Lennie: “Con ‘Petra’ he aprendido cómo el trabajo incómodo saca lo mejor de ti”
La actriz presenta en San Sebastián la tragedia de Rosales que triunfó en Cannes
Bárbara Lennie es una de las grandes intérpretes del momento. Días después de haber participado en la presentación de El Reino, de Rodrigo Sorogoyen, la artista madrileña volvió ayer al Festival de San Sebastián para participar en el lanzamiento de Petra, la tragedia del barcelonés Jaime Rosales que triunfó en el último festival de Cannes. El papel de Petra le ha resultado a la actriz “muy difícil e incómodo”, tanto por la omnipresencia del personaje en el filme como por tener que someterse al peculiar método de Rosales, que según ella rueda secuencia por secuencia de manera casi aislada y sin entrar en debates con los actores. Ahora bien: “En la incomodidad también se encuentran cosas muy interesantes. Porque te obliga a recurrir a unas herramientas que en la comodidad no aparecen y que ni sabías que tenías”, explica a La Vanguardia.
Con ese método que a Lennie le resultó nuevo y algo intrigante –aunque de hecho no sea exclusivo del realizador catalán–, Rosales iba rodando Petra sin comentar sus intenciones a los intérpretes; sin mostrarles sus resultados parciales, y sin hablar con ellos sobre los móviles, la personalidad o los antecedentes de sus personajes. “Jaime no trabaja con personajes sino con circunstancias. Él te sitúa a ti en ellas, como actriz y como persona, y desde ahí tú tienes que hacer tu papel”, señala. Fue “muy difícil”, insiste. Pero ¿mereció la pena? “Bueno –responde–, ésa era mi pregunta. Cuando acabamos el rodaje no tenía mucha idea de qué habíamos hecho. No vi ni un solo fotograma antes de visionar la película entera. Me preguntaba cómo habría funcionado todo aquello. Y finalmente sí, desde luego que me ha valido la pena. Tengo que reconocer que estoy muy contenta con lo que hemos hecho pese a lo complicado que fue. Pero es que eso te pone precisamente en un lugar nuevo. Ya digo que en la incomodidad también se encuentran cosas positivas”.
Lennie confiesa su fatiga después de cuatro años excelentes para su carrera en el cine pero al parecer agotadores para ella. “Me he quedado un poco vacía y saturada. Me he cansado y me he vaciado”, afirma. Desde que en 2014 protagonizó Magical Girl, de Carlos Vermut, no ha parado. Y sobre todo después de Oro (Díaz Llanes), Una especie de familia (Lerman), La enfermedad del domingo (Salazar) y Todos lo saben (Farhadi), largometrajes “muy exigentes y con rodajes cañeros”, llegó un momento en que “no sabía ya ni lo que estaba haciendo y hasta qué punto lo disfrutaba”. Así que hace unos meses decidió concederse un año de parada. “Y ya el que viene iré viendo”, precisa. De momento, y pese a que no ha dejado de recibir ofertas, no tiene ningún plan cerrado salvo el de seguir descansando al menos hasta diciembre.
Lennie coincide con su colega Juliette Binoche en que, como la francesa dijo hace unos días en conversación con éste y otros diarios, cada elección de un papel es un acto político. “Sí –confirma la española– : elegir qué ficciones haces, cómo las cuentas y desde dónde, todo eso tiene mucho de posición política”, señala. Sin embargo, lo importante
“Tantas películas exigentes en tan poco tiempo saturan; me he cansado y vaciado”, dice la actriz madrileña
para ella “no son los temas sino la mirada desde la cual los abordas”.
Sobre la situación política en España y en el mundo, considera que “estamos en un momento muy loco, con un cambio de valores y de tendencias que me resulta preocupante”. Y hay que hacer un esfuerzo “para no dejarse llevar por un pesimismo atómico ante el mundo tan complicado que tenemos”.
Lennie es de las que piensan que la movilización de las mujeres en el cine y otros ámbitos para defender sus derechos y evitar abusos “ya se nota en un cambio real en el trato”. Es ante todo una mejora en formas y símbolos, pero tiene relevancia en la medida en que “al final los símbolos generan realidades”.