Reconocer a Palestina
Borrell es partidario de que cada Estado decida si la UE no logra una posición común
Que levanten el dedo los que todavía creen en la solución de los dos estados!”. No fue una frase retórica del ministro Josep Borrell en la última reunión del Consejo de Asuntos Exteriores de la Unión Europea, sino una llamada de atención del jefe de la diplomacia española a sus homólogos de la UE, para decir que la situación palestina no puede mantenerse por más tiempo, y que Europa debe hacer algo, no siempre decir.
La falta de progreso en las negociaciones de paz en Oriente Medio, las últimas ofensivas israelíes sobre territorio palestino y la declaración en diciembre de Donald Trump sobre la capitalidad de Jerusalén llevaron a la UE a replantearse en enero pasado la necesidad de avanzar hacia el reconocimiento del Estado palestino, dentro de la doctrina de la Unión, que siempre ha defendido la existencia de dos estados en paz y con fronteras seguras, pero al final los países europeos se mantienen divididos y aplazan la decisión, escondiéndose en la necesidad del consenso.
Por eso, el asunto palestino ha vuelto a ponerse encima de la mesa del Consejo de Ministros de la Unión Europea, y del Consejo de Ministros español. La posición española es favorable al reconocimiento del Estado palestino, y así lo han manifestado los Gobiernos del Partido Popular y del PSOE, pero esa posición siempre se topa con la postura europea, dividida entre los países partidarios del reconocimiento y los contrarios. Por eso, España es partidaria ahora, junto a otros países europeos, de que la Unión Europea se dé un plazo para llegar a ese reconocimiento conjunto, y que tras ese plazo “cada país asuma su responsabilidad”.
¿Cuál sería la posición de España? El ministro de Exteriores, Josep Borrell, no se pronuncia. “Es una decisión trascendental y hay que medir sus consecuencias y efectos, pero está siendo analizada”, admitió el ministro recientemente. Lo que Borrell deja claro es que si finalmente España toma la decisión de reconocer al Estado palestino, “no será porque se lo haya pedido Podemos”. Y es que uno de los asuntos que Pablo Iglesias llevó a la reunión que mantuvo este mes con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, para desatascar la negociación sobre los presupuestos fue el reconocimiento de Palestina como Estado.
Esta posición no es nueva ni patrimonio de Podemos. En noviembre del 2014, con Mariano Rajoy presidente y José Manuel García-Margallo ministro de Exteriores, el Congreso de los Diputados aprobó por 319 votos a favor, una abstención y dos noes, una proposición no de ley en favor del reconocimiento de Palestina como Estado independiente, lo que convertía al Parlamento español en el tercero de Europa que se pronunciaba por dar el paso, tras votaciones similares en el Reino Unido e Irlanda. Posteriormente lo hizo la Asamblea Nacional de Francia.
El problema es que la posibilidad de que la Unión Europea alcance un consenso parece remota, y los países partidarios de dar el paso del reconocimiento consideran que, dada la situación, es lo único que puede suponer una manera de avanzar en la causa de la paz.
De hecho, la posición única de la UE es ahora imposible. Suecia ya reconoció, la primera, al Estado palestino, y también lo han hecho Polonia, República Checa, Hungría Rumanía, Malta y Chipre, si bien es verdad que todos estos países, menos Suecia, reconocieron a Palestina antes de formar parte de la Unión Europea. Francia, el Reino Unido, Irlanda y España son partidarias del reconocimiento, mientras que Alemania, Holanda y Dinamarca están en contra.
El Congreso ya aprobó en el 2014 por consenso avanzar en la solución de un Estado palestino junto al de Israel