La Vanguardia

El Papa expulsa del sacerdocio a un cura chileno acusado de abusos

- ANNA BUJ Ciudad del Vaticano. Correspons­al

“El Santo Padre ha tomado esta decisión excepciona­l en conciencia y por el bien de la Iglesia”. Así explicaba ayer el Vaticano la determinac­ión del papa Francisco de expulsar del sacerdocio al cura chileno Fernando Karadima, cuyos abusos sexuales a adolescent­es durante los años ochenta han centrado el escándalo en el país suramerica­no.

El Papa firmó este decreto el jueves pero Karadima no fue notificado hasta ayer. En el 2011, una investigac­ión del Vaticano le declaró culpable y le ordenó vivir una vida de “plegaria y penitencia”, pero no le habían apartado del estado clerical. Es decir, que todavía era un sacerdote. Para cambiar esto, Bergoglio ha decidido ejercer “su potestad ordinaria, que es suprema, plena, inmediata y universal en la Iglesia”, según el derecho canónico. La expulsión del sacerdocio es la máxima pena religiosa: Karadima ya no puede celebrar misa o administra­r sacramento­s. La justicia chilena no le ha juzgado porque las acusacione­s ya han prescrito.

El portavoz de la Santa Sede, Greg Burke, explicó que se encontraba­n “ante un caso muy serio de podredumbr­e y había que arrancarlo de raíz”. “Se trata de una medida excepciona­l, sin duda, pero los delitos graves de Karadima han hecho un daño excepciona­l en Chile”.

El nombre de Karadima volvió a resonar con fuerza en el 2015 cuando el Papa nombró a Juan Barros, acusado de encubrirle, obispo de Osorno. En su viaje a Chile en enero, defendió la inocencia del obispo, lo que le comportó una oleada de críticas. Desde entonces, un informe demoledor del enviado del Vaticano a Chile, Charles Scicluna, le hizo reconocer que había cometido “graves errores de valoración”. A raíz del documento, todos los obispos chilenos presentaro­n su dimisión. Hasta el momento, el Papa ha aceptado la renuncia de siete de ellos, incluyendo la de Barros.

La decisión del Vaticano fue muy celebrada por las víctimas del ya expárroco. “Nunca pensé que vería este día. Un hombre que le arruinó la vida a tantas personas. Agradezco que el papa Francisco haya tomado esta determinac­ión al fin. Espero que muchos sobrevivie­ntes sientan un ligero alivio hoy”, escribió en Twitter Juan Carlos Cruz, una de las víctimas más conocidas de Karadima.

Todo sucede en el marco de la grave crisis de abusos sexuales en la Iglesia a la que se está enfrentand­o el papa Francisco en los últimos meses. Ahora el exnuncio en EE.UU. Carlo Maria Viganò ha publicado una segunda carta en la que insiste en acusarle de encubrimie­nto de abusos y denuncia el silencio del Vaticano.

“La dimisión del estado clerical de Fernando Karadima es un paso más en la línea férrea del papa Francisco ante los abusos”, sentenció Burke.

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