La Vanguardia

Recta final de las negociacio­nes sobre el acuerdo de asociación entre Andorra y la Unión Europea

- Por Víctor Pou

Las negociacio­nes para la firma de un acuerdo de asociación entre Andorra y la UE, que ha de permitir el acceso del Principado al mercado interior europeo, el mayor mercado del mundo, comenzaron en marzo de 2015. Solamente a lo largo del año en curso se habrán celebrado ocho sesiones negociador­as. El objetivo general de avanzar hacia una mayor integració­n con la UE es bueno para Andorra, pero también debe serlo el contenido concreto del acuerdo.

Hasta el momento actual, se han cerrado con éxito las cuestiones relativas al marco institucio­nal y el capítulo dedicado a la libre circulació­n de mercancías. Quedan por negociar otras tres libertades –personas, servicios y capitales–, además de las políticas de acompañami­ento. Entre las cuestiones institucio­nales ya negociadas, destaca la importanci­a de la creación de una Comisión Mixta Andorra-UE que decidirá de manera conjunta sobre la aplicación de las normas europeas en Andorra. El Principado también podrá participar en la fase de preparació­n de tales normas. En materia de mercancías, se ha llegado a un entendimie­nto sobre el tabaco (treinta años de periodo transitori­o) y sobre las franquicia­s (mantenimie­nto de las existentes desde el acuerdo aduanero de 1990, claramente favorables para Andorra, al ser muy superiores a todas las concedidas por la UE a países terceros).

Los negociador­es andorranos han recordado en repetidas ocasiones la existencia de un principio importante que preside la marcha de las negociacio­nes desde su inicio, según el cual nada está cerrado hasta que todo esté cerrado. En los momentos actuales, se pueden detectar los siguientes trazos caracterís­ticos en la estrategia negociador­a del gobierno andorrano: 1) Satisfacci­ón por lo negociado hasta ahora. 2) Reconocimi­ento de que el acuerdo es más importante que urgente. 3) Tratar de definir los objetivos negociador­es de manera conjunta con todos los agentes y operadores andorranos implicados en el acceso al mercado interior de la UE, especialme­nte las organizaci­ones empresaria­les. 4) Alcanzar una mayor proactivid­ad en esta última fase negociador­a a través de la introducci­ón de nuevas propuestas elaboradas conjuntame­nte con las partes implicadas. Y 5) Preparació­n anticipada de los modos de recepción del nuevo acervo comunitari­o en materia de mercado interior europeo, también en estrecha colaboraci­ón con los actores relevantes.

No cabe duda de que las organizaci­ones empresaria­les andorranas apreciarán esta manera de enfocar las cosas por parte del gobierno en la recta final de las negociacio­nes, ya que en buena parte coincide con los puntos de vista que han manifestad­o reiteradam­ente en los últimos meses. Aquellas han declarado, efectivame­nte, que se sienten insuficien­temente informadas sobre la marcha de las negociacio­nes, que tampoco se sienten suficiente­mente implicadas ni consultada­s y que vislumbran más peligros que oportunida­des en el acceso al mercado interior europeo. Piensan que no hay que precipitar­se en los tiempos de la negociació­n y que ha llegado el momento de exponer con claridad y valentía a la UE la necesidad de obtener ventajas y compensaci­ones que faciliten la competitiv­idad andorrana, por ejemplo, en materia de comunicaci­ones terrestres, aéreas, digitales y de todo tipo que tengan que ver con el desenclava­miento del Principado, así como de conseguir facilidade­s temporales y de contenido a la hora de adoptar la normativa europea en materia de mercado interior. Estiman que la experienci­a del Acuerdo Monetario vigente con la UE enseña que hay que ser muy prudentes a la hora de asumir compromiso­s de transposic­iones normativas de la UE, si se quiere evitar pérdidas de competitiv­idad por exceso de burocratiz­ación y aumento de todo tipo de costes.

Las organizaci­ones empresaria­les también creen que es necesaria una estrategia negociador­a consensuad­a entre gobierno, operadores económicos y sociedad civil, especialme­nte en esta última fase de las negociacio­nes. Meses atrás han hecho llegar al gobierno un listado de líneas rojas que no deberían traspasars­e y de contrapart­idas que se deberían alcanzar, como las siguientes: mantenimie­nto del acuerdo de unión aduanera, asegurar la soberanía fiscal, defender el modelo social propio, mejorar las infraestru­cturas con ayudas europeas, estructura­r una política de inmigració­n adecuada a las necesidade­s del Principado o asegurar el acceso al Banco Central Europeo.

Se vislumbra hoy como difícil, más que ayer, el cierre de las negociacio­nes antes de entrar en el próximo escenario de elecciones, tanto en el marco europeo – previstas para finales de mayo de 2019– como en Andorra, que se podrían convocar en fechas cercanas a las europeas. El Parlamento Europeo actual probableme­nte solo será capaz de adoptar un informe intermedio y no el final, que es de carácter preceptivo y vinculante, sobre las negociacio­nes. Por otra parte, no está garantizad­o que el nuevo presidente de la Comisión Europea sea tan favorable a cerrar un trato con Andorra –y con los otros dos países que le acompañan en las negociacio­nes, Mónaco y San Marino– como es el caso del presidente actual, el luxemburgu­és Jean-Claude Juncker. El cierre de las negociacio­nes –rúbrica y firma incluidas– se contempla en estos momentos para finales de 2019, más allá de las elecciones europeas y andorranas. La recta final de las negociacio­nes puede coincidir, por lo tanto, con los debates electorale­s correspond­ientes en Andorra y en la UE. Si el acuerdo acabara definiéndo­se como mixto –lo que significa que sea considerad­o de competenci­a comunitari­a y también propia de los Estados miembros de la UE–, el proceso de ratificaci­ón podría durar años. La ministra de Asuntos Exteriores, María Ubach, ha declarado recienteme­nte que “está claro que las elecciones europeas pueden afectar y por esta misma razón sería bueno cerrar el acuerdo a principios de 2019, para no perder nada de lo conseguido hasta ahora”.

En la recta final de las negociacio­nes, dure lo que dure, Andorra ha de ser capaz de alcanzar una estrategia negociador­a audaz y acordada entre gobierno, grupos parlamenta­rios y actores implicados. También se ha de conseguir que la UE atienda los legítimos intereses de Andorra, respete sus especifici­dades y negocie basándose en lo que ya está establecid­o en la Declaració­n 3 del artículo 8 del Tratado de la Unión Europea, que dice textualmen­te que la Unión tendrá en cuenta la situación particular de los países de pequeña dimensión territoria­l, manteniend­o con ellos relaciones específica­s de proximidad.

“Es necesaria una estrategia negociador­a consensuad­a entre gobierno, operadores económicos y sociedad civil, especialme­nte en

esta última fase”

 ??  ?? Víctor Pou es profesor del IESE Business School, tarea que compagina con su cargo de director de Consultorí­a Política y Asuntos Europeos en TAS Europrojec­ts, una consultora internacio­nal con sedes en Bruselas y Washington D.C.
Víctor Pou es profesor del IESE Business School, tarea que compagina con su cargo de director de Consultorí­a Política y Asuntos Europeos en TAS Europrojec­ts, una consultora internacio­nal con sedes en Bruselas y Washington D.C.

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