Penélope Cruz y Salma Hayek se reencuentren en una gala en Madrid
Penélope Cruz y Salma Hayek proclaman su fidelidad in condicional en la gala de ‘Vanity Fair’
La amistad entre Penélope Cruz y Salma Hayek es de sobras conocida. Siempre que pueden se dedican palabras de reconocimiento mutuo. Y la noche del martes en Madrid lo volvieron hacer. Salma Hayek recogía el premio a Personaje del Año de la revista Vanity Fair y la encargada de entregárselo, para sorpresa de la mexicana, fue su gran amiga Pe.
Su relación va más allá de la alfombra roja y los estrenos de cine. Todo comenzó una tarde cualquiera hace más de 20 años mientras Penélope veía la televisión. “Salma hablaba de mí en un programa de la tele, sin conocernos en persona. Estaba alabando mi trabajo tras verme en Jamón Jamón y decidí llamarla para agradecérselo. Le dije que iría a Los Ángeles a grabar mi primera película y ella me recogió en el aeropuerto y me llevó a su casa y, actualmente, sigue siendo una de mis mejores amigas; Salma es de esas personas que cuando las conoces no quieres que desaparezcan de tu vida”, dijo la actriz española al entregarle el premio. Y así fue como nació una amistad que se ha fortalecido con el paso de los años.
Siempre que tienen ocasión cuentan que han compartido cama, que Cruz ha maquillado a oscuras a Hayek y que hasta han tenido una experiencia cercana a la muerte disfrazadas la noche de Halloween. Incluso ha trascendido que tienen un apodo con el que se llaman la una a la otra: huevos. “Nos llamamos así porque antes de tener hijos, dormíamos mucho más que ahora. Así que era una forma de llamarnos ‘vaga’ la una a la otra”, reveló Penélope hace años. Aunque han compartido muchas cosas sólo han coincidido una vez trabajando juntas. Fue en el western Bandidas, en 2006, que no tuvo una gran trascendencia.
Penélope, que se prodiga en público lo justo –es decir, en los
La actriz mexicana bromeó asegurando que la española es “un pilar de mi vida desde hace trescientos años”
estrenos de sus películas, los desfiles de Chanel, firma de la que es embajadora y los proyectos solidarios que amadrina– quiso estar en la gran noche de Salma Hayek, que también estuvo arropada por su marido, François-Henri Pinault, el multimillonario empresario francés que preside un conglomerado de marcas de lujo, entre ellas Gucci, que fue el patrocinador principal de la gala.
Durante la fiesta de Vanity Fair, que se celebró en Madrid, la mujer de Javier Bardem, muy emocionada, destacó la valentía de su compañera de profesión, y la devoción y el cariño que le profesa. Fue entonces cuando la invitó a subir al escenario a recoger la distinción. “¿Te vas a quedar ahí?”, le espetó. “Pues es que estaba bien entretenida, escuchándote”, contestó Salma con su inconfundible acento mexicano.
Salma Hayek recogió el premio Personaje del Año por, entre otras cosas, su implacable lucha por los derechos de las mujeres en una industria cinematográfica asediada por el movimiento #Me Too. “Penélope y yo tenemos muchas cosas en común aunque somos muy diferentes. Siempre quisimos ser muy buenas actrices pero también muy buenas personas. Una de nuestras metas era no perder el alma por el camino. Más que una rival, en ella encontré una compañera para navegar las turbias aguas que comporta una carrera como la de actriz”, enumeró la actriz mexicana en su agradecimiento. “Penélope es un pilar de mi vida desde hace 300 años”, bromeó. “Juntas hemos sido actrices, esposas y madres”. El martes en Madrid, las dos estrellas escribieron un nuevo capítulo de su historia.