Yemen se muere de hambre a causa del bloqueo saudí
La ONU insiste en que el país sufre la peor crisis humanitaria del mundo
Hodeida es el principal puerto yemení en el mar Rojo. Por él entran el 80% de las importaciones y casi toda la ayuda humanitaria. Está en manos de los rebeldes hutíes y sometido a un férreo bloqueo marítimo por parte de la coalición militar de ocho naciones árabes que lidera Arabia Saudí. El resultado, como recordó ayer la ONU, es que la peor crisis humanitaria del mundo se agravará aún más.
Los yemeníes se mueren de hambre. Son 29 millones y 22 dependen de la ayuda humanitaria. De estos 22, al menos 8,4 millones viven en zonas imposibles de alcanzar por las organizaciones que reparten alimentos y medicinas. Pronto serán 3,5 millones más, según anticipa el Programa Mundial de Alimentos, que gestiona Naciones Unidas.
La situación de los niños es desesperante. Save the Children acaba de añadir un millón de niños más a los 4,2 que sufrían hambre. Unicef afirma que hay once millones de niños –80% del total– que necesitan asistencia de manera urgente.
La ayuda, sin embargo, no llegará mientras los saudíes mantengan el bloqueo sobre Hodeida y no se habilite un puerto alternativo. La coalición árabe acusa a los rebeldes hutíes de utilizar Hodeida para recibir armas procedentes de Irán.
Este bloqueo se parece mucho a un asedio medieval. Yemen, antes de la guerra, ya importaba el 90% de los alimentos que consumía. Hodeida era el cordón umbilical que mantenía nutridos a dos tercios de la población.
La estrategia militar de impedir la llegada de buques matará de hambre a los yemeníes. Este año, Save the Children ha tratado a 400.000 niños desnutridos y anuncia que 36.000 morirán antes de diciembre si Arabia Saudí no permite que reciban ayuda.
Arabia Saudí lanzó una ofensiva aérea sobre Yemen en marzo del 2015 al comprobar que la república islámica de Irán está detrás de los rebeldes hutíes que habían ocupado gran parte del país y expulsado al presidente Hadi. Estos bombardeos han causado 6.660 muertos y 10.563 heridos, según las últimas cifras de la ONU. Otras organizaciones elevan los muertos a diez mil y los heridos a más de 56.000. A estas víctimas hay que sumar las personas que fallecen por malnutrición y enfermedades que serían tratables en una situación de paz. Es obvio que la mayoría de los muertos y heridos son civiles.
Desde que arrancó la guerra el precio de los alimentos ha subido un 68% mientras que la moneda local, el rial, se ha depreciado un 168%. Si a estos indicadores añadimos que los funcionarios –y en un país como Yemen la mayoría de la población trabaja para el Estado– no cobran desde hace dos años, se entiende la alarma de la ONU.
Estados Unidos, Reino Unido y Francia son los principales aliados de la coalición árabe. Insisten en una salida negociada, pero, al mismo tiempo, ganan millones de dólares vendiendo armas a los saudíes, a los que también ofrecen inteligencia y apoyo logístico. España es el cuarto país que más armas vende a Arabia Saudí para utilizarlas en Yemen. El último pedido ha sido de 400 bombas de precisión.
Save the Children calcula que 5,2 millones de niños sufren hambre y 36.000 morirán pronto