CÓMO SE HIZO ‘IMAGINE’
Comisariado personalmente por Yoko Ono, el libro ‘Imagine John Yoko’ narra cómo nació y se hizo el legendario álbum
Imagine John Yoko sale a la venta con datos e imágenes inéditas sobre la creación del emblemático disco.
En 320 páginas y 1.362 imágenes se intenta inmortalizar uno de los, seguramente, capítulos más sugestivos de la historia del rock, a saber, la elaboración del disco Imagine, sus flecos, y en realidad, el encuentro de dos entes artísticos tan únicos como John Lennon y Yoko Ono. Dos creadores y seres humanos que dejaron huella indiscutible truncada por la dramática muerte del músico británico en 1980.
Es de la concepción, gestación y materialización de ese álbum referencial de la música popular de lo que trata Imagine John Yoko ,un espectacular libro recopilado y comisariado por la ilustre viuda, que aparecerá el próximo 9 de octubre editado por Blume.
Un volumen que tiene como inparte formativo subtítulo-continuación “con aportaciones de las personas que estaban allí. ¿Qué “allí”? se preguntará el potencial lector o el simple curioso.
En síntesis se trata de rememorar y reconstruir desde dentro lo que pasó en 1971, cuando Lennon y Ono decidieron dar forma y grabar el memorable álbum en el espectacular estudio que acababan de construir en su no menos espectacular mansión campestre georgiana de Tittenhurst Park, y en el legendario estudio neoyorquino Record Plant. Lo que diferencia este flamante libro con lo publicado hasta la fecha son el fondo documental y las fuentes, como certifica el hecho de que el 80 por ciento de las fotografías de archivo y de secuencias del rodaje de la película que se elaboró para inmortalizar también visualmente el hito son, además de exclusivas, inéditas.
La propia artista de origen japonés –celosa guardiana de un ingente caudal de documentos, objetos y, también, derechos– explica que “se ha escrito mucho sobre la creación de la canción, del álbum y del filme Imagine, y sobre todo por de gente que no estuvo allí”, así que “ahora, por primera vez, muchos de los que sí participaron han tenido la gentileza de ‘darme un poco de verdad’ con sus propias palabras e imágenes”. Yoko Ono emplea el prefacio del libro para entrar en materia a su manera y situar uno de los ejes conceptuales de aquella obra y su permanencia/ vigencia en los tiempos actuales. Recuerda que la gestación de la obra tuvo lugar en el debate de paz/guerra y que la situación pervive, aunque asegura que “no te olvides que todos tenemos el poder de cambiar el mundo. El poder funciona de formas misteriosas. no es mucho lo que se tiene que hacer. Visualiza el efecto dominó y comienza a pensar en la PAZ”.
La explicación del proyecto y su narración esta elaborado en forma de hábil y creíble diálogo entre John y Yoko (por él dicho en aquel entonces, y, en cambio, cosas dichas por ella en la actualidad), donde rememoran cómo se conocieron, qué les atrajo respectivamente y por qué decidieron dar vida a Imagine. Fascinante comprobar como se veía Lennon a sí
mismo y la hasta un punto gélida analítica de Ono al rememorar aquellos gloriosos días. Sobre el producto final, hay donde elegir. Lennon: “creo que lo que más me gusta del mundo es escribir canciones –letra y música– que no solo duren un año. Canciones que el mundo pueda cantar. Canciones que, probablemente, me sobrevivan”. Ono: “creo que Imagine fue profética de un modo muy positivo. Creo que no pasa nada porque no esté de moda ni sea una moda pasajera o que parezca sencilla”.
Imagine John Yoko recrea no solo un proceso artístico, sino uno vital. La pareja decide comprarse –con la oposición de Yoko Ono, que desea establecerse en Estados Unidos– una espectacular mansión campestre en Ascot. Planos, mapas y vistas panorámicas incluidas en el libro recrean la impresionante posesión en Tittenhurst Park. Julian Lennon recuerda que fue cuando su padre se instaló allí la primera vez que le llamó desde hacía mucho tiempo; allí se fue a vivir el aún niño que recuerda alucinado las cuarenta hectáreas del terreno, el edificio palaciego, los carritos de golf, el lago o la pequeña isla que había en medio de él.
