Histórico acuerdo del Vaticano y China 70 años después
El pacto unifica la Iglesia en el gigante asiático y los obispos se consensuarán
La Santa Sede y el Gobierno chino han alcanzado un pacto pastoral histórico que supone el primer paso para el restablecimiento de unas relaciones diplomáticas rotas en 1951.
La llovizna que estaba a punto de empapar Vilna al final no fue la noticia del día. Tampoco la importante llegada del papa Francisco a la capital lituana, cada vez acercándose más a las fronteras de Putin, en un viaje clave para el futuro de la Iglesia de los países bálticos.
Todo fue eclipsado por un comunicado que llegó al mediodía: el Vaticano había firmado un acuerdo provisional con China, un pacto histórico y un paso importantísimo para el deshielo entre dos países que no tienen relaciones diplomáticas desde 1951.
Se trata de un acuerdo pastoral, y no político, subrayó el portavoz de la Santa Sede, Greg Burke. Por el momento, sólo se sabe que Francisco ha reconocido a siete obispos nombrados unilateralmente por Pekín, a los que se suma otro fallecido que antes de morir había expresado deseo por su reconciliación. Al menos tres de ellos habían sido excomulgados de forma explícita.
La convivencia entre los obispos considerados oficiales en China (nombrados por la Asociación Patriótica Católica, supervisada por el Estado) y los clandestinos (por el Vaticano), era el principal escollo entre la Santa Sede y el régimen chino y el objetivo de las reuniones que han ido manteniendo ambas delegaciones aproximadamente cada seis meses en los últimos tiempos. China no tiene relaciones diplomáticas con la Santa Sede desde que Pío XII excomulgó a dos obispos designados por Pekín. Entonces las autoridades chinas respondieron expulsando al nuncio apostólico (o embajador), que se asentó en Taiwán. La designación de obispos por parte de Partido Comunista forma parte de su voluntad de asegurarse que las religiones predican de acuerdo con el punto de vista patriótico oficial.
“Esto no es el final de un proceso. Es el comienzo. Esto ha sido sobre diálogo, una escucha paciente entre las dos partes incluso cuando se viene de dos puntos de partida muy diferentes. El objetivo del acuerdo no es político sino pastoral, para permitir a los fieles tener obispos que están en comunión con las autoridades chinas”, explicó el portavoz Greg Burke. En China se calcula que viven unos 12 millones de católicos y que existen alrededor de 110 obispos, unos 65 oficiales y otros 45 clandestinos.
El papa Francisco nunca ha ocultado su intención de avanzar para que los católicos en China gocen de los mismos derechos que en el resto del mundo. Su principal objetivo es que las autoridades comunistas dejen de ahogar a la Iglesia católica. Nadie olvida la campaña reciente contra las iglesias, sobre todo protestantes, en provincias como la industrializada Zhejiang. Allí obligaron a retirar unas 1.800 cruces y a demoler decenas de templos. El acuerdo provisional firmado ayer en Pekín por el subsecretario para las Relaciones con los Estados, Antoine Camilleri, y el viceministro de Relaciones Exteriores chino, Wang Chao, no habla de cuál será el destino de los líderes católicos que llevan décadas luchando en la clandestinidad contra el régimen.
“Es bueno que haya un pacto”, valora el director de Asia News, Bernardo Cervellera, quien como misionero del Instituto Pontificio para las Misiones Exteriores (PIME) ha pasado muchos años en China. “Pero falta ver qué ocurrirá con los obispos clandestinos, que seguramente se sentirán olvidados, así como el destino de los sacerdotes y de los fieles que no reconocen la autoridad de la Asociación Patriótica”, advierte. El cardenal Joseph Zen, obispo emérito de Hong Kong, hablaba antes
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La Santa Sede subraya que se trata de un acuerdo religioso, pero no político