‘Pactriotas’
Hace un par de semanas, en la sesión que, auspiciada por el Club de Roma y que tuvo lugar en el Palau Macaya, protagonizó Santi Vila, este volvió a invocar el patriotismo constitucional. No era la primera vez que se lo escuchaba y no ha sido el único en los últimos tiempos. Hasta Albert Rivera ha usado la expresión alguna vez. Cosa un tanto curiosa porque, con independencia de su origen, su gran defensor y divulgador fue Jürgen Habermas en la década de los ochenta, que concibió el término como una forma cívica –me atrevería a decir que republicana– de superar el nacionalismo alemán de origen romántico y su horrible hijo en forma de etnicismo atroz: el nacional socialismo. Tras los nazis y sus descensos al peor abismo del fanatismo, era difícil sentirse orgulloso de ser alemán. Por eso, y desde la izquierda (tampoco lo olvidemos), Habermas construye un nuevo sentimiento patriótico basado en los derechos y las libertades, es decir, un orgullo nacional por lo conseguido y por el proyecto en común pactado y refrendado por la ciudadanía. Un patriotismo constitucional de la nueva Alemania, que ha exorcizado sus fantasmas. No deja de ser una honrosa quimera plantearlo hoy en este lugar que habitamos, aunque sea una idea llena de fuerza y belleza. Nuestra patria es la conquista de nuestros derechos y libertades, y nuestra nación es la convivencia acordada y el progreso. Supongo que Vila piensa en un patriotismo que defienda un pacto renovado, también en el tema territorial, pero habría que preguntárselo a él (por cierto, la sala estaba repleta, y se habilitaron pantallas para los que no pudieron entrar). Patriotismo del pacto futuro o del orden y concierto que nos hemos dado, que sería una duda justificada, aunque pronto habría aquí quien invocase todos los tópicos ya cansinos, es decir, que el franquismo sigue vivo, que muchos de los que ahora poblamos este reino no votamos la Constitución, y así hasta demoler este periodo de gracia que han sido las últimas cuatro décadas, tan en contraste con las anteriores…
Por todo ello, y con permiso de los patriotas constitucionales, si los hubiera y fuesen de buena ley, me permito inmodestamente proponer un nuevo patriotismo muy necesario a estos momentos de conflicto y poca paciencia para con el otro. Seamos pactriotas y no patriotas. Y busquemos denodadamente el pacto, el consenso, el acuerdo, la componenda, el arreglo, un nuevo contrato, una Constitución renovada, una ley de claridad, un referéndum acordado, un periodo de gracia y negociación, un tiempo muerto, cualquier propuesta que nos lleve a ese horizonte que mira más hacia el futuro que se obsesiona por el pasado y en el que, a mi juicio, la soberanía se diluye en una Europa de la que también deberíamos estar constitucional y patrióticamente orgullosos (mucha tela también ahí por cortar).
Pactriotas catalanes, españoles, europeos, pactriotas del mundo, ¡uníos!
Busquemos el pacto, el consenso, el acuerdo, la componenda, el arreglo, un nuevo contrato