La Vanguardia

La mente...

- Sergio Heredia

Michael Johnson invirtió años, buena parte de su adolescenc­ia, centrando la mirada en una pared de su cuarto: un póster.

En el póster, la figura de Harry Butch Reynolds, corriendo hacia el récord del mundo de los 400 m. Bajo la silueta, un registro: 43s29.

Johnson no se quitaba aquella idea de la cabeza. Aquellos números. Quería el récord, soñaba con él, con aquellos 43s29, la vuelta más rápida de la historia. Le atormentab­a aquel asunto, tanto que había decidido ir a por él.

Llovía y soplaba el viento en el invierno de 1999, en Baylor (Texas), y aquel día Clyde Hart había mandado al gimnasio a los atletas.

–Adentro, chicos, hoy no se puede trabajar.

Todos habían seguido las órdenes. Todos, menos uno.

Michael Johnson se había quedado en la pista, bajo la lluvia, sumando series de 300 m, obviando a Hart:

–¿Pero qué haces, Michael? Así no se puede hacer nada.

Johnson se detuvo por un instante, miró a Hart y le dijo:

–En el próximo Mundial (Sevilla), si llueve o hace viento, ¿qué va a ocurrir? ¿Pararán las competicio­nes o correremos? –Correréis.

–Pues vete adentro con los chicos. Yo me quedo.

Seis meses más tarde, en Sevilla, Michael Johnson registraba 43s18. Lo primero que hizo al volver a su cuarto fue descolgar el póster de Harry Butch Reynolds.

Siete años más tarde, tuve la oportunida­d de conversar con Johnson. Ya se había retirado, pero aún conservaba los récords de 200 y 400. Algo distante, un punto soberbio, insistía en que sus récords habían llegado para quedarse por mucho tiempo.

–¿Hoy no hay nadie capaz de arrebatárs­elos? –se le preguntaba.

–No lo creo. Jeremy Wariner (era el hombre del momento) no ha madurado lo suficiente. La verdad es que no veo a nadie capaz de correr tan deprisa como lo hacía yo. Se equivocaba.

Con el tiempo, Michael Johnson perdió ambas plusmarcas. Usain Bolt le quitó los 200 m en el 2008. Y Wayde van Niekerk, los 400 (2016).

Johnson voceó y saltó en ambas ocasiones (es comentaris­ta deportivo), y se declaró maravillad­o por el hecho de que el ser humano seguía evoluciona­ndo.

Aunque sus maneras... Johnson aceptó a Bolt (cómo no admirar a aquel prodigio de la naturaleza, el mejor atleta de la historia, con sus tres dobletes olímpicos en 100 y 200). Pero no considera a Van Niekerk de igual manera.

–Es cierto: Van Niekerk batió mi marca del 400. Pero aún no ha hecho nada que trascienda, nada como mi doblete 200-400 en Atlanta’96 –dice Johnson.

Michael Johnson repetía: “Hoy no veo a nadie capaz de batir mi récord de los 400”; se equivocaba

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