Falta fútbol y falta carácter
El desplome de Leganés obliga al Barça a una reacción inmediata tras haber perdido la solidez defensiva
El Barça de Ernesto Valverde que levantó el doblete la pasada temporada no fue especialmente vistoso durante la mayor parte del tiempo. Tampoco destacó por su fuerza mental, en lo que respecta a la competición europea. Pero hasta que no tuvo los objetivos domésticos en su zurrón siempre mantuvo una línea de fiabilidad, que iba de la mano de un sistema 4-4-2. La táctica fue calificada de conservadora por buena parte de la crítica pero nadie puede negar que dio sus dividendos. Ahora, en este inicio de temporada, el equipo blaugrana mantiene un tono irregular en cuanto a juego, a ratos bueno en el Camp Nou pero muy opaco a domicilio, sufre cortocircuitos mentales, como se vio en Leganés o en algunos inicios de partido y ha perdido su solidez, la que había sido su principal seña de identidad.
Ha encajado en la Liga 7 goles en 6 jornadas, tantos como en los primeros 18 partidos del campeonato
ENTRE BAMBALINAS
En el seno de la junta sentó fatal el partido de Butarque y consideran que no hay ninguna justificación
la campaña anterior. Y eso, contando con que Ter Stegen fue un titán en Anoeta, cuando salvó varias ocasiones clarísimas de la Real Sociedad. El Barça transmite sin balón una imagen muy vulnerable y todos los equipos le han hecho ocasiones. El Girona, el Huesca y el Leganés le han perforado dos veces y, con todos los respetos, no se trataría de conjuntos equiparables al Brasil de 1970. La línea de presión deja mucho que desear, el centro del campo no lo resiste todo y la defensa navega, con un Piqué que sale en la fotografía de los tantos del rival en los últimos partidos y un Umtiti lento, inseguro y con una actitud un punto altiva incluso hacia sus propios compañeros.
Coutinho es de los mejores en ataque pero tácticamente le cuesta interpretar la posición de interior, Dembélé es un verso libre, Messi se agiganta en el Camp Nou pero todavía no ha marcado fuera de casa y Suárez solo no puede presionar la salida del contrario. El dúo Busquets-Rakitic se ve desbordado cuando el contrincante decide atacar al Barcelona.
La derrota en Leganés, como no podía ser de otra manera, sentó fatal en el seno de la junta directiva. Ni siquiera el revés sufrido por el Madrid alivió el enfado de Bartomeu y compañía, que entienden que no hay ninguna excusa ni nada que pueda explicar el desastre de Butarque. En este sentido esperan una reacción inmediata mañana en el Camp Nou ante el Athletic para apagar cualquier incendio y para recuperar una línea de sensatez y de serenidad. Valverde llegó a calificar de “accidente” el minuto en el que el Barça pasó de ganar a perder en Leganés, pero en la junta no ponen paños calientes. Aunque ayer por la tarde, el portavoz del club, Josep Vives, afirmara que hay que estar al lado del equipo, ayudarle a levantarse y diera valor a los títulos de Liga de las últimas temporadas. Además, Vives dijo que el club está encantado con el entrenador.
Una de las opciones que tiene Valverde para recuperar el equilibrio es eliminar a un delantero (Dembélé) y poblar el centro del campo. El trío Busquets-RakiticCoutinho se podría ver acompañados de un cuarto hombre. Arturo Vidal y Arthur estarían en la pole para incorporarse a la causa, pues hasta ahora sólo han sido titulares en una ocasión.
Y es que la aportación de los fichajes está siendo testimonial. Le iría bien al Barça que los refuerzos añadieran frescura, rebeldía y carácter al grupo, aunque en el diseño de la plantilla ya había, de base, dos déficits. No hay un sustituto de garantías para Jordi Alba, sobre todo si no te crees al canterano Miranda, que es verdad que es muy joven (18 años), y Luis Suárez tampoco ha de competir mucho para tener su plaza asegurada partido tras partido.
Los minutos de Munir en Leganés fueron anodinos pero la responsabilidad principal es del entrenador y de los pesos pesados. Eso lo tiene claro todo el mundo.