Un año del 1-O
Hoy hace un año justo desde que un policía nacional me golpeó en la carga realizada en la plaza Imperial Tarraco de Tarragona por defender mi derecho a votar nulo. Tengo que agradecerle que me pegara con corrección (sin duda, era todo un profesional del sector) cumpliendo el protocolo establecido, en ambas piernas, sin que me quedara como secuela más que una leve cojera durante unos días.
Vaya por delante, si todavía queda alguien que no lo haya entendido, que no soy independentista ni nacionalista de ningún bando ni nada. Aquel día tan sólo quería expresar mi indiferencia y mi asqueo ante la lamentable clase política que nos gobierna.
Hace un año de esos sucesos y, desde la perspectiva que me da el tiempo transcurrido, puedo asegurar que hoy volvería a hacer lo que hice. Por la poca dignidad que me queda, porque es mi derecho y porque me pasa por los kiwis, que para eso vivo en un país libre, ¿o no?
Aunque quizás, eso sí, a mi pesar, hayan conseguido decantar la balanza hacia un lado y mi voto ya no volvería a ser nulo. Puestos a elegir, prefiero que unos me sigan robando y me traten de imbécil a que otros envíen a sus lacayos para pegarme y usen su poder para enchironarme impunemente, quizás sólo por escribir esta carta. CÉSAR CALVO GIMÉNEZ Tarragona