El caso es que allí John Lennon vio cumplido algunos de sus sueños de infancia, aunque no fue suficiente, como confiesa en un momento del libro refiriéndose a Yoko: “Le dije: ‘mira, pequeña, tú naciste rica ; yo nací pobre, peleé y lo conseguí’. Pero estuve en aquella casa un año, y no fui feliz. Tenía todas las posesiones que quería, pero ninguna me divertía”.
Pero allí materializaron el sueño de Imagine. Allí se congregaron y/o pasaron casi medio centenar de asistentes, fotógrafos, celebridades, productores y músicos. De forma intensa, el ochenta por ciento del álbum se grabó en solo siete días en el estudio que había erigido en el interior de Tittenhurst , y posteriormente se mezcló en Nueva York con similar celeridad. Volvieron a contar con los servicios de conocidos músicos y, algunos, amigos como Klaus Voorman, Nicky Hopkins, Jim Keltner o de forma destacada George Harrison, así como del genial pero también complicado productor Phil Spector. Éste parece guardar inmejorable recuerdo: “Lennon fue el hermano que nunca tuve. Lo adoraba. Y ambos nos adorábamos. Él adoraba mi manera de trabajar y de pensar”. Y Lennon suelta en un momento dado que consiguieron que no impusiera su dictatorial método de trabajo a menudo humillante para los músicos. Algo que no dice precisamente de su colega de correrías beatlenianas, George Harrison: “El mejor solo de guitarra de George en How do you sleep? hasta la fecha está a la altura de lo mejor que le haya escuchado a nadie”.
El resultado ya se conoce. Una colección de magníficas canciones (Imagine, Crippled inside, Jealous guy, It’s so hard, I don’t want to be a soldier, Gimme some truth, Oh my love, How do you sleep?, How? y Oh Yoko!), aunque, por ejemplo, en aquel tiempo no se llegara a reconocer que la canción que da nombre al disco y a la película que le acompañó está íntimamente inspirado en el libro Grapefruit de Ono, aparecido en 1964... aunque se le acabó reconociendo su coautoría solo el año pasado.
La aparición en el mercado de este lujoso libro, coincidirá con la edición el 5 de octubre de Imagine–The Ultimate Collection (Universal), una caja de seis discos con todo lo imaginable incluida una mezcla cuadrafónica, y con la reedición el mismo día de las películas Imagine y Gimme some truth, restauradas y remasterizadas. discos caseros que han ido ganando con los años –McCartney y Ram– y John, se destapó con las desgarradoras canciones del soberbio Plastic Ono Band y luego con Imagine, la cuadratura comercial de su particular círculo solipsista. Y eran engañosos porque aquellos discos eran buenos trabajos con temas que hubieran seguido adornando la corona de los Fab Four pero muchas veces habían sido canciones compuestas aún siendo Beatles y, emocionalmente seguían estando en la misma habitación los cuatro, compitiendo, odiándose y necesitándose. Desde 1972 ninguno de ellos hizo nada memorable: la autoindulgencia pudo con el talento.
La canción tocada por el pianista errado, Imagine, no fue editada como single en su momento. Lennon a la música rock: el pop introspectivo. John no se escondía al mostrarse vulnerable, cabreado, cursi o inseguro. Ecos de terapia regresiva y su relación dependiente con Yoko le hacían capitanear la caja de truenos que, en ocasiones, es el álbum con Phil Spector siempre adicto al horror vacui.
Imagine parecía demostrar que Lennon podía ser una buena oferta comercial. Que podía amansarse y no enfadar al establishment. Ser música de consumo para pianistas en salones de té. Y también continuar exhibiendo su talento compositivo y esa manera morosa de cantar y gritar cantando una y otra vez que estaba solo, que alguien le salvara, que podía entender a la humanidad pero no mucho a ningún humano que no fueran Yoko y John, John y Yoko.