El TS no investiga a Casado pese a ver “trato de favor”
El tribunal concluye que el líder del PP no prevaricó en el máster de la URJC El líder popular se siente reafirmado pese al reproche de los jueces
El Tribunal Supremo (TS) acordó ayer el archivo de las investigaciones sobre el máster obtenido por el líder del PP, Pablo Casado, pero introdujo un matiz nuevo. Su conclusión fue que no existen indicios consistentes de que cometiera un delito de prevaricación, pero apreció indicios de que recibió un “trato de favor” en la Universidad Rey Juan Carlos (URJC), la que contaba con el célebre y ya cerrado Instituto de Derecho Público que daba títulos con extrema facilidad.
La resolución del Supremo, en suma, es muy coincidente con la tesis que mantuvo la Fiscalía. Pero mientras el texto final de los fiscales optó por cierta asepsia, sin formular consideraciones sobre las vías de obtención de los masters en el citado centro universitario, la Sala de Admisiones del Supremo no ha querido pasar de puntillas sobre esta cuestión. De ahí que ponga de manifiesto la posible existencia de un trato especial hacia Casado.
Se nota con la lectura del auto que el Supremo ha medido muy bien sus palabras. El texto afirma que de las diligencias practicadas “resultan indicios de que se ha dispensado un trato de favor al aforado, y que ello pudiera merecer otro tipo de consideraciones ajenas al derecho penal”. Nótese que el tribunal no formula, por tanto, reproches de tipo penal, pero no ha querido dejar de mencionar que pudiera merecerlos de otra clase.
Son curiosas estas apreciaciones porque ciertamente en la Fiscalía General del Estado se debatió con cierta intensidad si era conveniente formular un planteamiento similar al del Supremo. Se puso incluso sobre la mesa la posibilidad de no archivar de entrada el asunto y nombrar un instructor, para que citase a Casado en condición de investigado y le interrogara, como ha hecho la juez que inició el caso, Carmen Rodríguez-Medel, con otras tres estudiantes del curso que siguió el líder del PP y que también se beneficiaron de convalidaciones y tampoco fueron a clase. Al final, sin embargo, prosperó la idea de negar la existencia del delito de prevaricación, por falta de indicios, y evitar cualquier tipo de añadidos o derivaciones.
Por lo demás, la resolución del Supremo –de la que ha sido ponente el magistrado Miguel Colmenero– plantea la tesis de que no hay datos ciertos contra Casado porque no consta que se concertara con los responsables del citado máster para lograr los beneficios que obtuvo. Es decir, si alguien prevaricó, fue quien se los concedió, pero no él, que se limitó a matricularse y convalidar materias, sin acudir a clase y recibiendo luego el título como experto en derecho autonómico.
“De la exposición razonada (remitida
Los jueces coinciden en lo esencial con la Fiscalía, pero añaden un cierto reproche ético sobre el caso
por la juez Rodríguez Medel al Supremo) no resultan –argumenta el auto– indicios consistentes de que existiera un acuerdo previo o simultáneo del aforado con los responsables del máster para que tal trato le fuera dispensado, ni tampoco que el aforado haya realizado algún acto de aportación relevante al mismo que pueda valorarse como cooperación necesaria, u otra participación de menor intensidad, a un presunto delito de prevaricación, por lo que no se justifica la apertura de una causa penal”.
Dicho de otro modo, Pablo Casado se puso bajo las nubes y llovió, y luego se benefició de cuanto germinó gracias al agua caída, pero no consta que se pusiera de acuerdo con meteorólogo alguno para producir el fenómeno. La prevaricación es lo que tiene, que la comete quien toma la decisión irregular. Pero la responsabilidad sólo alcanza al beneficiado si previamente ha intervenido en términos de cooperador necesario para conseguir el beneficio logrado. Hasta ahí el reproche penal. El reproche ético al que alude el Supremo funciona, en cambio, con otro listón. Todo el episodio refleja, una vez más, que la figura del aforamiento tiene sus ventajas –para el aforado, desde luego– y no existe porque sí.