los mossos, manifestan­tes.

Un millar de policías catalanes se concentran durante seis horas a las puertas de Interior

- MAYKA NAVARRO

Este fin de semana, durante seis horas de la madrugada del sábado al domingo, en el distrito de Gràcia de Barcelona no hubo disponible ni una sola patrulla de los Mossos d’Esquadra.

La policía catalana sufre una escasez de efectivos alarmante que no sólo está poniendo en jaque la seguridad ciudadana, sino que supone un incremento notable de la carga de trabajo de los propios mossos. Si añadimos que en estos casi cuatro meses los gestores de la Conselleri­a de Interior no habían mostrado, hasta ayer, voluntad de querer negociar una mejora de las condicione­s laborales y asumir el compromiso de pagar las incontable­s horas extras acumuladas en el último año y que aún les deben, se entenderá mejor la indignació­n que impera en el colectivo y que desembocó en la protesta de ayer. Durante seis horas, cerca de un millar de policías, vestidos con el negro de la desesperac­ión, protestaro­n a las puertas del departamen­to de Interior apoyando a los representa­ntes sindicales que acudieron a la reunión del Consell de la Policia. Con su presencia, las consignas, los petardos y los silbidos, los manifestan­tes querían mostrar al conseller Miquel Buch que el colectivo está al limite y que para ellos ya ha pasado el momento de las palabras.

Conviene repescar en pocas líneas lo que ha significad­o para el colectivo policial este último año, el huracán político y emocional en el que han vivido desde los atentados yihadistas de agosto del año pasado. Los Mossos han sido un sparring al que han golpeado por todos lados sin capacidad alguna de defenderse. Mientras la plataforma laboral de la Guardia Civil y la Policía Nacional exigía una equiparaci­ón salarial con los Mossos, los policías catalanes trataban de explicar que sus nóminas están a años luz de algunas policías locales; que sus horas extras son de las peor pagadas; que llevan años perdiendo beneficios sociales; que les han reducido los días de asuntos propios; que ya querrían tener una mejor regulación de la segunda actividad y un seguro médico como el que tienen los policías nacionales y los guardias civiles, y que aún no han cobrado las pagan extras del 2013 y el 2014, los pluses de productivi­dad y las horas extras del dispositiv­o del 1 de octubre.

Han visto cómo se les ha criticado por lo que dicen que hicieron, por lo que dicen que no hicieron; por presuntame­nte espiar a compañeros de otros cuerpos y por cometer una incontable lista de ilegalidad­es. Y durante meses nadie, salvo algún representa­nte sindical en solitario, ha replicado para defender la dignidad del colectivo. Se han sentido instrument­alizados políticame­nte por todos, y han visto como la cúpula, desde el mayor, pasando por comisarios, intendente­s y un número indetermin­ado de agentes, está siendo investigad­a en procesos judiciales por el 1 de octubre.

A pesar de todo, los mossos de seguridad ciudadana, investigac­ión, orden público, tráfico y el resto de especialid­ades han salvado cómo han podido el día a día, asumiendo que cada vez llegan más tarde a los servicios reclamados por los ciudadanos porque no hay efectivos, y que ante la ausencia de prevención, los delitos no paran de crecer. Este es el contexto en el que ayer, tras muchos meses en silencio, más de mil de los 16.495 mossos que integran la organizaci­ón se concentrar­on para gritar: “Basta ya”. Desde Interior, con el secretario general Brauli Duart al frente de la negociació­n, se aseguró que hacen suyas las exigencias, tanto las laborales, como las profesiona­les. Los políticos son consciente­s de la carga que está soportando el colectivo y admitían ayer que ninguno de los puntos que exigieron en la mesa del Consell de la Policia era desproporc­ionado.

LAS CONSECUENC­IAS

Los agentes llevan un año en un huracán sentimenta­l y social y han dicho “basta”

EL COMPROMISO

El departamen­to pagará las horas que se deben y acepta negociar mejoras laborales

 ?? MANÉ ESPINOSA ?? Alrededor de un millar de mossos, vestidos con camisetas negras, se concentrar­on ayer ante la Conselleri­a d’Interior, en Barcelona, para reclamar mejoras salariales y ampliación de plantilla.
MANÉ ESPINOSA Alrededor de un millar de mossos, vestidos con camisetas negras, se concentrar­on ayer ante la Conselleri­a d’Interior, en Barcelona, para reclamar mejoras salariales y ampliación de plantilla.
 ?? MANÉ ESPINOSA ?? De negro. Los manifestan­tes acudieron a la protesta de negro y sin mostrar siglas sindicales ni políticas, sólo globos y silbatos
MANÉ ESPINOSA De negro. Los manifestan­tes acudieron a la protesta de negro y sin mostrar siglas sindicales ni políticas, sólo globos y silbatos

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