Filosofía versus ciencia
Eugeni d’Ors decía que las grandes instituciones se definían por la “santa continuidad” y el Cercle del Liceu de Barcelona, con 170 años de historia, entra dentro de este selecto elenco. Con esta introducción el filósofo Javier Gomá abrió ayer la nueva temporada de coloquios de esta entidad.
No fue su único golpe de efecto. Con un verbo fácil y culto, Javier Gomá (Bilbao, 1965) reivindicó la filosofía como la búsqueda de un ideal, en su caso el de la ejemplaridad, aunque reconoció que “en los últimos 30 o 40 años los filósofos han desertado” de esta propuesta. “En ausencia de ideal, hallamos historia, traducción, edición y comentarios de la filosofía, hallamos libros sobre las virtudes, el amor, el envejecimiento, es una ética práctica que nos ayuda a vivir”.
Gomá, autor de Tetralogía de la ejemplaridad y Filosofía mundana, marcó distancias con la ciencia: “Veo con mordacidad a quienes creen que la ciencia está entrando en la filosofía, pero no veo que resuelva cuestiones como la libertad, la creatividad, el gozo, el arte... el día que la ciencia pueda predecir una ópera de Mozart empezaremos a hablar” (otro guiño al socio liceísta, “amante de la ópera y de los libros”, como explicó otro filósofo, Norbert Bilbeny, que moderó el debate). La verdad se verifica en la ciencia a través de la experimentación, dijo, mientras que en la filosofía es por el consenso de los lectores. Y añadió: “Debemos aceptar que la filosofía es literatura y no debe querer ser ciencia”.Y su propuesta de
Javier Gomá en el Cercle de Liceu: “Debemos aceptar que la filosofía es literatura y no debe querer ser ciencia”
filosofía mundana es la que se hace “sobre” el mundo, “para todo” el mundo y “con un poco” de mundo.
En el coloquio se mantuvo el nivel con preguntas directas: ¿Se define como creyente? “Tengo esperanza más allá de la vida, la individualidad no acaba en la tumba, pero se puede vivir plenamente sin creencia religiosa”. ¿Dónde está el límite entre la autoayuda y la filosofía mundana? “El filósofo debe tener vocación literaria y actuar con responsabilidad porque tiene una misión. Soy particularmente enemigo de la autoayuda porque representa la industria de la felicidad”.