Autoridad para empezar
España domina a Japón en su debut con un triunfo trabajado y completo
“Lo mejor para controlar las emociones es sentirlas, no pelear con ellas”, dijo el seleccionador español, Lucas Mondelo, siempre filosófico, justo antes de empezar el partido. Arrancar un gran torneo siempre conlleva el peaje de tener que sacudirse los nervios pero sus jugadoras ya están más que curtidas. Por eso apenas tardaron tres o cuatro minutos en asentarse en la pista para dar buena cuenta de Japón. El estreno de España en el Mundial de Tenerife resultó convincente. Una miscelánea de las virtudes de este equipo que aspira claramente a subirse al podio dentro de una semana. Brillaron Xargay, Ndour y la sabia Laia Palau, y los engranajes colectivos fueron los adecuados. Conocían a su rival de sobras pues se habían enfrentado en tres amistosos de preparación, siempre con victorias apretadas de las españolas. Sabían en qué tenían
PROTAGONISTAS
Xargay brilló por fuera, Ndour por dentro y Palau dirigió al equipo con inteligencia
que mejorar y qué debían evitar. “Hay que minimizar sus triples”, señalaba el técnico. Pues hasta el minuto 15 Japón no anotó desde la línea de tres. Demasiado tiempo para un equipo que vive sobre todo del lanzamiento exterior. Para entonces el dominio de la situación ya era español.
Lo bueno de esta selección es su capacidad para la mezcla, de edades y de funciones. El equilibrio fue una gran baza para España, que aguijoneó la defensa japonesa desde el juego exterior, con un papel capital de la gerundense Marta Xargay, y desde la pintura, donde Ndour capturaba rebotes y anotaba. Todo bien supervisado y coordinado por la extensión del seleccionador en la pista: Laia Palau. La catalana se movió con el entusiasmo de una júnior pero con la ciencia que le dan los años de magisterio. Al final del primer cuarto España dominaba 10-20 y al descanso la diferencia se elevaba a los 18 (21-39) tras un triple de Xargay. Contagiadas del espíritu de las más experimentadas también Casas y Ouviña aportaban lo suyo, junto a Laura Gil.
En un campeonato corto es fundamental la dosificación de las fuerzas y Mondelo iba moviendo el banquillo. Entre otras razones porque España juega de nuevo esta noche (21 h, ante Puerto Rico) y porque así conseguía que la defensa mantuviera la intensidad. No era casual que Japón fallara sus triples (1 de 9 al descanso).
En la reanudación las asiáticas trataron de recordar las coordenadas de su juego, basado en la velocidad. Entre que corrieron más y que embocaron más triples las japonesas se acercaron a once. Tocaba que Palau regresara al parquet a poner orden. Lo hizo y con un triple suyo la renta se elevaba a los 19, aunque con un cuarto por jugar la diferencia era de 13. Japón no se rendía. Todavía hacía falta un último esfuerzo y evitar errores. Eso es lo que hizo España, que nunca se descontroló. Hoy, segundo examen.