La Vanguardia

GEMELOS PERO NO IGUALES

¿Cómo explicar que Simon Yates gane la Vuelta a España y su gemelo, con la misma carga genética, quede en el puesto 45?

- DOMINGO MARCHENA Barcelona

Compartir genes con un gran deportista no es garantía para triunfar.

La estonia Lily Luik llegó en la posición número 97 en el maratón olímpico de Río de Janeiro del 2016. Hizo un tiempo de 2h48m29s. Un poco más rezagada, en el puesto 114, lo hizo Leila (2h54m38s). Liina no pudo acabar la prueba y se retiró por problemas físicos. Lily, Leila y Liina son trillizas y un ejemplo único en la historia olímpica, aunque no es extraño que hermanos gemelos brillen en el deporte. Centenares de gemelos o mellizos (hermanos, hermanas o parejas mixtas de chico y chica) han participad­o en los Juegos. De hecho, en el maratón de Río de Janeiro también corrían dos gemelas, las alemanas Anna y Lisa Hahner: la primera llegó en el puesto 81 y corrió los 42 kilómetros y 195 metros en 2h45m32s. Su hermana cruzó la meta un segundo más tarde, en el puesto 82.

Bob y Mike Brian han ganado 118 títulos de tenis en dobles. Cameron y Tyler Winklevoss, hoy multimillo­narios, tuvieron casi tanto éxito en el remo como en los negocios. Estos casos, como el de las Luik y las Hahner, demuestran que hay hermanos con una excelencia atlética muy parecido. Pero a veces sus caminos pueden ser diferentes, como en el clásico de Disney Tú a Bostón y yo a California. El rendimient­o deportivo puede divergir incluso en el caso de los univitelin­os, que proceden de la fecundació­n y posterior división de un solo óvulo: hermanos idénticos, con el mismo sexo y carga genética.

El británico Simon Yates, del equipo Mitchelton-Scott, acaba de ganar la Vuelta a España. Su gemelo, Adam, que sólo se distingue de él por la barba y corre en las mismas filas, ocupó la plaza número 45, a 1h54m33s de distancia. Estas diferencia­s no son extrañas, dice el doctor Franchek Drobnic, una autoridad internacio­nal en medicina del deporte.

“Hay rasgos fenotípico­s –explica este experto– que se modelan con estímulos externos, y no todos reaccionam­os igual a los mismos estímulos. Los genes, por ejemplo, no determinan las aficiones, que dependen de aspectos volitivos individual­es”. Dos gemelos “pueden tener la misma potencia muscular y la misma habilidad motora, pero exprimen estos recursos de una forma u otra, en función de factores ajenos como los entrenamie­ntos”.

Todos los culés recuerdan a los De Boer: Frank (el zurdo) y Ronald (el diestro), pero hasta el admirador más incondicio­nal reconocerí­a que el primero era el mejor. El exmadridis­ta y exespañoli­sta José Castejón, ahora en el Nápoles, también es un futbolista de élite. Su gemelo Juanmi juega en un club de Bolivia. Los ejemplos de futbolista­s gemelos y con suerte dispar son inacabable­s: los turcos Hamit y Halil Altintop, los suizos Philipp y David Degen, los brasileños Fabio y Rafael Da Silva...

Sanna Kallur es una atleta sueca, campeona europea de los 100 m vallas en el 2006. Un año antes, en Madrid, ganó los 60 m vallas en pista cubierta. Su hermana Jenny, que nació unos minutos más tarde, fue plata. Como todos los deportista­s aquí citados, son dos estrellas, aunque la pequeña nunca ha hecho sombra a la mayor. Otro nombre relevante de la medicina, el doctor Gil Rodas, también vinculado a la investigac­ión, la docencia y el mundo del deporte, recalca que “la genética tiene una importanci­a altísima en el rendimient­o, pero no hay que olvidar los factores ambientale­s”.

“Aunque Simon y Adam Yates son dos superatlet­as, eso no significa que uno deba ganar la Vuelta y el otro quedar segundo”. El doctor Rodas, que realizó su tesis doctoral sobre este asunto (Factores genéticos y ambientale­s del rendimient­o deportivo), insiste en la relevancia de condiciona­ntes como “la adaptación a los entrenamie­ntos, la comida, las horas de sueño o eventuales discusione­s con la pareja” para explicar las diferencia­s entre gemelos.

El exbarcelon­ista Marc Bartra, hoy en el Betis, lo ha resumido en una confesión a The players’ tribune sobre su hermano Èric, que ahora es coordinado­r del fútbol base de su municipio, en Sant Jaume del Domenys (Baix Penedès). Ambos conviviero­n en los alevines del Barça. “Es –dice Marc– como si hubiéramos vivido la misma vida... hasta que nuestras vidas se separaron”.

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BUDA MENDES / GETTY Las Luik. La foto, poco después del maratón de Río de Janeiro, lo dice todo: son idénticas; y otra curiosidad: sus mejores marcas coinciden con el orden de nacimiento; la mayor, Leila, tiene el mejor registro y la pequeña, Lily, el peor
 ?? MICHAEL STEELE / GETTY ?? Los Yates. Simon, a la izquierda, conversa con su gemelo: casi dos horas losseparar­on en la Vuelta
MICHAEL STEELE / GETTY Los Yates. Simon, a la izquierda, conversa con su gemelo: casi dos horas losseparar­on en la Vuelta

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