“Lo veía venir”
Jorge Ureña, el mejor decatleta español, revisa el récord mundial de Kevin Mayer
Jorge Ureña (25) se había conectado a Instagram el sábado. Lo hizo para seguir la exhibición de Kevin Mayer (26).
A esas horas, en Talence, Mayer estaba disputando la primera jornada del Decastar, un decatlón en formato espectáculo que acerca la modalidad al público.
–El Instagram de Mayer está especialmente activo. Ahí cuenta historias muy interesantes –dice Ureña.
Revisando historias, supo que Mayer estaba inspirado.
–Había corrido el 100 en 10s55, y había saltado 7,80 m en la longitud. Entendí que iba realmente bien. Empecé a hacer cálculos: el récord mundial estaba a su alcance. Desde aquel instante, ya lo vi venir.
Ureña sabe de qué habla: sus 8.121 puntos lo sitúan como el mejor decatleta español del presente. Y se ha medido a Mayer en unas cuantas ocasiones. Por ejemplo, en los Mundiales de Londres, el año pasado. O en el heptatlón del Europeo indoor, también en el 2017: fue plata.
Entonces, sólo le había superado Kevin Mayer.
–¿Se imaginaba que Mayer batiría algún día el récord mundial?
–La verdad es que sí. Ya el año pasado, en los Mundiales de Londres, parecía en condiciones de batirlo. Lo que pasa es que falló en la pértiga, y entonces se le rompió todo.
–¿Y ahora...?
–Lo veía de sobras. Ha hecho mejoras muy importantes en todas las pruebas. Siempre tuvo talento, desde que ganó el Mundial juvenil. Pero ahora ha crecido en la fuerza y la velocidad. Antes apenas corría los 100 m en 11s20. Ha bajado hasta 10s55. Y si corres más rápido, avanzas en casi todo. Sobre todo, en los saltos y los lanzamientos. Sus marcas en jabalina o peso son una barbaridad. Bueno, todas lo son... Quizás eso le lastra en los 1.500 m, pero le permite avanzar en las pruebas en las que se ganan más puntos.
–¿Y el punto débil? –Pongamos los 400 m y la altura, por poner algo... Todas sus marcas son bestiales. Y tiene una singularidad: todas las pruebas le salen de forma muy natural. Es talento y técnica, supongo que algo que viene de origen.
–¿Y la pértiga?
–Esa es la clave. ¿Cuántos decatletas se han atascado ante la colchoneta? Decenas de ellos. Se trata de la octava de las pruebas. Acaso, la más ignota, la más imprevisible. Tres nulos en el primer intento pueden arruinarlo todo.
Mayer salvó la pértiga con nota. Pasó limpios todos los listones (5,05m, 5,15m, 5,25m, 5,35m y 5,45m) y, después de fallar en el primer intento sobre 5,55m, decidió pararse. No quería gastar fuerzas.
Para entonces, ya veía el récord a la vuelta de la esquina.
Agarró el micrófono –competía en casa– y voceó:
–Si no bato hoy el récord del mundo, os ruego que bajéis todos a la pista y me pateéis el culo.
Luego lanzó la jabalina hasta 71,90m, otra barbaridad. A esas alturas, Ashton Eaton, el anterior plusmarquista, ya se estaba preparando para tuitear:
“Ha sido un ejercicio impecable. Estoy muy feliz por Mayer, y sobre todo por el futuro del decatlón”.
MÁS VELOCIDAD
“La clave estuvo en la velocidad: antes corría los 100 m en 11s20; ahora ya está en 10s55”