Irán culpa del sangriento atentado en Ahvaz a EE.UU. y sus aliados árabes
Cuatro tiradores matan a una treintena de personas durante un desfile militar
El motivo del desfile que terminaría con el atentado terrorista que dejó al menos 29 muertos y 55 heridos en Ahvaz, al sur de Irán, no era otro que la conmemoración del ataque que lanzó el exdictador Sadam Husein contra Irán en 1980 y que dio inicio una de las guerras más mortíferas y sanguinarias de la segunda mitad del siglo pasado.
Decenas de representantes de las diferentes ramas de la República Islámica se reunían, como es tradición cada 22 de septiembre, para observar este desfile que tiene gran significado para los habitantes de la ciudad.
Pocos lugares de Irán vivieron aquella guerra con tanta intensidad como Ahvaz, la capital de la región del Juzestán, que comparte frontera con Irak y que alberga una de las principales reservas de petróleo del país. Uno de los objetivos de Sadam, además de luchar contra la amenaza que para él representaba la victoriosa revolución islámica, era anexionarse esta región, habitada por un popurrí de etnias entre las que sobresalen los árabes, que suman alrededor de 1,4 millones de personas. En Irán siempre recuerdan que durante esta guerra Sadam recibió el apoyo de muchos países, especialmente Estados Unidos.
“Su crimen –el de los atacantes de ayer– es la continuación del camino de los lacayos de los Estados Unidos en la región, que persiguen provocar inseguridad en nuestro querido país”, aseguró ayer el líder supremo, Ali Jamenei, al condenar el atentado, una referencia directa a los países árabes del Golfo.
Los disparos, que llegaron de un parque cercano, sorprendieron a militares, autoridades locales y público civil, que buscaron refugio como pudieron. Las imágenes difundidas muestran como muchos asistentes no tuvieron otra opción que tirarse al suelo. Uno de los participantes, un veterano de la guerra que había perdido las piernas, falleció al no poder salir de su silla de ruedas.
Según las autoridades, los atacantes iban vestidos de uniforme. Dos fallecieron y los otros dos, uno de ellos herido, fueron detenidos.
“Los atacantes querían disparar a los oficiales en el podio, pero como no pudieron, apuntaron a las tropas”, aseguró el ayatolá Heidari, de Ahvaz. A los soldados y oficiales, que forman la mayoría de los fallecidos, se suman varios periodistas, espectadores y un niño de cuatro años.
La autoría del atentado no queda clara. El Estado Islámico se lo atribuyó en un comunicado en el que aseguraba erróneamente que el presidente Hasan Rohani estaba presente. También se lo adjudicó uno de los grupos opositores separatistas que operan en la región desde hace más de una década, el Frente Democrático Popular Al Ahvazi. Lo hicieron a través de un canal de televisión, Iran Internacional, que emite desde Londres. El embajador iraní en el Reino Unido acusó a esta emisora de apoyar el terrorismo. Ayer varias agencias de noticias iraníes vinculaban la cadena con Arabia Saudí y Egipto.
Desde el Gobierno iraní estos ataques forman parte de una campaña organizada por los enemigos de Irán para desestabilizar el país. “La respuesta será dura, y aquellos que patrocinan el terrorismo
A cubierto.
AUTORÍA DISPUTADA
El ataque parece ser de un grupo separatista árabe local, aunque el EI también se lo atribuye
deberán rendir cuentas”, dijo el presidente Rohani. El régimen denuncia desde hace años que tanto sus enemigos regionales como Estados Unidos financian grupos opositores y separatistas en las áreas fronterizas, habitadas por minorías étnicas como los kurdos, beluchis y árabes, entre otros.
El presidente ruso Vladímir Putin, aliado de Irán en la guerra de Siria, emitió un comunicado de apoyo recordando la necesidad de luchar contra el terrorismo. El Gobierno español también condenó el atentado y expresó su solidaridad con Irán.
Los habitantes de Ahvaz, más allá de los grupos separatistas que sistemáticamente actúan en la región, se quejan del abandono del Estado, especialmente después de la guerra con Irak que finalizó hace 30 años. En marzo pasado miles de personas se lanzaron a la calle, asegurando que el Gobierno de Teherán quiere cambiar la identidad de la región y hacer un cambio demográfico.
La suma de estas insatisfacciones en un área fronteriza donde conviven diferentes comunidades se traduce en que esta región de Irán es una de las más controladas por las fuerzas de seguridad y de inteligencia. Ayer una de las primeras medidas tomadas por el Gobierno fue el cierre de las fronteras.