“Mi histrionismo me ha llevado a éxitos pero también a fracasos”
Boris Izaguirre lleva cuatro años instalado en Miami, donde trabaja en Telemundo colaborando en el magazine rosa ¡Suelta la sopa!.
Desde que se hiciera popular a raíz de su participación en Crónicas marcianas, este polifacético venezolano de 52 años probó fortuna después, con suerte diversa, en varios espacios televisivos. Tras un tiempo desaparecido de la pequeña pantalla española, reapareció hace dos semanas en la tercera edición de MasterChef Celebrity,
que se emite los domingos en La 1. No será su única aparición televisiva: esta semana también ha empezado a rodar Sí, quiero ese vestido, programa de Dkiss en el que asesorará a novias para encontrar el vestido de sus sueños. “Sí, podemos hablar de un regreso mío a la televisión en España. ¡Y vengo muy preparado!”.
Esta edición de MasterChef Celebrity ya se ha grabado al completo. ¿Qué ha aprendido de la experiencia?
Que si te equivocas durante el proceso de elaboración de un plato, tienes que volver a empezar de cero, sin preocuparte del reloj. Una equivocación es siempre definitiva. Lo más difícil del programa ha sido ver cuando de repente un plato se desmorona... y después tú. Pero hay que tener la fuerza para recuperarse, levantarse y seguir adelante. Esa sensación también la tienes mucho como novelista, que de repente escribiendo te desmoronas porque ves que aquello no funciona. En ese sentido, cocinar y escribir me resulta muy parecido.
¿Le ha sorprendido el nivel de los compañeros?
Eso se lo tienes que preguntar a ellos porque creo que pensaban que el peor cocinero era yo y que era un desastre (risas). Pero se llevaron más de una sorpresa...
¿Con qué concursante congenió más?
Me ha gustado conocer un poco más a Santiago Segura, porque somos contemporáneos. Creo que nos hemos evitado durante mucho tiempo y aquí, en medio de este fragor, nos dimos cuenta que nos podíamos ayudar. Y eso ha sido muy hermoso. También ejercí un poco de ONU entre Antonia dell’Atte y Carmen Lomana.
¿Cómo ha vivido ese enfrentamiento?
En un momento determinado llegué a decir que eran como la confluencia en Venezuela de los ríos Orinoco y Caroni, que cuando se encuentran cambian de color del golpe que significa. Yo pienso que tuve bastante éxito ejercer como diplomático.
¿Sintió que ellas intentaban posicionarle?
¡Ellas son personas nacidas en la manipulación!. Pero yo también he crecido en la manipulación; es uno más de mis hallazgos profesionales.
Después de haber sido jurado en varios programas. ¿Por qué se pasó al otro lado? Era una situación tan inusitada y diferente que me pregunté por qué iba a decir que no, por qué no lanzarme a ese riesgo y a esa aventura. MasterChef es un talent show y tiene un punto de reality pero sobre todo es un programa que mejora tu vida, sinceramente. Ha sido una auténtica segunda oportunidad. Una vez en mi vida pasó el tren y yo me subí directamente y luego ese viaje me fue llevando a distintos sitios. Y ahora MasterChef me ha dado una segunda vida en televisión. Me gusta la idea del tren que vuelve pasar porque muchas veces uno lo anhela, y se dice ‘si pasó una vez, ¿por qué no vuelve a pasar de nuevo?’. Y me veo en el andén, subiendo al tren sin miedo y con poco equipaje.
¿Y qué tren lamenta no haber cogido en su vida?
Muchísimos, pero sobre todo no haber insistido en mi carrera como guionista. Empecé escribiendo guiones de un género muy polémico como las telenovelas pero que me enseñó a no tener miedo al guión. Es verdad que he tenido una enorme suerte y éxito y muchos lectores como novelista pero sí lamento haber dejado esa faceta de lado tanto tiempo.
Usted ha tenido un papel importante en la televisión española, ¿qué opina de la tele actual que se hace en España?
Es muy buena, sobre todo después de verla desde fuera. Tengo la certeza que me contrataron en una cadena como Telemundo, de las más importantes de habla hispana en Estados Unidos, por mi experiencia en la televisión de aquí en una época en que se hacían programas en directo muy sorprendentes y que ellos aspiraban a emular.
Durante años ha sido muy
showman. ¿MasterChef le ha permitido que podamos ver a un Boris más real?
Yo soy un showman por naturaleza. No recuerdo un día de mi vida en que no haya estado organizando un show o con ganas de organizarlo. Pienso que mi histrionismo me ha llevado muy lejos pero que también me ha dado en la cara muchas veces. Dicho de otra manera, me ha dado muchos éxitos pero también ha sido el responsable de algunos de mis fracasos. Y lamento no haber tenido un poco más de dirección sobre ese histrionismo tan natural en mí, que a veces puede haber parecido artificial, lo cual me parece algo horrible.
¿Se lamenta entonces de haber mostrado siempre esa vena histriónica?
A mí me parece que todo está muy asociado a mi pasado en Crónicas marcianas. No tengo ningún problema con mi presencia en ese programa, todo lo contrario, no tengo más que agradecimiento, pero me parece que una vez que terminó, yo seguí haciendo otro tipo de programas que no tenían por qué parecerse a Crónicas marcianas. Yo me intenté adaptar. Uno de mis dones es que soy muy sensible y adaptable, como demuestra que me he adaptado a vivir en Miami, que es una ciudad insólita. Pienso que ahora ya he conseguido un equilibrio en ese aspecto.
‘MasterChef Celebrity’ ha sido como un segundo tren de mi trayectoria televisiva al que me he subido sin miedo y poco equipaje