Acampada desmantelada.
La policía argumenta ahora que tantas tiendas de campaña suponen un problema de seguridad
Antidisturbios de los Mossos d’Esquadra desmontaron ayer por la mañana el campamento independentista instalado en la plaza Sant Jaume desde el pasado Onze de Setembre. El inesperado desmantelamiento de la que se daba a conocer como la Acampada per la Llibertat desató rápidamente una tormenta política. Antes de que los agentes se marcharan de la plaza la CUP ya lo tildaba en las redes sociales de ataque “contra la gente que se organiza”. “Vemos cómo el presidente Quim Torra llama a una movilización permanente y que, al día siguiente, su conseller de Interior lo que hace es desalojar la plaza Sant Jaume”, dijo la diputada de la CUP en el Parlament Natàlia Sànchez.
Al poco el director general de la policía autonómica, Andreu Martínez, subrayó que esta operación no fue un desalojo, que el disposititurnos vo se produjo por motivos de seguridad, que los ciudadanos hasta ayer acampados pueden continuar sus reivindicaciones, pero de un modo mucho más discreto. Al raso. A media mañana una docena de ciudadanos le tomaron la palabra y se bajaron a la plaza unas cuantas sillas de playa. Algunos también se trajeron sacos de dormir, bien dispuestos a pasar la noche bajo las estrellas.
El director de los Mossos recordó también que el nivel de alarma terrorista en Catalunya es de cuatro sobre cinco. Y que buena parte de las tiendas plantadas eran testimoniales. En muchas no había nadie instalado. Porque esta acampada no era una acampada al uso. Sus participantes se organizaban en de un par de horas. Así compaginaban sus obligaciones cotidianas con la protesta. El problema es que cualquier desaprensivo aprovechara esta circunstancias para dejar cualquier artefacto en una de estas tiendas. Mediadores de los Mossos llevaban varios días tratando de explicar a los acampados los inconvenientes que acarreaba su protesta. Además, el gobierno de Ada Colau prefirió pasar de puntillas sobre este asunto. Únicamente anteayer el teniente de alcalde Jaume Asens manifestó su preocupación por el tema.
Los acampados, sin embargo, se tomaron estas explicaciones como una tomadura de pelo. No tardaron en convocar una manifestación de protesta ante la Generalitat. “¿Acaso no llevamos aquí más de dos semanas en la plaza Sant Jaume? ¿permitieron que estuviéramos tanto tiempo aquí pese a los problemas de seguridad”.
En el fondo, los verdaderos motivos del desalojo tienen que ver con la concentración anunciada y autorizada que se celebrará este sábado al mediodía en la plaza Sant Jaume para homenajear a los Guardias Civiles y Policías Nacionales que participaron en el 1-O. Los propios servicios de información de la policía catalana alertaron del riesgo que suponía la presencia del material de la acampada en la manifestación del sábado. Además, desde hace unos días,
TORMENTA POLÍTICA
Los acampados y la CUP piden la dimisión del conseller de Interior
QUEJAS
Los independentistas denuncian que los agentes no les dejaron recoger sus enseres
numerosos colectivos han convocado otra manifestación que pretende ocupar la plaza para evitar la marcha de reconocimiento a policías y guardias civiles.
La concentración que convocaron los independentistas para mostrar su malestar reunió en Sant Jaume a más de 200 personas. Además, las formas en las que se produjo el desmantelamiento de su acampada tampoco les hizo ninguna gracia. Los independentistas denunciaron que los agentes llegaron a la plaza a las nueve y media de la mañana y no les permitieron recoger ninguno de sus enseres. Los policías se llevaron todos los elementos que consideraban podían suponer problemas de seguridad. Entretanto los acampados tocaron el violín y emitieron combativas coplas de hip hop. “Madero –pudo oírse–, la policía del capital”. A pesar de que toda la operación se desarrolló sin incidentes, y de que los independentistas colaboraron con los Mossos, en ese momento sí que se produjeron algunos momentos de tensión. Además, cuando la gente acudió a la comisaría de Sants a recoger sus pertenencias encontró que muchas estaban maltrechas. Al concluir el desalojo, los manifestantes organizaron una asamblea en que se decidió mantener la protesta, aunque sin tiendas de campaña.