Inexplicable
“No hemos tenido respuesta”, admite un lacónico Valverde
Paralizado en la banda y lacónico en la sala de prensa. Ernesto Valverde no pierde nunca el temple y anoche tampoco lo hizo. Pero a la misma vez su análisis fue parco y poco enérgico. “Ha sido un resultado inexplicable por cómo se ha dado”, afirmó cariacontecido. “Hemos de estar preparados para dar la vuelta a las cosas cuando se ponen mal”, prosiguió. Su conclusión la pudo ver todo el mundo. “No hemos tenido respuesta a los dos goles en un minuto. Se nos han ido cinco puntos en dos días de una forma difícil de explicar”.
La derrota llegó precisamente el día que decidió dar descanso a algunos pesos pesados. Rotación empieza con R. Como Roma. Como recuerdo. Como rotos. El recuerdo de aquel rapapolvo (también con r) está muy presente en el barcelonismo, dentro y fuera del vestuario, y más tras el desastre de anoche. Una de las conclusiones del 10 de abril fue que Valverde no había dosificado lo suficiente a los pesos pesados de la plantilla. Ayer introdujo cambios pero se encontró con una imagen de su equipo sonrojante. “Hemos acusado demasiado el golpe del 2-1. Esa es la realidad”, concedió, triste, el entrenador.
En la pasada Liga el Barça recibió siete goles en los primeros 18 partidos. En seis jornadas de esta temporada ya los ha encajado. Un dato ilustrativo de la vulnerabilidad de un conjunto desconcentrado en las jugadas a balón parado y lentísimo en las transiciones (vean si quieren cómo regresó Umtiti hacia su portería en el segundo gol del Leganés antes del error garrafal de Piqué). En Anoeta les salvó Ter Stegen pero cada día no puede ejercer de Supermán. Donde había fiabilidad hay fragilidad. “Es complicado de analizar porque han sido dos jugadas consecutivas. No ha habido una situación continua de peligro. Ha sido un accidente”, argumentó Valverde.
De entre los ocho partidos de esta campaña, el Barcelona ha ido por detrás en el marcador en cinco. Otra cifra que lo dice casi todo. Ni con los habituales ni con modificaciones. Las más llamativas, las ausencias de Luis Suárez y Jordi Alba. El uruguayo lo había jugado todo menos un minuto. El lateral, todo. Lógico teniendo en cuenta que, a priori, son dos de los futbolistas con relevos de menos garantías en la plantilla, como se demostró anoche.
“Ahora puede sonar ventajista quien diga que no tenemos fondo de armario. El otro día ante el Girona metí cambios en el once y el equipo iba bien hasta la expulsión. Los equipos nos se hacen solo con once jugadores. Somos un conjunto largo y ahora tenemos que estar todos juntos para superar esta situación difícil. Tenía previsto dar descanso a Luis Suárez y tenía miedo que Jordi Alba pudiera tener algún problema físico”. Fue una de las respuestas más largas, por no decir la única, de Valverde.
Lo mejor que hizo Munir fue permitir que Suárez no acumulara más esfuerzos. Hay que pedir mucho más a los suplentes del Barça, también a los titulares. Sus partidos no pueden ser anodinos. Mientras, Vermaelen naufragó. Como no tiene las características de Alba no subió al ataque. Y encima el belga estuvo lento en el gol del empate del Leganés cuando El Zhar le ganó la partida. Después le hicieron dos túneles. Quizás Miranda, el joven del filial, no lo habría hecho peor que Vermaelen, pero Valverde no se ha atrevido todavía a dar confianza a un canterano.
Ya sólo Messi, Ter Stegen y Piqué, errático en los últimos partidos, han disputado todos los minutos. Pero, ahora, más importante que contar los kilómetros de cada jugador es recuperar el juego colectivo. Con balón y sin balón.
UN EQUIPO TOCADO
“Acusamos demasiado el golpe del 2-1, apenas hemos generado ocasiones”, afirma el técnico
DEFENSA DE LA PLANTILLA
“Ahora sería ventajista decir que no tenemos fondo de armario. Un equipo no son sólo once”
ERROR REPETIDO
En cinco de los ocho partidos de la temporada el Barcelona ha ido por detrás en el marcador