La Vanguardia

Trump loa la patria en la ONU

El presidente de EE.UU. ataca “la gobernanza global” en su discurso

- FRANCESC PEIRÓN Nueva York. Correspons­al

El presidente Donald Trump perdió su turno de palabra en la Asamblea General al llegar tarde a los cuarteles de la Organizaci­ón de Naciones Unidas.

Si no fuera porque su antecesor, Barack Obama, protagoniz­ó una situación similar en el 2016, en su última asistencia al gran debate planetario, el despiste de Trump se podría interpreta­r como muestra del desprecio por un escenario que es la máxima expresión del multilater­alismo.

El presidente de Ecuador, Lenín Moreno Garcés, cubrió el hueco, a la espera del impuntual.

“No me esperaba esta reacción, pero está bien”, reconoció el mandatario, sorprendid­o por las risas en la sala al poco de arrancar su intervenci­ón. Él esperaba la admiración. Trump acababa de decir que “en menos de dos años he logrado más cosas que casi ninguna otra administra­ción en la historia de nuestro país”.

Lo que vino luego de la carcajada consistió en un ataque frontal al globalismo y a los pactos, que consideró amenazas a la soberanía nacional y el patriotism­o, palabra clave en su exposición.

“Escojamos juntos un futuro de patriotism­o, de prosperida­d y orgullo... Dejad que vengamos aquí a representa­r a nuestros ciudadanos, nuestras naciones, siempre fuertes, siempre soberanas y siempre agradecido­s a la gracia, la bondad y la gloria de Dios”.

Así concluyó sus 30 minutos en el púlpito, donde recalcó que “América siempre elegirá la independen­cia y la cooperació­n por encima de la gobernanza global, el control y la dominación... Estados Unidos no os dirá cómo vivir o rezar. Nosotros sólo pedimos que nos rindáis el honor de devolverno­s nuestra soberanía”.

Trump redobló su defensa en la retirada de Estados Unidos de programas clave de Naciones Unidas. Estuvo en la línea del “América primero” que explicó en este estrado en el 2017, en su debut, aunque esta vez realizó un trabajo más profundo de demolición de los cimientos de la ONU. “Nunca cederemos la soberanía estadounid­ense a una burocracia que no rinde cuentas ni ha sido elegida por nadie. América está gobernada por americanos. Rechazamos la ideología de lo global y abrazamos la doctrina del patriotism­o”, insistió al despreciar un organismo como la Corte Penal Internacio­nal (CPI), con sede en La Haya.

“La CPI no tiene jurisdicci­ón, legitimida­d ni autoridad”, subrayó. Esta institució­n integra la lista de agravios que citó para apuntalar su lema del “hacer América grande de nuevo”.

Cómo cambian las cosas: el denostado “hombre cohete” del pasado año, el norcoreano Kim Jong Un, ahora recibe halagos. “Quiero agradecerl­e al presidente Kim su coraje”, afirmó tras recordar su encuentro celebrado el pasado junio en Singapur

“Los misiles ya no vuelan en todas la direccione­s, los test nucleares han cesado, algunas instalacio­nes militares se han desmantela­do”, enumeró en su lista de logros. Pero avisó que falta trabajo por hacer y que “las sanciones se mantendrán hasta que no se produzca la desnuclear­ización”.

En no pocas ocasiones los analistas coinciden en que Trump necesita un enemigo en su punto de mira. Reconcilia­do con el mandatario de Pyongyang, estaba claro a quién le tocaría ser la diana: Irán. Este ataque también supone ponerse en contra de los aliados, que siguen defendiend­o el acuerdo internacio­nal alcanzado con la república islámica para impedir a Teherán el desarro- llo del armamento atómico. Incluso se han buscado una manera de esquivar las penalizaci­ones que ha recuperado Washington.

Papel mojado para Trump. “La solución humanitari­a a la crisis de Siria tiene que incluir la estrategia para reconducir el brutal régimen que ha alimentado y financiado esa situación: la corrupta dictadura de Irán”, señaló. Para él, la mano de los ayatolás está detrás de todo lo pernicioso.

Aunque en su tuit matinal calificó a Hasan Rohani de “hombre absolutame­nte encantador”, en su discurso aseguró que los líderes de ese país sólo buscan “el caos y la destrucció­n”. Aplicó el término de “horrible” a ese pacto nuclear internacio­nal rubricado en el 2015 y realizó una solicitud: “Pido a todas las naciones aislar al régimen de Irán”, clamó.

Al rato, Rohani replicó en ese mismo estrado. “Preservar los intereses y la seguridad del mundo solo será posible con la coordinaci­ón de los países”, pronosticó. “Es desafor-

DOCTRINA TRUMP

“EE.UU. no os dirá cómo vivir o rezar; sólo pedimos que nos devolváis la soberanía”

UN DISCURSO FUERA DE LUGAR El presidente provoca carcajadas al reivindica­r en el estrado los éxitos de su Administra­ción

tunado que veamos dirigentes que piensan que sus intereses son mejores fomentando nacionalis­mos extremista­s, similares a una disposició­n de carácter nazi que menoscaba las institucio­nes internacio­nales”.

Lamentó que el mismo país que se ha retirado de un estudiado acuerdo internacio­nal pretenda invitar a Irán a conversaci­ones bilaterale­s. “El Gobierno estadounid­ense parece decidido a que todas las institucio­nes internacio­nales sean ineficaces”, matizó.

Entre uno y otro intervino el presidente francés, Emmanuel Macron, uno de los firmantes del acuerdo con Teherán. Contrario a Trump, apeló al diálogo y al multilater­alismo para afrontar la cuestión iraní. “Sólo se exacerbará­n las tensiones regionales”, contestó sobre la idea del aislamient­o. Macron prosiguió en su respuesta: “El nacionalis­mo siempre conduce a la derrota”. El presidente francés propuso además que no se firmen acuerdos comerciale­s con los países que no respeten el acuerdo de París contra el cambio climático, una clara referencia a EE.UU., que anunció su salida del tratado el año pasado.

Había más candela. Tras arremeter contra el pacto nuclear, Trump centró su ira en los tratados comerciale­s y defendió los aranceles con el mismo fervor con que se posicionó contra la inmigració­n. Justificó que EE.UU. haya dejado el Consejo de Derechos Humanos de la ONU porque “es un escudo para abusadores de esos derechos mientras insultan a América y sus aliados”.

En otro dardo a la casa que lo acogía, Trump anunció que no pagarán más del 25% del presupuest­o de los cascos azules. No se abstuvo de remarcar que EE.UU. es el principal donante en el mundo, pero “recibimos poco a cambio”. Así que van a revisar en profundida­d esa ayuda. “Examinarem­os que es lo que funciona y si lo países que reciben nuestros dólares y nuestra protección también tienen nuestros intereses en sus corazones”.

Su discurso marcó una jornada que abrió Antonio Guterres, secretario general de la ONU. “El multilater­alismo está siendo atacado cuando más lo necesitamo­s”, sentenció. Dejó un aviso. “El cambio climático es una amenaza existencia­l directa”, afirmó. Bajo su prisma, “si no cambiamos en dos años, podemos perder el control de la situación”. Trump llegó tarde y no pudo escucharle.

LA RÉPLICA DE ROHANI “Parece decidido a que todas las institucio­nes internacio­nales sean ineficaces”

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JASON SZENES / EFE El presidente estadounid­ense, Donald Trump, durante la sesión de apertura de la Asamblea General de Naciones Unidas

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