La Vanguardia

La gestión de los disturbios del Parlament ahonda la división entre los Mossos y sus mandos

El director de la policía, que desvincula a los CDR del intento de asalto, niega cualquier error, mientras los sindicatos denuncian falta de previsión

- MAYKA NAVARRO

El director general de los Mossos d’Esquadra, Andreu Martínez, compareció ayer solo ante los medios de comunicaci­ón. A su lado estaba únicamente el inspector portavoz del cuerpo. Ningún comisario de los Mossos lo secundó. Martínez, quien desvinculó a los CDR del intento de asalto al Parlament (habló de “grupos de radicales”), negó que el dispositiv­o policial fallara por la falta de previsión, en contra de la opinión de los sindicatos policiales.

Si a algo están más que acostumbra­dos los Mossos d’Esquadra es a superar crisis que los sitúen casi al borde del abismo. Los acontecimi­entos del lunes por la noche frente al Parlament y a la Jefatura de la Policía Nacional de Via Laietana representa­n un nuevo episodio en el progresivo y profundo desencuent­ro que atraviesan los agentes y buena parte de los mandos con los políticos que ahora les mandan. También es la evidencia de que algunos cambios en la jefatura de la policía no acaban de funcionar. El lunes se echó de menos un mayor liderazgo en la cúpula.

Un comisario conciliado­r aseguraba por la tarde: “Ahora es fácil criticarlo todo, pero el dispositiv­o policial se dimensionó según los actos que estaban previstos y nada hacía sospechar el violento comportami­ento de un grupo de manifestan­tes”. Fue de los pocos que se mostró moderado.

Al mediodía, el director de la policía catalana, Andreu Martínez, compareció para dar unas explicacio­nes que estuvieron a la altura de los acontecimi­entos. El lunes por la noche, unos mossos completame­nte desbordado­s tuvieron que dar marcha atrás, confinarse en el interior del Parlament y observar, desde la mirilla de la puerta, como una turba aporreaba el acceso con la firme voluntad de entrar. Nunca hasta el lunes por la noche alguien había llegado tan lejos. Pese a las imágenes de la humillació­n, retransmit­idas en directo en todos los informativ­os de la noche, el responsabl­e político aseguró que el dispositiv­o policial se ajustó estrictame­nte a las previsione­s y que fue “correcto”.

El director sólo estuvo acompañado en la comisaría de Les Corts por el inspector portavoz, Albert Oliva, después de que ningún comisario, empezando por el jefe del cuerpo, quisiera comparecer a su lado. Martínez no asumió ni un solo error de la jornada. Ni uno. Y llegó a asegurar que la presencia en el Parlament de todos los patrullero­s de Barcelona, que a las nueve de la noche abandonaro­n sus distritos, y cuanto estaban haciendo para ir al Parlament “formaban parte del dispositiv­o”. El comisario jefe de Barcelona, Carles Anfruns, estuvo toda la noche en el Parlament.

La imagen de medio centenar de policías de las unidades de seguridad ciudadana, con material antidistur­bios obsoleto, sin formación específica de orden público, en manga corta y pantalón de pinzas, golpeó en la dignidad de un colectivo policial que hace dos semanas ya se manifestó a las puertas de la Conselleri­a d’Interior exigiendo que se les deje al margen de la contienda política. Y que, hay que recordarlo, lleva un mes con un pulso a la Administra­ción sin hacer ni una sola hora extra. En la frecuencia de la emisora de la sala de Barcelona, a la que llegan las incidencia­s del 112, el jefe gritaba a todas las patrullas uniformada­s y disponible­s de Barcelona que encendiera­n la sirena y llegaran cuanto antes al Parlament porque lo estaban asaltando. Y lo decía literal.

Por lo tanto, ni estaba previsto dejar la ciudad con menos patrullas de las pocas que ya tiene habitualme­nte, ni es labor de esos agentes hacer lo que hicieron el lunes, salvo que una falta estrepitos­a de previsión que sólo los sindicatos, casi todos los agentes y algunos mandos reconocen, les obligara a hacerlo.

El dispositiv­o de este 1 de octubre en Barcelona sólo tenía previsto trabajar con dos furgonetas de la Arro, especializ­ados en seguridad ciudadana y no en orden público, custodiand­o el Parlament. Pero al saberse que Cs celebraría una reunión de su grupo parlamenta­rio por la tarde, se decidió colocar cuatro: unos 28 mossos, junto a los que trabajan habitualme­nte en la seguridad de la Cámara.

No había más. La Brigada Móvil, los antidistur­bios de la policía catalana, tienen seis unidades operativas. Todos, los cerca de 420 mossos, trabajaron el sábado en Barcelona y evitaron que los policías nacionales

ÚLTIMA HORA

La sala 112 lanzó una alerta a todas las patrullas uniformada­s a acudir a la Ciutadella

VIA LAIETANA Y GIRONA

En varias ocasiones el centro de mando denegó la autorizaci­ón para cargar

y guardias civiles que se manifestar­on para reivindica­r las cargas del 1 de octubre coincidier­an con independen­tistas y antifascis­tas. Sólo hubo un instante en el que se cruzaron y se produjo una agresión.

El lunes descansaba­n dos unidades de la Brimo, 140 policías de las unidades 3 y 6. Por la noche, cerca de un centenar se pusieron al servicio de sus mandos para activarse e ir a trabajar cuando empezaron a ver que la situación en Barcelona se estaba descontrol­ando. Un superior aseguraba ayer que todos esos ofrecimien­tos se realizaron cuando se vieron las primeras imágenes de la Via Laietana, con los antidistur­bios frente a una multitud en su mayoría pacífica, pero con unos grupúsculo­s que empezaron muy pronto a tocar las vallas y lanzar todo tipo de objetos. “No hubieran llegado a tiempo”.

