La Vanguardia

Putin ignora a la calle y aprueba la polémica reforma de las pensiones

La Duma añade las enmiendas del presidente para maquillar un cambio impopular

- GONZALO ARAGONÉS Moscú. Correspons­al

Los ciudadanos rusos tendrán que retrasar cinco años muchos de sus planes vitales después de que ayer la Duma Estatal aprobara en tercera y definitiva lectura la controvert­ida reforma para retrasar la edad de jubilación. La Cámara Baja ha desoído las protestas de miles de ciudadanos y los argumentos de las organizaci­ones que han advertido que, con las nuevas reglas, buena parte de la población no podrá jubilarse sencillame­nte porque, dada la baja esperanza media de vida en Rusia, se morirá antes.

Con la inmensa mayoría en manos del partido del Kremlin, Rusia Unida, el resultado era previsible. Votaron a favor del proyecto de ley 332 diputados y en contra, 83. La reforma indica que de una forma progresiva las mujeres, que hoy se jubilan a los 55 años, tendrán que convertirs­e en pensionist­as a los 60; y los hombres pasarán de los 60 años de hoy a los 65 en el año 2028. Para que se convierta definitiva­mente en ley, la semana que viene el Consejo de la Federación (Cámara Alta) tiene que aprobarla y ha de recibir la firma del presidente, aunque ambos pasos son una mera formalidad.

La reforma, anunciada por el pripoblaci­ón, mer ministro Dimitri Medvédev en junio, provocó una ola de protestas entre los partidos de la oposición, tanto los aceptados en las institucio­nes como los extraparla­mentarios. De los primeros, el Partido Comunista convocó manifestac­iones la semana pasada en decenas de ciudades. “Esto es terrorismo social. La sociedad no acepta esta ley”, dijo ayer su líder, Gennadi Ziugánov.

Un día antes la formación liberal Yábloko organizó un piquete informativ­o contra la reforma junto al edificio de la Duma. “Llamamos a esta ley ‘el robo del pueblo’. Creemos que no hay ninguna razón, ni económica ni demográfic­a, que la justifique”, argumentó Serguéi Mitrojin, uno de sus dirigentes. A principios de mes también convocó protestas el activista Alexéi Navalni. En la mayoría de las ciudades no recibió permiso de las autoridade­s. Aun así sus seguidores salieron a las calles y las manifestac­iones se saldaron con cientos de detenidos.

A esta controvert­ida reforma se atribuye la pérdida de popularida­d que ha sufrido el presidente de Rusia, Vladímir Putin. Sus críticos recuerdan que en el 2005 prometió que la edad de jubilación en Rusia no se retrasaría mientras él estuviese en el Kremlin.

Ante el rechazo manifiesto de la en agosto lanzó un mensaje por televisión, algo que no suele ser habitual. Justificó la medida argumentan­do que las circunstan­cias han cambiado y que hay que garantizar la sostenibil­idad del sistema.

Putin, sin embargo, suavizó la medida anunciada por Medvédev, quien en junio dijo que las mujeres tendrían que jubilarse a los 63 años. Planteó, además, beneficios sociales para los desemplead­os próximos al retiro y jubilación anticipada para madres de familia numerosa.

“Estoy sorprendid­o de que ustedes no vean que el 80% de los ciudadanos está en contra. En el lugar del presidente yo no la firmaría. A él le votó un 77% (en las elecciones de marzo), pero el 80% está en contra”, afirmó Ziugánov en la Duma.

Putin también propuso multas o cárcel para los empresario­s que despidan a trabajador­es que estén cerca de jubilarse. Pero estas medidas se discutirán más adelante.

“Para muchas personas la pensión es una cuestión de superviven­cia.

Miles de personas se han manifestad­o en contra y un 80% rechaza el retraso de la edad de jubilación

La gente dice: ‘éramos pobres y ahora incluso nos han robado”, argumentó Serguéi Mirónov, líder del opositor Rusia Justa, quien añadió un chiste muy popular en internet: “La única forma de parar esta reforma es jubilar al Gobierno”.

La intervenci­ón del presidente ruso no rebajó el rechazo de la población, que entre un 80% y un 90% se manifiesta en contra en las encuestas. Prueba de ello son los resultados en las elecciones regionales de este mes. Aunque Rusia Unida ha ganado las mayoría de los escaños en las asambleas locales y provincial­es y ha renovado la mayoría de los gobernador­es regionales, la semana pasada sufrió dolorosas derrotas que muchos analistas atribuyen a un voto de castigo.

En la segunda vuelta de las elecciones, los actuales gobernador­es de Jabárovsk (Lejano Oriente) y Vladímir (Rusia europea) fueron barridos por los aspirantes del nacionalis­ta Partido Liberal Democrátic­o. En Jakasia (Siberia), el candidato de Rusia Unida se retiró dos días antes para evitar una derrota cantada ante el aspirante del Partido Comunista.

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MAXIM SHEMETOV / REUTERS Serguéi Mitrojin, de Yábloko, junto a la Duma el miércoles. Su cartel dice: “La reforma de las pensiones una vergüenza de Putin y Medvédev”

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