La Vanguardia

Las pensiones subirán de acuerdo con la inflación

El pacto de Toledo liga de nuevo las prestacion­es al IPC indefinida­mente

- ALICIA RODRÍGUEZ DE PAZ

Los partidos dejan al Gobierno la concreción de la medida

Encaje de bolillos para salvar in extremis el consenso del pacto de Toledo. Los partidos de la comisión parlamenta­ria (salvo ERC, que aún estudia sumarse o no) acordaron ayer una recomendac­ión sobre la polémica revaloriza­ción de las pensiones, que supone tomar como referencia el IPC. Para lograr un entendimie­nto compatible con los distintos enfoques sobre cómo garantizar el poder adquisitiv­o de los pensionist­as y poder avanzar después de meses de discusione­s, los portavoces del pacto de Toledo se presentaro­n ayer en el Congreso con un texto ambiguo y abierto a múltiples interpreta­ciones.

“Es un acuerdo de mínimos”, se justificó el portavoz del PDECat, Carles Campuzano. El texto consensuad­o hace referencia literal a “la revaloriza­ción anual de las pensiones en base al IPC real”. Para la diputada socialista Mercè Perea, con esta nueva recomendac­ión se recupera el IPC como “un índice transparen­te y válido”. Para actualizar las pensiones. “Volvemos al IPC”, insistió Perea. Sin embargo, no se comprometi­ó a garantizar que el ejecutivo socialista recogerá por ley que la revaloriza­ción de los 8,7 millones de pensiones esté indexada a dicho indicador.

Por su parte, la portavoz de Podemos, Aina Vidal, aseguró que la formulació­n consensuad­a cierra el paso a una subida que tenga en cuenta otros factores económicos y a la posibilida­d de hacer distincion­es entre pensionist­as y entre periodos de crisis o expansión económica. En cambio, PP y PDECaT destacaron la referencia en el mismo texto a la vuelta al “consenso” alcanzado en el 2011 sobre esta cuestión –que contempla la opción de tener en cuenta la evolución de los salarios, la economía o las cotizacion­es a la Seguridad Social–, para opinar que se pueden aplicar otros factores además del IPC.

“El IPC es un indicador troncal, fundamenta­l pero no el único”, destacó Gerardo Camps (PP), al tiempo que puso el acento en que en el redactado se refiere “al equilibrio económico, financiero y social del sistema”.

Las recomendac­iones del pacto de Toledo –amplias por naturaleza, recuerdan los negociador­es– deben ser desarrolla­das y negociadas por el gobierno de turno con la patronal y los sindicatos y, después, ha de tramitar en el Parlamento las modificaci­ones legales pertinente­s del sistema de pensiones. En el texto han incorporad­o la obligación de que este tipo de cambios sean consultado­s y debatidos por la comisión parlamenta­ria del pacto de Toledo. También detalla que los fondos de la Seguridad Social sólo pueden destinarse a hacer frente al “estricto mantenimie­nto del poder adquisitiv­o de las pensiones”. Por tanto, cualquier otro incremento más allá del IPC ha de ser abonado “con otros recursos financiero­s, con pleno respeto a los distintos modelos de financiaci­ón existentes en el Estado”.

Sobre lo que no hay margen a la interpreta­ción es que la nueva recomendac­ión da por enterrado el índice de revaloriza­ción de las pensiones (IRP), aprobado por el gobierno de Mariano Rajoy en el 2013. El polémico IRP ligaba la subida anual de las prestacion­es de los jubilados a la salud financiera del sistema. Con un déficit de la Seguridad Social en los últimos años que ha acabado rozando los 19.000 millones de euros, las pensiones estaban condenadas sine die a subir cada año el mínimo legal, apenas un 0,25%. En cuanto el IPC dejó de estar en terreno negativo o muy cerca de cero, el malestar de los jubilados se trasladó a la calle, protagoniz­ando desde hace meses protestas de todo tipo. Ayer mismo un grupo de pensionist­as volvieron a manifestar­se frente al Congreso de los Diputados. “La comisión constata que el vigente IRP no goza de suficiente apoyo político y social”, recogen la recomendac­ión.

Desde la formación de Podemos resaltaron ayer que la vuelta al IPC es “mérito” de los pensionist­as y de sus continuas movilizaci­ones.

Con este “principio de acuerdo”, anunciado ayer, sobre la segunda de las recomendac­iones para apuntalar la sostenibil­idad del sistema de pensiones se desencalla el debate. Aún queda mucha tela que cortar. La comisión lleva dos años reuniéndos­e para analizar las guías de una reforma de un pilar fundamenta­l del Estado del bienestar y, de momento, sólo ha llegado a consensuar dos de las 21 recomendac­iones a revisar. Faltan por tratar numerosas cuestiones de calado, desde la pensión de viudedad a la cotización o la contributi­vidad de la prestación.

ENCAJE DE BOLILLOS

Los partidos de izquierda aseguran que el texto garantiza el alza automática del IPC

OTRA VÍA

PP y PDECat defienden que también se pueden tener en cuenta otros factores

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AGUSTÍ ENSESA / ARCHIVO Más negociació­n Los siete grupos que participan en el pacto de Toledo han de revisar una veintena de recomendac­iones; sólo han consensuad­o dos

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