Aluvión de críticas a la consejera por la idea de cobrar por probarse ropa
La consejera de Economía de Castilla y León, Pilar del Olmo, tuvo que defenderse ayer de las críticas que ha encendido su propuesta de crear una especie de “impuesto de probadores”, es decir, que los comercios cobren a los clientes por probarse la ropa con la finalidad de hacer frente al comercio digital. “Sólo era una idea”, declaró después de que los partidos de la oposición y las federaciones de comerciantes se le echaran encima. “Pero me satisface que haya generado debate”, añadió la consejera.
“Pensábamos que era una broma”, ironizó el presidente del PSOE regional, Pedro González, que acusó a la consejera del PP de rebajar los impuestos “a los suyos” para plantear después propuestas “retrógradas” que, según advirtió, sólo perjudicarían al consumidor final y supondrían, además, la “puntilla” al sector del comercio. “O no la había trabajado mucho o se la ocurrió en el coche según iba” a Madrid, lamentó González. Los socialistas demandan otro tipo de recursos.
Por su parte, el portavoz de Ciudadanos en Castilla y León, Luis Fuentes, señaló el exceso de intervencionismo en la regulación de una actividad privada. Al planteamiento de Del Olmo tam- bién reaccionaron los comerciantes, a los que les parece “una patochada”.
La consejera planteó en la Conferencia Sectorial de Comercio celebrada el martes en Madrid la posibilidad de que el comercio cobre a los clientes por el uso de probadores, lo que “es una realidad en otros países”. De este modo se evitaría que luego acaben comprando ese producto a través de internet. “La gente lo compra después en las grandes compañías que venden en internet”, señaló en la conferencia. Del Olmo abogó porque el comercio tradicional se adapte a los nuevos tiempos “con medidas innovadoras y revolucionarias para que dentro de 20 años siga habiendo comercio en las ciudades y pueblos”. Ayer se desdijo: “Yo no he propuesto nada y sólo puse algunos ejemplos de cómo incentivar el comercio de proximidad ya que estoy preocupada ante la pérdida de efectivos del sector. ¿Quién soy yo para que un comerciante haga algo?”, preguntó la política del PP.
Del Olmo ha mostrado su satisfacción porque el ejemplo que está sirviendo de polémica está generando un debate para concienciar a la sociedad y a los profesionales de que hay que “proteger, innovar y reinventar” un tipo de comercio que es parte del paisaje urbano.