Inclusión
El lenguaje refleja el pensamiento. Y, naturalmente, también lo conduce por unos u otros caminos a la hora de las interpretaciones. De ahí que resulte tan importante valorar los significados de las palabras cuando se escriben textos periodísticos. Hace pocos días se publicó una noticia titulada así: “Detenidos un sacerdote y su hermano por abusos sexuales a un joven discapacitado”. Juan Aguado, director de una asociación que ofrece terapias con perros a diversos colectivos, nos hizo llegar una queja señalando la relevancia del matiz que supone etiquetar a alguien como “discapacitado” o referirse mejor a “gente con discapacidad”.
Confieso que en un primer momento no me pareció una cuestión esencial en términos periodísticos. Sobre todo porque, en el caso de la noticia citada, el término utilizado en el titular lo que hace es acentuar la gravedad del presunto delito e introduce un elemento informativo importante. No pretende, por supuesto, añadir un factor vejatorio para la víctima.
Pues bien, el matiz al que se refería Juan Aguado es, efectivamente, fundamental. Nos ayudó a entenderlo una conversación con Allende López Tirado, directora de Cultura del grupo AMÁS, una entidad que defiende los derechos de personas con discapacidad. A su larga trayectoria de más de diez años como especialista en el trabajo cultural y artístico con estos colectivos, Allende López suma la reciente experiencia de haber sido la
coach tras las cámaras del elenco de actores que protagonizan la película Campeones, el film dirigido por Javier Fesser que será la representación española en los Oscars. Como saben, la película refleja las vivencias de un grupo de personas con discapacidades que acaban formando un magnífico equipo de baloncesto. “Sufro mucho cuando veo un artículo de prensa que aborda esta temática y que a lo mejor está escrito con profundidad y sensibilidad y que sin embargo utiliza el término discapacitados –explica Allende López-. También para las familias y para los miembros de estos colectivos es muy duro. Porque hablar de discapacitados engloba en un solo concepto lo que es una realidad muy diversa y encima cataloga a esas personas como si no fueran interlocutores válidos. Si piensas en el otro como un discapacitado es posible que, por ejemplo, ni siquiera te plantees dirigirle la palabra durante un viaje en coche, cuando a lo mejor podrías vivir una experiencia tan divertida y enriquecedora como las que se ven en Campeones”.
“Suelo utilizar una frase para explicar qué queremos decir cuando insistimos en que se usen bien las palabras: La diferencia entre decir persona con discapacidad o discapacitado es la misma que decir persona con gafas o gafotas –añade la directora de Cultura de AMÁS–. Una persona que tiene una discapacidad, que además puede ser de lo más diversa, es ante todo una persona. Y puede alcanzar sus metas como persona: ser actor, modelo o carpintero… y sí, tiene una discapacidad, como sin duda otras personas tienen otras características”. “En la película –detalla la
coach– había trece actores y ninguno de ellos eran iguales. Todo el mundo es diverso y diferente. Y en realidad eso es en lo único que somos todos iguales, en que somos distintos”.
La inclusión es un largo camino que todos hemos de ayudar a construir. La película de Javier Fesser es un chorro de energía para que asociaciones como AMÁS y muchas otras nos ayuden a avanzar. El uso adecuado del lenguaje es también una herramienta fundamental para que veamos la realidad de una manera o de otra.
No hay discapacitados, sino personas que tienen una discapacidad, como nos hace ver la ‘coach’ que trabajó con los actores de la película ‘Campeones’