La Vanguardia

Sánchez blinda a Delgado y planta cara al “corrupto” Villarejo

El presidente reprende a PP y Cs por sus ataques a cuenta del excomisari­o

- Madrid / Nueva York JUAN CARLOS MERINO FRANCESC PEIRÓN

El presidente del Gobierno apuntaló ayer desde Nueva York a su ministra de Justicia, Dolores Delgado, acorralada por las grabacione­s del excomisari­o Villarejo. Sánchez defendió que su Gobierno ha venido a “limpiar” y regenerar la vida pública y “un chantajist­a” no le va a marcar la agenda.

“Hemos venido a limpiar, estamos limpiando y vamos a seguir limpiando”. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, hizo ayer un alto en su apretada agenda en Nueva York –donde hoy intervendr­á ante la Asamblea de la ONU– para intentar apagar el incendio que pretende abrasar a su ministra de Justicia, Dolores Delgado, por las grabacione­s que se están desvelando del excomisari­o José Manuel Villarejo.

“Este Gobierno no tiene ninguna hipoteca, y tiene un mandato claro que está determinad­o a cumplir: limpiar y regenerar la vida política, luchar contra la corrupción venga de donde venga, esté instalada donde esté instalada. Este Gobierno no acepta chantajes ni amenazas de nadie, absolutame­nte de nadie”, advirtió Sánchez. El presidente quiso así sostener a Delgado, que está en el ojo del huracán por las incómodas grabacione­s y la caótica gestión de esta crisis, y a la que el PP y Cs sitúan en el centro de la diana para cobrarse un tercer trofeo tras las caídas de Màxim Huerta y Carmen Montón. “¡Usted es un zombi! ¡España necesita un Gobierno decen- te!”, le echó en cara ayer en el Congreso el diputado popular Rafael Hernando. Pero Delgado insistió en que no dimitirá. Y la estrategia de Sánchez para apuntalarl­a es poner el foco sobre el oscuro excomisari­o, al que en la Moncloa tachan de simple “chantajist­a”. “¡No nos va a marcar la agenda política un corrupto!”, clamó el presidente del Gobierno.

La polémica, no obstante, también se hizo insostenib­le para el líder de Podemos, Pablo Iglesias, que ya reclama la dimisión de Delgado. Pero Sánchez replicó ayer que el único que pone y quita ministros es él, y negó dicha facultad a Iglesias pese a que sea el principal aliado para la pervivenci­a de su mandato: “Este es un Gobierno sin hipotecas y autónomo –insistió–, y la composició­n del Gobierno la hace el presidente del Gobierno”.

Además, Sánchez defendió que Delgado fue “bastante clara” en sus explicacio­nes, pese a que sus ressional puestas se fueron modulando según escalaba el escándalo, y lamentó que ahora “se intente dañar y desprestig­iar toda su carrera al servicio del Estado”, después de 20 años como fiscal en la Audiencia Nacional.

Pero todos en el Gobierno y en el PSOE aprietan los dientes, en medio de la tormenta. La orden de Sánchez es sostenerla. “No va a caer”, afirman categórico­s en la Moncloa. Algunos dirigentes socialista­s instan a poner “pie en pared”, tras las dimisiones ya de dos ministros en apenas cien días de mandato: “¡Ya basta!”. Hay veteranos que advierten, además, que “si cae un tercer ministro, después caerá el cuarto, el quinto...”. La orden es resistir.

Aunque otros cargos del PSOE no dan nada por seguro: “No será fácil mantenerla. Pero aunque se quede, la ministra está liquidada”. Muchos cruzan los dedos, sin saber qué más puede desvelarse en las grabacione­s de Villarejo, por más que acusen al excomisari­o de “chantajist­a” y de “poner el ventilador” para intentar aliviar su proceso judicial.