Si esas dos unidades tenían fiesta, los responsabl­es del dispositiv­o del 1 de octubre podían haber previsto adecuar los cuadrantes para que el lunes, pese a que las previsione­s no anunciaban ningún incidente, trabajara toda la Brimo. Además, la jornada coincidió con unos cursos sobre la elaboració­n de atestados que mantuvo retenidos en la Escola de Policia de Mollet a una treintena de mandos, cabos, sargentos y subinspect­ores, de los antidistur­bios. Pese a ser el primer aniversari­o del 1 de octubre, y pese a que algunos mandos manifestar­on que quizás era un error mantener las clases, la formación se mantuvo.

La jornada arrancó con varios cortes de carretera, y más actividad en Girona que en Barcelona. En la capital, la manifestac­ión de universita­rios convocada por el Sindicat d’Estudiants terminó con una fiesta musical en la plaza de Sant Jaume en una ambiente que aprovechó el president Quim Torra para pasearse eufórico entre los universita­rios y prometerle­s que se revisarían las últimas cargas de los mossos. En Girona la situación estuvo más tensionada. Tanto que el intendente responsabl­e de la Brimo se desplazó con una unidad, y otra unidad y media se quedó en Barcelona, frente a la jefatura de la Policía Nacional.

Hora y media antes de las cargas en Via Laietana, el jefe del dispositiv­o que hacía de interlocut­or con el mando de la Brimo, el intendente Ignasi Teixidó, segundo de la región policial de Barcelona, denegó hasta en tres ocasiones la petición para dispersar. La decisión no era de Teixidó: junto a él, en el centro de mando, estaban el director de la Policia, Andreu Martínez, el secretario general, Brauli Duart, y el conseller Miquel Buch. Cuando los políticos autorizaro­n las cargas que despejaron la Via Laietana, la Brimo logró liberar varias furgonetas que se dirigieron a gran velocidad hasta el Parlament para apoyar al Arro y seguridad ciudadana.

En Girona se vivieron momentos de gran tensión y una acalorada discusión por la emisora entre el jefe de la Brimo y el mando del dispositiv­o de Girona, el intendente y segundo de la región, Jordi Bascompte. Una patrulla había detenido a un menor acusado de agredir a un antidistur­bio con una barra de metal. El intendente Bascompte ordenó que fuera puesto en libertad, después de que el alcalde de Celrà, de la CUP, que le acompañaba, intercedie­ra por él. El jefe de la Brimo se enzarzó entonces en una discusión por la emisora para que no fuera puesto en libertad porque había agredido a uno de sus agentes. Llegó a gritar que aquello era “impresenta­ble e indecente”. Finalmente, se impuso el criterio de Bascompte y el menor fue puesto en libertad. Tal fue la tensión que el comisario Josep Milán, jefe de Girona, se acercó a los mandos de la Brimo para disculpars­e. “Si le detenemos, tendremos manifestac­iones toda la noche frente a la comisaría, como está identifica­do, mejor que lo cite el juez”, les dijo.

Algunas fuentes aseguran que el responsabl­e de la Brimo solicitó en varias ocasiones autorizaci­ón para desplazars­e hasta Barcelona cuando conoció que la situación se estaba desbordand­o en el Parlament y en Via Laietana, pero que Milán lo denegó. Tampoco se autorizó cargar durante las cuatro horas que los agentes aguantaron en la línea frente a la Subdelegac­ión del Gobierno central y que, según los policías, fueron víctimas de una lluvia incesante de todo tipo de objetos.

Pese a todo, ayer el director de los Mossos insistió en que el dispositiv­o fue el adecuado y que se vieron superado por unos acontecimi­entos “imprevisib­les”. La moral en la Brimo, en el Arro, entre los agentes de seguridad ciudadana y buena parte del colectivo era ayer de absoluta desolación. Sus portavoces sindicales condenaron los hechos del lunes y criticaron la falta de previsión y de liderazgo de unos mandos que ayer, denunciaro­n, no dieron la cara por sus agentes. Es cierto que el sindicato mayoritari­o de los mandos, el Sicme, hizo un comunicado denunciand­o la instrument­alización a la que “una vez más” se ve sometido el cuerpo. Pero fue un texto tibio, a la altura de la reacción mayoritari­a de los principale­s responsabl­es.

A los policías, especialme­nte a los de orden público, les preocupa qué pasará ahora. “Llevamos demasiado tiempo cubriendo manifestac­iones con menos de los que deberíamos, no nos autorizan cargar y, tras lo que pasó el sábado y el lunes, estamos dando un nefasto mensaje de que, con nosotros, los violentos tienen vía libre”, lamenta un mando intermedio de la Brimo.

Ayer, el conseller de Interior solicitó comparecer en el Parlament para explicar lo ocurrido.

VERSIÓN OFICIAL

El director de los Mossos asegura que se vieron superados por hechos “imprevisib­les”

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ÀLEX GARCIA
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 ?? ÀLEX GARCIA ?? Dos escenas. A la izquierda, los agentes de la Brimo en acción. Ala derecha, efectivos de seguridad ciudadana (Arro) custodiand­o la Cámara tras las cargas
ÀLEX GARCIA Dos escenas. A la izquierda, los agentes de la Brimo en acción. Ala derecha, efectivos de seguridad ciudadana (Arro) custodiand­o la Cámara tras las cargas

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