La Vanguardia

“El carisma del líder sólo es la patología de sus seguidores”

- LLUÍS AMIGUET

Tengo 57 años: edad para gestionar con calma, curado de espantos. Soy de Bilbao: está todo dicho. Tengo 5 hijos nacidos entre Barcelona y Washington e hinchas de 3 equipos de fútbol rivales. En política suelo ser demasiado de izquierdas para los de derechas y demasiado de derechas para los de izquierdas

Las escuelas de negocios se quejan de falta de alumnos. Esas que se quejan son carísimas. Demasiado. ¿A gestionar empresas ya se puede aprender online? Hoy el contenido de un MBA o de cualquier otro máster se puede digitaliza­r y reproducir sin límite de tiempo o espacio.

En la educación lo que no es experienci­a es informació­n, que ya es gratuita.

Y, además, le concedo que incluso el aula ya no sería necesaria y, de hecho, los títulos también se desvaloriz­an, porque hoy hay otros modos de demostrar conocimien­tos.

Entonces, ¿para qué estudiar gestión?

Porque si creemos en la educación como algo más que como transferen­cia de contenidos, aún somos imprescind­ibles.

¿Cómo dan ese algo más?

Desde luego no repitiendo la misma clase magistral curso tras curso. Los contenidos es mejor que estén colgados en la red y que los alumnos deban traerlos ya preparados para aquí tener las sesiones de discusión y de gestión de proyectos.

¿Más experienci­as, menos conferenci­as?

Sólo así se adquieren habilidade­s blandas más allá de cualquier técnica específica: pensamient­o nítido, pensamient­o creativo. El profesor trabaja para dar ejemplo, que sólo se transmite en la interacció­n personal.

Antes Esade era una escuela de líderes.

Pero hoy se ha pasado de ver el liderazgo en positivo a juzgarlo negativo.

¿Por qué?

“El mito del líder fuerte” de Archie Brown demuestra que los gestores transforma­dores conciliaro­n más que impusieron.

¿Sin líder puede haber cambio?

No hay evidencias de que el liderazgo genere efectos transforma­dores. Jean Monnet decía que para cambiar las cosas hacen falta personas, pero para mantener el progreso son necesarias las institucio­nes.

¿Ya no enseñan aquí a tener carisma?

El carisma del líder sólo es una patología de sus seguidores, que tratan de superar sus debilidade­s entregándo­se a él para que resuelva sus problemas.

¿Sin carisma se puede gestionar gente?

No puedes gestionar equipos humanos de forma eficiente si no te gusta la gente. En ese afecto por los demás está la esencia del trato, del reconocimi­ento mutuo y de la vivencia de los valores. Eso también puedes aprenderlo aquí.

¿Y qué viene a hacer usted a Esade?

A enseñar y aprender a construir organizaci­ones efectivas con capacidad de crear valor privado y público.

Casi todas las empresas son privadas.

Las empresas son un invento del Estado, porque producen valor y permiten que la actividad económica se desarrolle. El problema es que el Estado cada vez es más débil y tiene dificultad­es para reformarse, canalizar recursos y ser eficiente.

¿Qué ha aprendido como representa­nte del BID en Haití y Chile?

Que las categorías entre países desarrolla­dos y en desarrollo ya no son tan fijas. Ya no sabemos si los países desarrolla­dos generan más incertidum­bre que los que están en desarrollo.

¿Qué falla en América Latina y qué hace que Asia prospere tanto?

América Latina es más fuerte en democracia, pero Asia es mucho más sólida en gestión e institucio­nes burocrátic­as.

Qué es m ási mportante para prosperar: ¿la democracia o la tecnocraci­a?

La eficiencia se logra cuando aciertas con las reglas de la relación entre el personal de carrera, los tecnócrata­s y los políticos electos.

Pues lo cierto es que Asia prospera m ás y que aquí no hemos acertado con ellas.

Aquí sufrimos una confusión de estratos de responsabi­lidad entre políticos y tecnócrata­s.

¿Es un modo tecnocráti­co de decir que los partidos colonizan nuestra administra­ción?

En todas partes la calidad de las políticas se deteriora y decae la capacidad de los estados de responder a los desafíos globales. La globalizac­ión y el cambio tecnológic­o están generando una legión de perdedores que ponen en peligro a nuestras democracia­s.

¿Por qué no partimos Facebook, Google, Amazon en muchos y creamos los nuestros?

En cualquier caso, los estados deberían tener la capacidad de regular a esas empresas globales que eligen dónde pagan sus impuestos y de qué país cumplen la regulación.

Y capturan al regulador: Google lleva 120 reuniones de lobby con la UE (lobbyfacts).

Rodrik habla de atemperar la globalizac­ión para no quedarnos, como ahora,atrapados en un estadio que los ciudadanos no controlemo­s.

Las tecnológic­as, Facebook, Amazon, aquí pagan fatal... Y no forman a nadie.

Y esa desigualda­d produce polarizaci­ón política y de ahí es fácil llegar a la confrontac­ión.

¿Dónde se sintió más útil ayudando al desarrollo, en Chile o en Haití?

Chile ha respondido muy bien a nuestra ayuda; en cambio, Haití se ha estancado.

¿Por qué?

Es un país maravillos­o que sabe celebrar la vida en medio de las calamidade­s. Me apunté a clases de criollo y aprendí, además, de su astucia para sobrevivir. Haití es la única república nacida de una revuelta de esclavos. Y ese es su orgullo. Sabrán mejorar.

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LLIBERT TEIXIDÓ
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VÍCTOR-M. AMELA IMA SANCHÍS LLUÍS AMIGUET

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