Casado contraataca
Exige elecciones y un 155 frente a una situación como “la Alemania de los treinta”
Liberado de la presión judicial, el líder popular reclama a Sánchez elecciones y la aplicación del 155 en Catalunya.
La reaparición ayer de Pablo Casado tras la decisión de la Fiscalía del Supremo de no solicitar su imputación por el caso del máster no defraudó a quienes le han apoyado. Porque ayer en València se mostró más enérgico que en las últimas semanas, más seguro, y aprovechó su estado de ánimo para arremeter con dureza contra el ejecutivo de Pedro Sánchez tomando la crisis catalana como argumento. “Debe dejar de ser rehén de los independentistas y convocar elecciones ya”, anunció ante la militancia valenciana antes de exigir que se vuelva a aplicar el artículo 155 contra Catalunya “el tiempo que haga falta y con la extensión necesaria”.
A juicio de Casado, la situación de Catalunya ahora se asemeja “a la Alemania de los años treinta”. Su crítica contra Sánchez comenzó calificando de “muy grave” que la delegada del Gobierno en Catalunya, Teresa Cunillera, sea partidaria de indultar a los líderes independentistas. “No puede ser que el ministro de Asuntos Exteriores, que la ministra de Política Territorial y que la delegada del Gobierno estén yendo contra lo que hacen los jueces, la seguridad jurídica y, lo que es más grave, la propia unidad de España y el respeto a la legalidad”, advirtió.
Fue entonces cuando afirmó que cuando el PP gobierne en España no habrá “indultos, ni sedición en Catalunya, ni liberación de los presos que han intentado dar un golpe de Estado y ni mucho menos esta humillación” del país ante quienes “intentan romper la convivencia y la concordia nacional”.
Casado, arropado por la presidenta del PP valenciano, Isabel Bonig, y por la plana mayor de el partido, añadió que esta actitud del Gobierno se está llevando también al ámbito internacional, donde se está “jugando” con la imagen de España y su credibilidad. Y manifestó que no admitirá que ningún tribunal regional alemán o belga se dedique a “enmendar la plana” a la Constitución, al ordenamiento jurídico español y a sus jueces. “Ni con un rapero que humilló al rey de España ni con un prófugo de la justicia como Puigdemont”.
En su opinión, no hay que esperar a que la ilegalidad y la confrontación vayan a más ni tampoco a ver “con qué pie se levanta el señor (Quim) Torra” para insultar más. Casado negó en este sentido el agravio del Estado con respecto a Catalunya y ha recalcado que el problema es que el nacionalismo “se lo ha cargado todo”, incluida la “bicapitalidad” que ya existía “de facto”. Ahora solo cabe, insistió, que se aplique la ley y se restablezca el espíritu de la “España silenciosa” que salió a la calle el 8 de octubre del año pasado y de la Barcelona cosmopolita de 1992.
El presidente del PP también quiso referirse a la petición de archivo de su causa por el máster, aunque sin entrar a fondo del asunto (no citó la palabra máster, ni al Tribunal Supremo). Y para iniciarse en el tema recordó, de forma irónica, lo que dijo la exministra de Sanidad, la valenciana Carmen Montón, cuando intentó defender la validez de su máster con su frase: “Es verdad, no todos somos iguales”. “La verdad siempre se abre paso”, dijo, antes de señalar que su partido “siempre respeta las instituciones, sean universidades o administraciones y nunca liquida la presunción de inocencia, convirtiéndola en
El líder del PP asegura que si llega a gobernar “no habrá indultos, ni liberación de presos que han intentado un golpe”
presunción de culpabilidad”. “Tenemos más dignidad y respeto que otros; os prometí que no os defraudaría y el tiempo nos está dando la razón”, concluyó.
En València Pablo Casado se mostró muy afectivo con la dirección regional, que convocó una comida en la localidad costera de Pabla de Farnals para 700 militantes. En el PP valenciano, la plana mayor del equipo de Isabel Bonig realizó campaña contra Pablo Casado y a favor de Soraya Sáenz de Santamaría. La líder, Isabel Bonig, defendió su neutralidad, lo que generó no pocas tensiones internas en un partido donde otros dirigentes sí apoyaron a Casado y esperan ahora tener recompensa de la dirección nacional de cara a las elecciones del 2019.