Sánchez blinda a Delgado y planta cara al “corrupto” Villarejo
El presidente reprende a PP y Cs por sus ataques a cuenta del excomisario
El presidente del Gobierno apuntaló ayer desde Nueva York a su ministra de Justicia, Dolores Delgado, acorralada por las grabaciones del excomisario Villarejo. Sánchez defendió que su Gobierno ha venido a “limpiar” y regenerar la vida pública y “un chantajista” no le va a marcar la agenda.
“Hemos venido a limpiar, estamos limpiando y vamos a seguir limpiando”. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, hizo ayer un alto en su apretada agenda en Nueva York –donde hoy intervendrá ante la Asamblea de la ONU– para intentar apagar el incendio que pretende abrasar a su ministra de Justicia, Dolores Delgado, por las grabaciones que se están desvelando del excomisario José Manuel Villarejo.
“Este Gobierno no tiene ninguna hipoteca, y tiene un mandato claro que está determinado a cumplir: limpiar y regenerar la vida política, luchar contra la corrupción venga de donde venga, esté instalada donde esté instalada. Este Gobierno no acepta chantajes ni amenazas de nadie, absolutamente de nadie”, advirtió Sánchez. El presidente quiso así sostener a Delgado, que está en el ojo del huracán por las incómodas grabaciones y la caótica gestión de esta crisis, y a la que el PP y Cs sitúan en el centro de la diana para cobrarse un tercer trofeo tras las caídas de Màxim Huerta y Carmen Montón. “¡Usted es un zombi! ¡España necesita un Gobierno decen- te!”, le echó en cara ayer en el Congreso el diputado popular Rafael Hernando. Pero Delgado insistió en que no dimitirá. Y la estrategia de Sánchez para apuntalarla es poner el foco sobre el oscuro excomisario, al que en la Moncloa tachan de simple “chantajista”. “¡No nos va a marcar la agenda política un corrupto!”, clamó el presidente del Gobierno.
La polémica, no obstante, también se hizo insostenible para el líder de Podemos, Pablo Iglesias, que ya reclama la dimisión de Delgado. Pero Sánchez replicó ayer que el único que pone y quita ministros es él, y negó dicha facultad a Iglesias pese a que sea el principal aliado para la pervivencia de su mandato: “Este es un Gobierno sin hipotecas y autónomo –insistió–, y la composición del Gobierno la hace el presidente del Gobierno”.
Además, Sánchez defendió que Delgado fue “bastante clara” en sus explicaciones, pese a que sus ressional puestas se fueron modulando según escalaba el escándalo, y lamentó que ahora “se intente dañar y desprestigiar toda su carrera al servicio del Estado”, después de 20 años como fiscal en la Audiencia Nacional.
Pero todos en el Gobierno y en el PSOE aprietan los dientes, en medio de la tormenta. La orden de Sánchez es sostenerla. “No va a caer”, afirman categóricos en la Moncloa. Algunos dirigentes socialistas instan a poner “pie en pared”, tras las dimisiones ya de dos ministros en apenas cien días de mandato: “¡Ya basta!”. Hay veteranos que advierten, además, que “si cae un tercer ministro, después caerá el cuarto, el quinto...”. La orden es resistir.
Aunque otros cargos del PSOE no dan nada por seguro: “No será fácil mantenerla. Pero aunque se quede, la ministra está liquidada”. Muchos cruzan los dedos, sin saber qué más puede desvelarse en las grabaciones de Villarejo, por más que acusen al excomisario de “chantajista” y de “poner el ventilador” para intentar aliviar su proceso judicial.
En algunos sectores socialistas, no obstante, hay “consternación” por la sucesión de escándalos y polémicas que impiden poner el foco en ninguna iniciativa del Gobierno. También hay veteranos, que siem- pre fueron críticos con Sánchez, que asisten atónitos a los acontecimientos: “La situación es insostenible”. Pero el presidente del Gobierno mantiene su rumbo.
También ante la operación de distensión en Catalunya que, a su juicio, empieza a dar frutos. Así, Sánchez celebró ayer que la víspera se cerró un primer acuerdo económico entre el Gobierno y la Generalitat, por el que Hacienda pagará 1.450 millones de la deuda que reclama Catalunya. Un “acuerdo bastante importante, el primero al que se llega en diez años”, resaltó. “Por tanto, seguimos haciendo camino”, se felicitó Sánchez.
No quiso, no obstante, abundar en las opiniones ya expresadas por Carmen Calvo, Meritxell Batet o Josep Borrell, sobre la dificultad que para este diálogo con la Generalitat suponen los líderes independentistas presos o que no se prolongue su situación de prisión provi- si el juicio se demora mucho en el tiempo. “Respetamos la autonomía e independencia del poder judicial”, zanjó.
A preguntas de La Vanguardia, Sánchez aseguró que entre los líderes mundiales con los que se está encontrando en Nueva York nadie le reprochó la respuesta del Estado al 1-O en Catalunya, pero que sí está recibiendo “comprensión” por la respuesta política que pretende dar a lo que considera que es una crisis política. “Comprensión y reconocimiento de una España que es democrática, que es plural, que reconoce la diversidad territorial en la Constitución y que tiene unos estándares de calidad democrática y de autogobierno de los más elevados del mundo”, aseguró.
Y resaltó que en España hay partidos que defienden la independencia de Catalunya o de Euskadi y que tienen representación en el Congreso o concurren a las elecciones sin ningún problema. “¿Cuál es el problema? Cuando se quiebra la ley y se violenta el orden constitucional o el Estatut, como ocurrió el 6 y 7 de septiembre del año pasado, o el 27 de octubre”. Pero insistió en que, “más allá del territorio judicial, que tiene su dinámica y tendrá sus consecuencias”, su responsabilidad es
“CRISPACIÓN” DE LA OPOSICIÓN “No tenemos ninguna hipoteca, vamos a seguir limpiando”, avisa el jefe del Ejecutivo
LA OPERACIÓN DISTENSIÓN
El plan para Catalunya dota de munición a PP y Cs e inquieta a algún presidente del PSOE
intentar resolver esta crisis con la política. Y eso pese a que la actuación y las declaraciones del Gobierno en esta operación de distensión están surtiendo de abundante munición al PP y a Cs. “La oposición podrá liderar la crispación, pero al Gobierno le corresponde gobernar”, replicó Sánchez.
Horas antes, en la sesión de control al Ejecutivo en el Congreso, PP y Cs atizaron duro por este flanco. “¡Este Gobierno ejerce de abogado defensor de los golpistas!”, denunció la portavoz parlamentaria del PP, Dolors Montserrat. Y el secretario general de Cs, José Manuel Villegas, coincidió en echarle en cara su actitud frente al “golpe separatista” en Catalunya. PP y Cs insisten en que la única solución, para todo, es que Sánchez tire la toalla y convoque ya las elecciones.
Pero su política de “apaciguamiento” del independentismo, mediante “concesiones humillantes”, según denuncian el PP y Cs, también inquieta a algún presidente autonómico del PSOE que teme resultar perjudicado ante sus ya próximas elecciones. El aragonés Javier Lambán, así, advierte que apaciguar es lo que ya intentaron Gran Bretaña y Francia con Hitler, “y ya sabemos cómo acabó la historia”.