Italia juega con fuego
ITALIA juega con fuego. El desafío que la coalición populista en el poder ha hecho a la Comisión Europea al anunciar un déficit público mayor del recomendable en los presupuestos del Estado para los próximos tres años puede salirle muy caro. De entrada ello le ha provocado ya graves tensiones con Bruselas y ha generado turbulencias en los mercados financieros, con una fuerte caída de la bolsa de Milán, del orden del 4%, y un disparo de la prima de riesgo de su deuda pública, que supera ya los 267 puntos básicos. El resto de bolsas europeas y la cotización del euro han acusado, como no podía ser de otra manera, el impacto de este nuevo frente de inestabilidad política y financiera.
Con un crecimiento económico muy débil y un endeudamiento público que supera el 130% del producto interior bruto (PIB), el mayor después del griego, Italia, que es la tercera economía del euro, detrás de Alemania y Francia, es también el país que más preocupa en Bruselas.
El antisistema Movimiento Cinco Estrellas y la Liga, de extrema derecha, han impuesto su criterio para que el déficit público se incremente hasta el 2,4% del PIB los próximos tres años frente al 1,6% que proponía el ministro de Finanzas para evitar tensiones, una cifra que a pesar de todo es superior a la del 0,8% que estaba inicialmente prevista. Con el citado incremento del endeudamiento se pretenden financiar las promesas que ambas formaciones populistas hicieron para garantizar una renta mínima de 780 euros a los ciudadanos más pobres, un sistema de pensiones más generoso y la rebaja de impuestos a los autónomos.
El primer ministro italiano, Giuseppe Conte, y los dos viceprimeros ministros, Luigi Di Maio, líder del Movimiento Cinco Estrellas, y Mateo Salvini, de la Liga, intentan convencer a la Comisión Europea de que con su política de expansión del déficit publico lograrán que descienda el endeudamiento con respecto al PIB. Ello es así porque confían en que se producirá un mayor crecimiento económico por el mayor consumo de los ciudadanos y el aumento de las inversiones públicas. Sin embargo no está nada claro que esto vaya a ser así.
De momento la desconfianza que ha generado el Gobierno italiano, y que se refleja en la subida de la prima de riesgo, ha encarecido la financiación de la deuda pública del país. Los mercados exigen ya un 3,15% de tipo de interés por ella, frente al 0% del tipo oficial que fija BCE. Ello reduce los márgenes de maniobra de gasto del propio gobierno, ya que la carga financiera que soportan los presupuestos es muy alta. Como ha declarado el comisario europeo de Asuntos Económicos, la deuda pública italiana ha alcanzado ya un nivel explosivo y podría provocar efectos dramáticos si la coyuntura económica cambiase de signo.