Savall y Ordine en el invernadero
Acto inédito en el Palau de la Música Catalana. Fue el jueves, con el inicio del ciclo El invernadero que impulsa el director artístico del Palau, Víctor Garcia de Gomar, junto con Darío Fernández, con ánimo de vestir de actos paralelos la programación musical de la sala.
Con un notable éxito de público (los pisos de arriba cerrados al público), se disfrutó de una única conferencia-concierto protagonizada por dos sabios de la música y la palabra: el maestro Jordi Savall y el escritor y filósofo italiano Nuccio Ordine, que proponían sucesivas secuencias de textos, reflexión y música.
Aun sin introducción previa y con una traducción simultánea del empático y estimulante discurso de Ordine en italiano al catalán a través de auriculares, el público recibió un baño de ideas y reflexiones sobre el humanismo, la necesidad de ser crítico, de cultivar el pensamiento libre y de recuperar el diálogo entre los seres humanos. Todo ello fue defendido con vehemencia por el escritor italiano, especialista en el Renacimiento y en la figura de Giordano Bruno. Ordine seleccionó varios textos –que recitó en castellano–, desde Séneca, Boccaccio y su Decamerón, pasando por John Donne y sus Meditaciones para acabar con el siempre conmovedor El Principito de Saint-Exupéry...
Textos que abundan en la idea de que los amigos, el conocimiento o la verdad no se pueden comprar. O de que el ser humano vale por sí mismo, y cuando otro ser humano muere, un poco de nosotros mismos muere. O también: a un ser humano no se le puede matar por sus ideas, porque lo que se mata es al ser humano... Lo que encontraría su parangón en el encarcelamiento de las personas por sus ideas..
Con su voz enfática y articulada, Ordine dejó caer textos que ya recoge en sus Clásicos para la vida y La utilidad de lo inútil (Acantilado/Quaderns Crema en catalán). Mientras, Savall intercalaba entre las reflexiones del filósofo músicas extraídas de sus trabajos discográficos, como
Oriente-Occidente o su icónico
Les voix humaines. Músico comprometido, Savall quiso acabar la velada con un llamamiento contra la injusticia del encarcelamiento de los activistas y políticos catalanes interpretando un catártico El cant dels ocells.
“¿Y si no fuera suficiente programando conciertos?”, es la pregunta de la que surge El invernadero. La respuesta sería seguramente uno no rotundo. De la experiencia vivida se salió con un mensaje de amor profundo por el arte y su capacidad de unir y salvar el género humano.