Bella impureza
Lugar y fecha: Barts (30/IX/2018)
En el contexto del Festival de Fado de Barcelona, el público local se reencontró con Mísia, la intérprete de Oporto con raíces catalanas –madre y abuela–, que desembarcó en el Paral·lel para dar a conocer Pura vida, espectáculo y repertorio que alimentarán su próximo disco, que grabará el mes de noviembre. Desde su álbum de debut aparecido en 1991, nuestra artista –nacida hace 63 años como Susana Maria Alfonso de Aguilar– ha trazado un camino fadista heterodoxo, constante que se mantiene en una propuesta que, a decir de la propia cantante, enfatiza que “la pura vida es justo lo contrario de la vida pura”.
Bienvenida sea, pues, la voluntad de impureza de la espléndida sesión del domingo, formada mayoritariamente por partituras de fados antiguos y tradicionales, letras que Mísia ha encargado a diversos poetas portugueses, y los logrados arreglos que firma el napolitano Fabrizio Romano, a la sazón pianista del grupo que acompañaba a la vocalista, complementado con guitarra portuguesa, violín, y un clarinete bajo que jugó un rol exquisito.
Desde el pulso contemporáneo del violín en la inicial Ausência, hasta la gran emotividad de la Lágrima final, el concierto sumergió a la audiencia en un verdadero tobogán de emociones y aciertos musicales. Es el caso de la factura solemne y casi camerística de Destino, o el envoltorio –que Mísia calificó con acierto de “magnificente”– de Os homens que eu amei. La transmisión de su registro en la cruda Ouso dizer –facturada únicamente con guitarra y clarinete bajo– figura entre los momentos más recordables y aclamados de la velada, junto con una Rua dos meus instintos con la voz reforzada esta vez solamente con el instrumento de viento.
En las postrimerías de la sesión, la gran melancolía de O tempo passa, el vigor cinemático de Viagem y la versión del tema de Joan Manuel Serrat Plou al cor –donde Mísia se emocionó de veras al cantar en catalán– culminaron el catálogo de aciertos de la comparecencia.
El concierto sumergió a la audiencia en un verdadero tobogán de emociones y aciertos musicales