Bonaventura Clotet apadrina un vino para ayudar en la lucha contra el sida
El doctor Bonaventura Clotet, que volverá a ser abuelo por partida doble, presenta un vino solidario
El doctor Bonaventura Clotet Sala (Barcelona, 1953), una de las principales autoridades mundiales en la investigación y la lucha contra el sida, acaba de presentar un vino blanco del Penedès solidario de Ametller Origen, el SiVida, cuyo importe íntegro contribuirá a la asistencia, la divulgación y la investigación en el campo del VIH a través de la fundación Lucha Contra el Sida. El doctor, que es cofrade de honor del cava, confiesa su predilección por este vino espumoso. Incluso llegó a mojar con cava el chupete de su hija Aina, actriz, cuando era bebé. Dice que “eso sólo lo hacía cuando lloraba mucho, lo cual casi no ocurría nunca”. Añade que “quizás una vez, de manera anecdótica, sí lo hicimos pero los hijos te suelen recordar los errores que cometes aunque sólo haya sido una vez. En una ocasión su madre y yo, pensando cada uno de nosotros que la recogía el otro ya que íbamos con dos coches, nos la dejamos en el club de tenis, y nos lo ha recordado do toda la vida”. Ya es abuelo de Juna, una niña de dos años y medio hija de Aina y del también actor Marcel Borràs. Para febrero tanto Aina como su hermano Marc, también actor –con su pareja Natalia Sánchez– esperan más descendencia. Aina tendrá la parejita y Marc, una niña. Bonaventura dice que está “encantado” con eso de ser abuelo. Confiesa que “no hay cosa mejor que poder pasear de la mano de tu nieta de dos años y medio y ver cómo empieza a plantearse qué somos y dónde vamos”. Afirma que Juna “es una crack” y que “paseando por la montaña ya me pregunta por la sangre, los huesos, el corazón, los músculos, la cabeza...”.
Bonaventura, que dice que es un corredor de fondo, ha cambiadice el tenis por la práctica regular del running. Acostumbra a correr entre 7 y 12 kilómetros diarios, en Vallvidrera. Cree en la bondad de hacer ejercicio cada día en un entorno y un ambiente relajante, “y no en medio de la ciudad y la contaminación”. Es un convencido seguidor de la técnica japonesa del shinrin-yoku que, literalmente, quiere decir absorber la atmósfera del bosque. Además, muchos días sólo come una vez.
Ante la fama de sus hijos actores que “lo que me importa es que sean felices haciendo el trabajo que les gusta”. Añade que “los dos tienen carrera universitaria y habrían podido tener una vida laboral más cómoda en vez de dedicarse a una profesión inestable, con muchas vicisitudes y subjetividades y donde todavía impera un machismo importante. No lo tienen fácil, pero es lo que les gusta”.
Afirma que las administraciones tendrían que poner más dinero para la investigación médica pero es consciente que “la Generalitat recibe pocos recursos del Estado, y el Estado tendría que poner como mínimo 20 veces más”. Dice que hay que contar con la filantropía. Es de los que opina que “la gente que tiene dinero tiene la obligación moral de devolver a la sociedad parte de lo que le ha dado. Se tendría que explicar en las escuelas. Invertir en investigación ayuda a crear empresas, puestos de trabajo, patentes y, a medio plazo, ayuda a los países a salir de la crisis”. Manifiesta que ya están cerca de una solución catalana contra la enfermedad, que ahora está en fase de ensayo.
Para febrero, su hija Aina, que ya es madre de Juna, tendrá la parejita; y su hijo Marc, una niña