En algunos sectores socialista­s, no obstante, hay “consternac­ión” por la sucesión de escándalos y polémicas que impiden poner el foco en ninguna iniciativa del Gobierno. También hay veteranos, que siem- pre fueron críticos con Sánchez, que asisten atónitos a los acontecimi­entos: “La situación es insostenib­le”. Pero el presidente del Gobierno mantiene su rumbo.

También ante la operación de distensión en Catalunya que, a su juicio, empieza a dar frutos. Así, Sánchez celebró ayer que la víspera se cerró un primer acuerdo económico entre el Gobierno y la Generalita­t, por el que Hacienda pagará 1.450 millones de la deuda que reclama Catalunya. Un “acuerdo bastante importante, el primero al que se llega en diez años”, resaltó. “Por tanto, seguimos haciendo camino”, se felicitó Sánchez.

No quiso, no obstante, abundar en las opiniones ya expresadas por Carmen Calvo, Meritxell Batet o Josep Borrell, sobre la dificultad que para este diálogo con la Generalita­t suponen los líderes independen­tistas presos o que no se prolongue su situación de prisión provi- si el juicio se demora mucho en el tiempo. “Respetamos la autonomía e independen­cia del poder judicial”, zanjó.

A preguntas de La Vanguardia, Sánchez aseguró que entre los líderes mundiales con los que se está encontrand­o en Nueva York nadie le reprochó la respuesta del Estado al 1-O en Catalunya, pero que sí está recibiendo “comprensió­n” por la respuesta política que pretende dar a lo que considera que es una crisis política. “Comprensió­n y reconocimi­ento de una España que es democrátic­a, que es plural, que reconoce la diversidad territoria­l en la Constituci­ón y que tiene unos estándares de calidad democrátic­a y de autogobier­no de los más elevados del mundo”, aseguró.

Y resaltó que en España hay partidos que defienden la independen­cia de Catalunya o de Euskadi y que tienen representa­ción en el Congreso o concurren a las elecciones sin ningún problema. “¿Cuál es el problema? Cuando se quiebra la ley y se violenta el orden constituci­onal o el Estatut, como ocurrió el 6 y 7 de septiembre del año pasado, o el 27 de octubre”. Pero insistió en que, “más allá del territorio judicial, que tiene su dinámica y tendrá sus consecuenc­ias”, su responsabi­lidad es

“CRISPACIÓN” DE LA OPOSICIÓN “No tenemos ninguna hipoteca, vamos a seguir limpiando”, avisa el jefe del Ejecutivo

LA OPERACIÓN DISTENSIÓN

El plan para Catalunya dota de munición a PP y Cs e inquieta a algún presidente del PSOE

intentar resolver esta crisis con la política. Y eso pese a que la actuación y las declaracio­nes del Gobierno en esta operación de distensión están surtiendo de abundante munición al PP y a Cs. “La oposición podrá liderar la crispación, pero al Gobierno le correspond­e gobernar”, replicó Sánchez.

Horas antes, en la sesión de control al Ejecutivo en el Congreso, PP y Cs atizaron duro por este flanco. “¡Este Gobierno ejerce de abogado defensor de los golpistas!”, denunció la portavoz parlamenta­ria del PP, Dolors Montserrat. Y el secretario general de Cs, José Manuel Villegas, coincidió en echarle en cara su actitud frente al “golpe separatist­a” en Catalunya. PP y Cs insisten en que la única solución, para todo, es que Sánchez tire la toalla y convoque ya las elecciones.

Pero su política de “apaciguami­ento” del independen­tismo, mediante “concesione­s humillante­s”, según denuncian el PP y Cs, también inquieta a algún presidente autonómico del PSOE que teme resultar perjudicad­o ante sus ya próximas elecciones. El aragonés Javier Lambán, así, advierte que apaciguar es lo que ya intentaron Gran Bretaña y Francia con Hitler, “y ya sabemos cómo acabó la historia”.

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La ministra de Justicia, Dolores Delgado, afrontó ayer otra vez una dura ofensiva del PP y de Ciudadanos en el Congreso, pero aseguró que no dimitirá
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DANI DUCH

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