El ‘tifón Cambage’ no despeina a EE.UU.
El tifón Cambage, que inundó Tenerife en el partido de Australia contra España del sábado, no llegó ayer ni a llovizna, lo que permitió a Estados Unidos proclamarse campeona del mundo por décima vez (los tres últimos títulos, consecutivos). Liz Cambage, la verdugo de España, pagó sus excesos de la víspera. El público del pabellón Santiago Martín no le perdonó sus chulerías. Cada vez que intervenía en el juego, un abucheo atronador recorría las gradas. Los pitidos contribuyeron a descentrarla el peor día, cuando tenía delante un equipo extraordinario, y en especial a Brittney Griner, que la anuló por completo y fue elegida la MVP de la final. Y sin la estrella australiana en estado de gracia, su selección no tenía nada que hacer. Fue un partido sin historia, dominado de principio a fin por las estadounidenses, que tuvieron otro bastión inexpugnable en Taurasi, que llegó a robarle la cartera a Cambage y anotó un triple en su cara, a pesar de hallarse ante una torre de 2,03 m. Quedaban sólo unos segundos. Ya estaba en el banquillo Cambage (sólo siete puntos: nada que ver con los 33 de su exhibición ante la selección española). Ni un milagro podía impedir la victoria de Estados Unidos. Y el pabellón gritaba. “¡España, España!”. Liz Cambage perdió incluso el título de MVP del torneo, para el que parecía predestinada y que le arrebató la estadounidense Stewart. Ambas fueron elegidas para el quinteto ideal, junto a la también estadounidense Taurasi, la belga Meesseman y la española Ndour.