El nuevo acuerdo con el FMI calma a la bolsa pero el dólar sigue subiendo
Macri se asegura que Argentina no caerá en quiebra antes de acabar su mandato
La lógica económica no siempre funciona en Argentina. Tras el anuncio, a última hora del miércoles, del nuevo acuerdo entre el FMI y el gobierno de Mauricio Macri, los mercados reaccionaron ayer positivamente excepto en el indicador que más pánico genera: el dólar subió y superó la barrera psicológica de los 40 pesos. La bolsa y los bonos aumentaron y la prima de riesgo cayó, pero la desconfianza persiste.
El país se ha vuelto a entregar al FMI, lo que en la historia siempre acabó mal. A cambio, ante el reto de la reelección, Macri recibe un espaldarazo que le asegura no caer en suspensión de pagos antes de finalizar su mandato en diciembre del 2019. Sin embargo, la restrictiva política monetaria impuesta podría profundizar la actual recesión desencadenando malestar social e inestabilidad política de final incierto.
Tres meses después de que Argentina recibiera el mayor rescate de la historia del FMI, con un préstamo stand-by a tres años de 50.000 millones de dólares, el acuerdo se demostró insuficiente y fue renegociado. Ahora será de 57.100 millones (48.637 millones de euros). El incremento no es tan significativo como la disponibilidad, pues el crédito de junio dosificaba las transferencias hasta el 2021 y, en cambio, Macri dispondrá ahora de 35.000 millones de dólares hasta el año que viene, garantizando el pago de la deuda externa y evitando la quiebra. A cambio, se establece la meta de equilibrio fiscal para el 2019. Otros 15.000 millones ya fueron entregados por el FMI, así que para el próximo mandato presidencial sólo restarían los 7.100 millones extras.
Sin embargo, la clave del nuevo acuerdo está en el giro en la política monetaria y cambiaria del Banco Central. Los 15.000 millones de dólares ya desembolsados no sirvieron de nada, ya que se esfumaron 14.000 millones de reservas para contener las corridas cambiarias y la devaluación sin éxito del peso. Por eso ahora el FMI ha impuesto un tipo de cambio libre –en una franja de entre 34 y 44 pesos, con el 3% de ajuste mensual–, aunque se permitirá que el Central venda hasta 150 millones de dólares diarios si el peso supera la banda alta.
La fluctuación libre del dólar, unida a la no emisión de pesos hasta junio del 2019 representará que si la inflación –del 34% y pronosticada al 42% a fin de año– no baja en los próximos meses, cosa improbable, con menos dinero en circulación la tasa de interés aumentará profundizándose la recesión. El duro ajuste terminaría frenando la inflación, pero a un costo social altísimo.
En una escena inédita, la directora del FMI, Christine Lagarde anunció el nuevo acuerdo en el consulado argentino en Washington, al lado del ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne. Lagarde adelantó la medida del tipo de cambio flexible que poco después detallaría el nuevo presidente del Central, Guido Sandleris, hasta entonces secretario de Política Económica y responsable de la renegociación del préstamo. Sandleris sustituyó el martes a Luis Caputo, que dimitió por sorpresa al negarse a aceptar la fluctuación libre del dólar.
La economía argentina queda en manos del FMI y será gestionada por dos economistas sin prestigio, después de que Macri confiara sin éxito en figuras que no dieron resultado. Dujovne era comentarista económico en televisión hasta que fue designado ministro el año pasado. Sandleris, con un brillante currículum académico, buscaba trabajo hace apenas un año, hasta que se incorporó, primero como asesor, al equipo de Dujovne.
Con alta inflación, sin emitir pesos y con tasas al alza, el Central se ata al FMI y la recesión podría profundizarse