Carlos Torres asume la presidencia ejecutiva del BBVA a partir de enero
El consejo de administración nombrará al consejero delegado antes de fin de año
Semana de alto voltaje en la banca española. El BBVA anunció ayer que Carlos Torres Vila, actual consejero delegado, sustituirá a Francisco González en la presidencia ejecutiva de la segunda entidad financiera del país.
El cambio, previsto desde principios de año, (aunque no se había fijado la fecha definitiva) llega sólo un día después de que el Santander anunciase que ha fichado al banquero de inversión Andrea Orcel como número dos de la entidad financiera.
Con este nombramiento, Francisco González, el banquero más longevo del sistema financiero español, deja la presidencia, tras casi 20 años en el cargo. Hace dos años, en la cumbre de Davos, González anunció por sorpresa que se trabajaba en el consejo en su relevo, puesto que el año que viene cumple 75 años, la edad máxima fijada por el banco para agotar su mandato. A principios de este año, en la presentación de los resultados anuales del ejercicio pasado, González ya dejó entrever que iba a ceder el testigo a su hombre de confianza en los últimos años, Carlos Torres. Y con tal sucesión, la entidad quedaba encaminada hacia una estrategia muy definida por él mismo durante los últimos años: afrontar una fuerte transformación digital.
Ahora, en una segunda etapa, el banco se toma el cuarto trimestre del año como plazo para nombrar al consejero delegado, el número dos del banco. Fuentes de la entidad apuntan que “lo más probable es que salga de la casa porque hay profesionales con mucho talento”, aunque la última palabra la tienen el consejo de administración y la comisión de nombramientos. El nuevo consejero delegado será el que lleve el día a día del BBVA y el que impulse la citada transformación digital.
Los cambios anunciados tienen que recibir el visto bueno del Banco Central Europeo, pero la idea es que González concluya su mandato el 31 de diciembre de este año y Torres asuma la presidencia desde el 1 de enero del 2019.
“A propuesta de la comisión de nombramientos, el cambio se ha aprobado por unanimidad”, recoge la nota de prensa. Para González, “el trabajo de Carlos Torres estos últimos años es la mejor garantía de continuidad en la estrategia”. Mientras que Torres comentó que “gracias a la visión es- tratégica del presidente hace más de una década, hoy en día no existe proyecto empresarial más atractivo que el de BBVA y es un honor poder formar parte de él”.
Carlos Torres, según el BBVA, “ha contribuido notablemente a acelerar el proceso de transformación de la entidad tanto desde el punto de vista interno, como en la relación con los clientes, especialmente desde su nombramiento en mayo del 2015 como consejero delegado”.
Las ventas digitales del grupo representan casi el 40% del total de las transacciones y los clientes digitales superan los 25 millones. Para final de este año, el banco espera que la mitad de los clientes sean digitales.
Fuentes del banco apuntan que la sustitución se encuadra “en la estrategia fijada” y no tenía sentido para los mercados prolongar la incógnita de quién iba a ser el sustituto. También habían sonado otros nombres como el consejero ejecutivo José Manuel GonzálezPáramo o el expresidente del Banco Internacional de Pagos (BIS por sus siglas en inglés), Jaime Caruana, que había sido nombrado consejero del banco a principios de este año, pero el banco
El nombramiento tiene pendiente el visto bueno del BCE, entidad que tiene la última palabra
ha optado por la continuidad. Las mismas fuentes apuntan que los cambios en la cúpula del Santander no han acelerado el nombramiento de Torres como presidente, puesto que el anuncio de las modificaciones estaban previsto desde principios de semana.
Torres tiene por delante, además de convertir el BBVA en una de las principales redes comerciales de Europa, con la consiguiente transformación digital, el fortalecerse en los cuatro grandes mercados en los que opera la entidad financiera (España, México, Turquía y Estados Unidos) y llevar a cabo alguna operación corporativa de nivel europeo. En España, tendrá que conjugar la estrategia online con las oficinas presenciales y decidir qué hace con alguna de sus participadas, como Telefónica, que el año pasado redujo sus ganancias.