“Mi hija transexual me ha dado una lección de madurez”
Nacho Vidal (Barcelona, 1973) se describe a sí mismo como un buscavidas. Se hizo famoso como actor porno y no duda en confesar que se ha ganado muy bien la vida con ello. Luego ha sido productor de películas para adultos, pero la llegada de internet hizo pinchar esta industria, a la que aún se dedica. Ahora amplía su negociado al mundo de la juguetería erótica. Y ya ha aprendido a no decir de este agua no beberé. Dijo que no iría a ningún reality y acabó finalista en
Supervivientes 2015. Sólo cree en el presente. Y su presente es su hija Violeta, de 11 años, que nació siendo Nacho. La historia de la niña ha inspirado un libro, Mi nombre es Violeta, editado por Crossbooks (Planeta), que cuenta la vida de una adolescente transexual que se enamora de un chico.
¿Cómo está Violeta?
Está en la escuela. Cursa sexto de primaria. Ahora empezará a hacer waterpolo. Se le va a poner una espalda... Para mí es muy importante que haga deporte. Está creciendo mucho, está muy alta. Come como una lima. Tiene 11 años y ya tiene un 42 de pie.
¿Cómo surge la idea de hacer este libro?
Sale de la editorial Planeta, interesándose por el caso de Violeta. Entonces nos dimos cuenta de la carencia que hay en este país en cuanto a información sobre los transexuales.
¿A ella qué le pareció?
Ella está encantada. Ella quiere hablar del tema, ser abanderada de la transexualidad, que salga su nombre, quiere ir a todos sitios conmigo. Lo ha normalizado todo. Antes se tapaba los genitales o no podía hacer pipi en un árbol; ahora ya no. Enseña sus genitales y sigue siendo una niña. Ella ve que se habla del tema, a nivel médico y social, y con eso ya estamos consiguiendo mucho. Ella se siente cómoda.
¿Ya ha conseguido el cambio de nombre?
Sí, la semana pasada ya nos dieron los papeles. El libro de familia conforme ella ya nació siendo una niña. Fue costoso porque la primera fiscal no dejó seguir el proceso, pero finalmente ya lo hemos conseguido.
Un logro.
Para mí y su madre, que estamos separados, fue un momento muy alegre. Y cuando se lo comunicamos a ella esperábamos que su reacción fuera de euforia, pero no fue así. Ella dijo: “Está bien, eso es lo correcto. Han hecho su trabajo”. Es una bofetada de madurez. Estar con ella es aprender lecciones cada día.
¿Cómo es ese momento en el que se da cuenta de que su hijo es su hija?
Ella con 3 o 4 años nos dijo que por qué le llamábamos Nacho si ella era una niña. Siempre se ha comportado como una niña, ha jugado con cosas de niña... No le hicimos mucho caso. A los 6 años estaba viendo un documental con su madre, por aquel entonces ya estábamos separados, y me llamó para decirme que la niña tenía algo que contarme. “Papá, soy una niña y no me voy a vestir más de niño”. Yo le contesté: “Vale, muy bien, pues mañana vamos a la tienda a comprarte ropa de niña”. Ni se me ocurrió cuestionarla. Fuimos a hablar con la escuela. Allí nos dijeron que ellos ya lo sabían, pero nos pidieron que esperáramos al curso siguiente para empezar como niña. Al día siguiente ya no quiso ir vestida de niño. Fue al cole con un vestido y algunos se rieron de ella. La profe los puso a todos de pie y les explicó que cada uno decide cómo se viste y que se tenía que respetar. No ha tenido más problemas.
¿Cómo le cambió la vida la paternidad?
Yo siempre he dicho que yo no he venido a este mundo para ser padre, pero me ha tocado. Yo viajo mucho, soy un culo inquieto. No estoy más de dos meses en un sitio. Desde que soy padre ya no viajo tanto y cuando viajo siempre los echo de menos y no acabo de disfrutar.
Violeta está demostrando tener las cosas claras. ¿Qué está aprendiendo de ella?
Yo le pregunto a la gente si se imaginan cómo reaccionarían si les pasara lo mismo. Ellos dicen: no, a mí no me puede pasar. Aquí está el miedo. Hay personas que temen que si esto se normaliza a ellos les puede pasar. Mira el padre de las Kardashian, que a los 60 años ha decidido que es una mujer, ha aguantado muchos años en silencio. No lo hacen antes por la sociedad, la familia... Es maravilloso que la sociedad acepte lo que antes no se aceptaba. Yo comparo este momento con la transición de la homosexualidad: antes estaban escondidos, ahora ya no, están en todos sitios, como algo normal. Con los transexuales también pasará. Estamos preparando la sociedad para ello. Dentro de 10 años veremos a los transexuales como personas normales. Habremos educado a los niños que ahora tienen 10 años en el respeto y en la empatía.
¿Se va a cambiar de sexo?
Ella antes se tapaba los genitales, ahora ya no. Ahora dice que no se quiere cortar nada, pero tiene 11 años. Ella verá cómo cambia su vida...Tenemos que intentar no dramatizar las cosas. Yo le digo que lo mejor de esto es que la persona que tenga que estar con ella lo estará de verdad, no por lo que tenga entre las piernas. Te enamoras de un ser, no de un sexo.
¿Cómo educa a sus hijos?
Llevarte bien con tu ex es la clave para que los hijos no sufran. Su vida es suya. Yo los voy a acompañar, pero nunca les voy a obligar a nada. Que hagan lo que les hace felices. Los estudios para mí no son importantes. Yo los dejé a los 14 años y me ha ido bien. Hablo seis idiomas y he montado mis negocios.
Tiene una hija, Violeta, de 11 años, que nació siendo un niño; ahora esta historia ha inspirado una novela sobre la transexualidad