Putin y Erdogan alcanzan un acuerdo para evitar una catástrofe en Idlib
Moscú y Ankara crearán una zona desmilitarizada entre Damasco y los rebeldes
A pesar de sus diferentes posiciones en Siria, Vladímir Putin y Recep Tayyip Erdogan han decidido seguir pactando los pasos que dan en una guerra civil que dura siete años y que, tras recuperar la provincia de Idlib, podría darse por terminada a favor del régimen de Damasco, aliado de Moscú. Los presidentes de Rusia y Turquía se pusieron ayer una fecha en Sochi. Para el 15 de octubre acordaron crear una zona desmilitarizada entre el ejército de Siria y las tropas de la oposición.
Erdogan llegó ayer a esa ciudad a orillas del mar Negro para discutir con Putin y lograr con él un compromiso respecto a Idlib. Esa provincia es el último refugio de la oposición a la que apoya Turquía. Este es uno de los motivos por los que al Gobierno de Ankara no le satisface una ofensiva definitiva a sangre y fuego de las tropas de Damasco, apoyadas por milicianos de Irán y la poderosa aviación rusa. El otro motivo es que la última gran batalla de la guerra civil podría provocar una nueva oleada de refugiados que al primer lugar que irían sería a Turquía, país que ya acoge a 3,5 millones de sirios exiliados. Se calcula que actualmente viven en la provincia de Idlib tres millones de personas y hay unos 60.000 insurgentes.
“En la reunión que se ha celebrado hemos examinado en detalle la situación (de la provincia) y hemos decidido establecer antes del 15 de octubre a lo largo de la línea de contacto entre la oposición armada y las fuerzas del Gobierno una zona desmilitarizada de 15-20 kilómetros de anchura, de la que quedarían excluidas las milicias radicales, como el Frente Al Nusra”, dijo ayer Vladímir Putin tras el encuentro. Estos grupos, considerados terroristas por Rusia, deberán abandonar esa zona, puntualizó Putin.
El acuerdo entre Rusia y Turquía supone que antes del 10 de octubre las milicias rebeldes de la oposición tienen que sacar de esa línea de separación todas sus armas pesadas, lo que incluye tanques, lanzaderas de misiles y de torpedos.
El pacto supone que queda descartada una gran ofensiva militar sobre la provincia de Idlib, dijo después el ministro de Defensa de Rusia, Serguéi Shoigú. El Gobierno sirio se había reservado el derecho a una ofensiva final si los rebeldes rechazaban la reconciliación en Idlib. Pero esta posibilidad ha levantado serias preocupaciones, incluso en la ONU, que advirtió sobre la catástrofe humanitaria que podría provocar.
El jefe del Kremlin también señaló que se están preparando conversaciones con el Gobierno de Siria para la creación de la zona tampón. “En general la República Árabe Siria comparte este enfoque”, aseguró.
Rusia, aliada de El Asad, y Turquía, que respalda a los rebeldes, patrullarán la zona juntos
Según Erdogan, lo pactado “evitará una catástrofe humanitaria”.
El compromiso de los dos líderes, tras tunas negociaciones que duraron cuatro horas y media, incluye un esfuerzo común para acabar con los grupos extremistas de la única provincia que aún no está bajo control de Damasco. Erdogan dijo que “Turquía y Rusia patrullarán de manera coordinada ese territorio”. Y aseguró también que ambos coincidieron en que “el territorio controlado por los terroristas no se limita a la provincia de Idlib”. Según el presidente turco, el Partido de Unión Democrática kurdo y los peshmerga representan una “amenaza para Turquía en Siria”.
La provincia de Idlib, en el noroeste de Siria, fue ocupada en el 2015 por varios grupos insurgentes, entre ellos el Frente al Nusra. En ese territorio se han refugiado facciones extremistas de otras zonas, como Alepo, Homs o Guta Oriental, después de llegar a acuerdos con Damasco, pero que se negaron a abandonar la lucha armada.
En este contexto, la cercana ciudad de Latakia, en la costa norte del país, sufrió anoche un ataque de misiles lanzados desde el mar, según informó la agencia oficial SANA. Varios proyectiles impactaron en una empresa industrial.